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18 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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?Hagan lío en sus diocesis?, le pidió Francisco a los argentinos

Viernes, 26 de julio de 2013 14:58

Contundente arenga del papa Francisco a los jóvenes argentinos que viajaron a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se celebra en Brasil. En un clima de gran euforia y emoción, los peregrinos argentinos vivieron ayer su reencuentro con Jorge Bergoglio, el papa Francisco para el mundo, en una actividad fuera de agenda en la catedral de Río de Janeiro, en la que el Santo Padre les pidió que “hagan lío en sus diócesis” y les señaló que “la Iglesia no es una ONG“.

Después de haber hecho largas colas de hasta 18 horas bajo la lluvia, unos 5 mil jóvenes de todas las regiones argentinas fueron los testigos privilegiados de la esperada cita en el interior del imponente templo, mientras otras decenas de miles debieron seguir desde afuera el esperado momento.

“Hagan lío en sus diócesis. No se queden encerrados en sus comunidades. ¡La Iglesia tiene que salir a la calle! Si no sale, la Iglesia se convierte en una ONG y la Iglesia no es una ONG”, los arengó el Papa en un breve pero contundente mensaje a los peregrinos durante el encuentro informal que se extendió por solo media hora y que no estaba previsto en la agenda de actividades de Francisco en Río.

Esto hizo que la reunión del Papa con los argentinos se convirtiera en un tema de máxima seguridad para las autoridades de Brasil, que debieron definir a contrarreloj el lugar y los detalles de la cita para cumplir con el deseo del Pontífice.

“Cuiden los dos extremos: los jóvenes y los ancianos. No se dejen excluir. No tomen licuado de fe”, fueron las ideas-fuerza que el exarzobispo de Buenos Aires buscó transmitir a los jóvenes que, agitando banderas celestes y blancas, no dejaban de gritar y vivar su renovada presencia entre ellos.

Cuando entró puntualmente a las 12.30 al templo, se desató una ovación y los chicos empezaron a entonar estribillos como: “Esta es la juventud del Papa”, “Francisco querido, el pueblo está contigo”, y “Viva el Papa”.
Apenas subió al altar lo rodearon con abrazos y besos una treintena de obispos argentinos, encabezados por el presidente del Episcopado, monseñor José María Arancedo, para quien el encuentro fue “como una yapa, un regalo extra” y significó el “reencuentro con su querido pueblo argentino”.

Una imagen de la Virgen de Luján traída de Buenos Aires presidió el acto desde un costado del altar y, ante ella, se detuvo a rezar el Pontífice al inicio de la ceremonia, luego de saludar a un grupo de chicos discapacitados en sillas de ruedas que ocuparon las primeras filas de asientos.

“Háganse valer, luchen por sus valores. No se dejen excluir. Los jóvenes y los ancianos son los dos extremos de la sociedad”, expresó categórico, luego de denunciar “el gran porcentaje de toda una generación de jóvenes sin trabajo”.

Por último, agradeció a los jóvenes su “cercanía y su presencia” en la catedral. “Gracias por rezar por mí. Les pido de corazón que lo sigan haciendo porque lo necesito. Nos vemos estos días, que Dios los bendiga”, concluyó su mensaje.

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Contundente arenga del papa Francisco a los jóvenes argentinos que viajaron a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se celebra en Brasil. En un clima de gran euforia y emoción, los peregrinos argentinos vivieron ayer su reencuentro con Jorge Bergoglio, el papa Francisco para el mundo, en una actividad fuera de agenda en la catedral de Río de Janeiro, en la que el Santo Padre les pidió que “hagan lío en sus diócesis” y les señaló que “la Iglesia no es una ONG“.

Después de haber hecho largas colas de hasta 18 horas bajo la lluvia, unos 5 mil jóvenes de todas las regiones argentinas fueron los testigos privilegiados de la esperada cita en el interior del imponente templo, mientras otras decenas de miles debieron seguir desde afuera el esperado momento.

“Hagan lío en sus diócesis. No se queden encerrados en sus comunidades. ¡La Iglesia tiene que salir a la calle! Si no sale, la Iglesia se convierte en una ONG y la Iglesia no es una ONG”, los arengó el Papa en un breve pero contundente mensaje a los peregrinos durante el encuentro informal que se extendió por solo media hora y que no estaba previsto en la agenda de actividades de Francisco en Río.

Esto hizo que la reunión del Papa con los argentinos se convirtiera en un tema de máxima seguridad para las autoridades de Brasil, que debieron definir a contrarreloj el lugar y los detalles de la cita para cumplir con el deseo del Pontífice.

“Cuiden los dos extremos: los jóvenes y los ancianos. No se dejen excluir. No tomen licuado de fe”, fueron las ideas-fuerza que el exarzobispo de Buenos Aires buscó transmitir a los jóvenes que, agitando banderas celestes y blancas, no dejaban de gritar y vivar su renovada presencia entre ellos.

Cuando entró puntualmente a las 12.30 al templo, se desató una ovación y los chicos empezaron a entonar estribillos como: “Esta es la juventud del Papa”, “Francisco querido, el pueblo está contigo”, y “Viva el Papa”.
Apenas subió al altar lo rodearon con abrazos y besos una treintena de obispos argentinos, encabezados por el presidente del Episcopado, monseñor José María Arancedo, para quien el encuentro fue “como una yapa, un regalo extra” y significó el “reencuentro con su querido pueblo argentino”.

Una imagen de la Virgen de Luján traída de Buenos Aires presidió el acto desde un costado del altar y, ante ella, se detuvo a rezar el Pontífice al inicio de la ceremonia, luego de saludar a un grupo de chicos discapacitados en sillas de ruedas que ocuparon las primeras filas de asientos.

“Háganse valer, luchen por sus valores. No se dejen excluir. Los jóvenes y los ancianos son los dos extremos de la sociedad”, expresó categórico, luego de denunciar “el gran porcentaje de toda una generación de jóvenes sin trabajo”.

Por último, agradeció a los jóvenes su “cercanía y su presencia” en la catedral. “Gracias por rezar por mí. Les pido de corazón que lo sigan haciendo porque lo necesito. Nos vemos estos días, que Dios los bendiga”, concluyó su mensaje.

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