Una cuenta regresiva que nadie quiere comenzar. Nelson Mandela se mantiene vivo gracias a un respirador y encara una “muerte inminente”, según documentos judiciales, al tiempo que el sepulcro de su familia fue restaurado ayer.
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Una cuenta regresiva que nadie quiere comenzar. Nelson Mandela se mantiene vivo gracias a un respirador y encara una “muerte inminente”, según documentos judiciales, al tiempo que el sepulcro de su familia fue restaurado ayer.
La salud de Mandela es “peligrosa” y se mantiene vivo gracias a un sistema de respiración artificial, de acuerdo con documentos presentados en el juicio que dio lugar a que los restos de tres de los hijos fallecidos del expresidente fueran trasladados a su sepulcro original ayer.
“La anticipación de su muerte inminente se basa en motivos reales y sustanciales”, de acuerdo con el documento judicial.
“Básicamente, ya se fue”, dijo Charlene Smith, biógrafa autorizada del exlíder antiapartheid. “Ya no está allí. Ya no está allí”, repitió.
Una persona más joven conectada a un sistema de respiración artificial puede ser desconectada y recuperarse, pero eso puede ser difícil o imposible para una persona mayor. Cuanto más tiempo pasa una persona conectada a una máquina de respiración artificial, menores son sus probabilidades de recuperarse, dijo el director de la Facultad de Consultoría Médica de Sudáfrica.
Una muerte anunciada
“Esto refleja un mal pronóstico sobre su recuperación, ya que significa que está demasiado débil o demasiado enfermo como para respirar por sí mismo”, dijo el doctor Adri Kok, que no tiene relación alguna con la atención médica especializada que recibe Mandela.
El jueves los cuerpos de tres de sus hijos fueron devueltos a su lugar de reposo original en Qunu, el poblado en donde creció Mandela, tras la orden judicial.
Familiares y ancianos de la comunidad asistieron a una ceremonia en la propiedad Mandela que incluyó el canto de los himnos.
El entierro tuvo lugar en Qunu, donde el expresidente ha dicho que quiere ser sepultado.
Un conflicto familiar
En 2011 Mandla Mandela, nieto del expresidente, trasladó los cuerpos a su pueblo, Mvezo, donde nació Mandela. Las dos ciudades están a unos 25 kilómetros (15 millas) de distancia. Los restos corresponden a una hija de Mandela, la mayor que murió siendo muy niña; otra hija mujer que murió también siendo joven en los años sesenta y un hijo varón que falleció en 2005 de sida, a los 46 años. Quince miembros de la familia Mandela presentaron una demanda para obligar a Mandla a trasladar los restos de vuelta a su sepultura inicial. Mandela, el heredero varón de mayor edad de los Mandela y jefe tribal, dijo en una conferencia de prensa el jueves que “mi abuelo, como yo, se sentiría muy decepcionado con lo que está ocurriendo”.