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Rousseff abre puertas a médicos extranjeros para periferias y zonas remotas

Lunes, 08 de julio de 2013 19:53

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, anunció hoy un plan de salud pública que permitirá la contratación
de médicos extranjeros para las periferias de las grandes ciudades y áreas remotas del país, siempre que en el país no haya profesionales interesados en esas plazas.
El nuevo plan, que aspira a responder a las protestas registradas durante el pasado mes de junio, que entre otras demandas exigieron mejoras en la caótica salud pública, incentivará la formación denuevos médicos e incluirá la construcción de hospitales en todas las regiones del país.
Pero además apuntará a resolver la carencia de profesionales que existe en las periferias de las grandes ciudades y en zonas remotas del norte y el noreste del país.
Arropada en el acto por parlamentarios, gobernadores, alcaldes, representantes de movimientos sociales y rectores de universidades, Rousseff dijo que se trata de escuchar ‘el justo e incontestable reclamo de los brasileños por una mejor atención‘ sanitaria.
La presidenta reconoció que ‘no se puede obligar a un médico que prefiere vivir en una capital a trabajar en el interior‘, pero apuntó que se debe ‘admitir honestamente que algo debe ser hecho para que todos los brasileños tengan acceso a un médico‘.
Según los datos presentados durante el acto por el ministro de Salud, Alexandre Padilha, Brasil tiene hoy 1,8 médicos por cada mil habitantes, tasa que es de 3,7 en Uruguay, de 3,2 en Argentina o de 4 en España.
También señaló que los médicos en Brasil se concentran en las zonas metropolitanas de las grandes ciudades, mientras que existen lugares en las periferias o zonas remotas del país que no llegan ni siquiera a una tasa de un médico por cada mil habitantes.
‘Para llegar al nivel de España precisamos unos 400.000 médicos‘, dijo Padilha, quien rebatió así a los colegios profesionales del país, que se oponen a la contratación de médicos extranjeros pues, según sostienen, en Brasil existe el número necesario para cubrir las necesidades de la población.
Según Padilha, este mismo año se crearán 35.000 nuevas plazas para médicos en los centros de salud pública de periferias y zonas del norte y noreste, con salarios de 10.000 reales por mes (unos 4.540 dólares), y serán ofrecidas a los profesionales brasileños.
No obstante, explicó que si esas plazas no son ocupadas por profesionales del país, se abrirán concursos para contratos por tres años para médicos extranjeros, que deberán revalidar sus títulos en universidades públicas brasileñas y dominar la lengua portuguesa.
La reválida, según el ministro, podrá ser hecha aún si el médico no reside todavía en el país, como se exige actualmente. Padilha no citó los países a los que se podrían ofrecer las plazas no aceptadas por médicos brasileños, pero aseguró que en Brasil ‘no hay ningún tipo de prejuicio‘ en relación a los médicos
extranjeros.
El ministro sólo aclaró que deberán proceder de países que tengan una tasa de médicos por cada mil habitantes superior a la de Brasil y que sólo serán aceptados para trabajar en las periferias y las zonas remotas del país. EFE

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La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, anunció hoy un plan de salud pública que permitirá la contratación
de médicos extranjeros para las periferias de las grandes ciudades y áreas remotas del país, siempre que en el país no haya profesionales interesados en esas plazas.
El nuevo plan, que aspira a responder a las protestas registradas durante el pasado mes de junio, que entre otras demandas exigieron mejoras en la caótica salud pública, incentivará la formación denuevos médicos e incluirá la construcción de hospitales en todas las regiones del país.
Pero además apuntará a resolver la carencia de profesionales que existe en las periferias de las grandes ciudades y en zonas remotas del norte y el noreste del país.
Arropada en el acto por parlamentarios, gobernadores, alcaldes, representantes de movimientos sociales y rectores de universidades, Rousseff dijo que se trata de escuchar ‘el justo e incontestable reclamo de los brasileños por una mejor atención‘ sanitaria.
La presidenta reconoció que ‘no se puede obligar a un médico que prefiere vivir en una capital a trabajar en el interior‘, pero apuntó que se debe ‘admitir honestamente que algo debe ser hecho para que todos los brasileños tengan acceso a un médico‘.
Según los datos presentados durante el acto por el ministro de Salud, Alexandre Padilha, Brasil tiene hoy 1,8 médicos por cada mil habitantes, tasa que es de 3,7 en Uruguay, de 3,2 en Argentina o de 4 en España.
También señaló que los médicos en Brasil se concentran en las zonas metropolitanas de las grandes ciudades, mientras que existen lugares en las periferias o zonas remotas del país que no llegan ni siquiera a una tasa de un médico por cada mil habitantes.
‘Para llegar al nivel de España precisamos unos 400.000 médicos‘, dijo Padilha, quien rebatió así a los colegios profesionales del país, que se oponen a la contratación de médicos extranjeros pues, según sostienen, en Brasil existe el número necesario para cubrir las necesidades de la población.
Según Padilha, este mismo año se crearán 35.000 nuevas plazas para médicos en los centros de salud pública de periferias y zonas del norte y noreste, con salarios de 10.000 reales por mes (unos 4.540 dólares), y serán ofrecidas a los profesionales brasileños.
No obstante, explicó que si esas plazas no son ocupadas por profesionales del país, se abrirán concursos para contratos por tres años para médicos extranjeros, que deberán revalidar sus títulos en universidades públicas brasileñas y dominar la lengua portuguesa.
La reválida, según el ministro, podrá ser hecha aún si el médico no reside todavía en el país, como se exige actualmente. Padilha no citó los países a los que se podrían ofrecer las plazas no aceptadas por médicos brasileños, pero aseguró que en Brasil ‘no hay ningún tipo de prejuicio‘ en relación a los médicos
extranjeros.
El ministro sólo aclaró que deberán proceder de países que tengan una tasa de médicos por cada mil habitantes superior a la de Brasil y que sólo serán aceptados para trabajar en las periferias y las zonas remotas del país. EFE

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