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Sin atención en Tierra y Hábitat

Martes, 23 de julio de 2013 23:19

Los 60 empleados que trabajan en la subsecretaría de Tierra y Hábitat permanecen en asamblea para hacer efectivo su reclamo por las malas condiciones edilicias en las que desarrollan su actividad diaria. Ellos consideran que esas condiciones están afectando la salud del personal, porque en el último año fallecieron cuatro personas, de las cuales tres murieron por enfermedades pulmonares. Se espera que la situación se normalice este viernes.

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Los 60 empleados que trabajan en la subsecretaría de Tierra y Hábitat permanecen en asamblea para hacer efectivo su reclamo por las malas condiciones edilicias en las que desarrollan su actividad diaria. Ellos consideran que esas condiciones están afectando la salud del personal, porque en el último año fallecieron cuatro personas, de las cuales tres murieron por enfermedades pulmonares. Se espera que la situación se normalice este viernes.

Diego Barreto, subsecretario de Tierra y Hábitat, descartó que el fallecimiento de las personas se vincule a la presencia de algún virus en el edificio, pero sí se comprometió con los trabajadores a plantear este tema en el Ministerio de Salud.

Los trabajadores, quiénes están en sus puestos de trabajo con atención al púbico suspendida, seguirán así probablemente hasta el viernes. Así se lo manifestaron a Barreto. Ellos sostienen que hasta que la subsecretaría no se mude de edificio, no atenderán al público.

El subsecretario explicó que el reclamo por las condiciones edilicias viene desde hace dos años. El edificio no tiene ni gas ni aire acondicionado. Hay ventanas rotas, humedad en varios sectores, escasas llaves térmicas y en una de las casas contiguas a la de Tierra y Hábitat, viven muchas palomas y su materia fecal se había convertido en un problema para el personal.

El subsecretario aseguró que ya tienen en vista un nuevo edificio con capacidad adecuada, pero faltaba determinar si las instalaciones eléctricas eran adecuadas para la demanda de trabajo de la Subsecretaría.

“Se hicieron refacciones, pero el dueño del edificio no quería que las hagamos y tampoco las quería reconocer”, aseguró Barreto.

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