Si hay algo que caracteriza a la embajadora argentina ante el Reino Unido, Alicia Castro, es su franqueza. Y ayer, en el marco de la disputa con Gran Bretaña por la soberanía de las islas Malvinas, Castro dejó de lado el lenguaje diplomático que requiere su cargo, y calificó de “tonto” y “absolutamente ineficaz” al primer ministro británico, David Cameron, y definió al papa Francisco como un “Papa Malvinero”.
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Si hay algo que caracteriza a la embajadora argentina ante el Reino Unido, Alicia Castro, es su franqueza. Y ayer, en el marco de la disputa con Gran Bretaña por la soberanía de las islas Malvinas, Castro dejó de lado el lenguaje diplomático que requiere su cargo, y calificó de “tonto” y “absolutamente ineficaz” al primer ministro británico, David Cameron, y definió al papa Francisco como un “Papa Malvinero”.
La embajadora se pronunció así al participar en una exposición sobre la “cuestión Malvinas” junto al especialista en derecho internacional Marcelo Kohen, en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
“Tuvimos la suerte extraordinaria de tener un papa argentino, malvinero. Sobre todo porque el primer ministro Cameron fue tan tonto, suficientemente ineficaz cuando designaron a (Jorge) Bergoglio como Papa, porque difundió que Bergoglio había tenido un discurso histórico sobre Malvinas” en 2012, señaló Castro. Hacía referencia al discurso pronunciado por el entonces arzobispo de Buenos Aires al cumplirse los 30 años de la Guerra de Malvinas, cuando dijo que lo soldados argentinos fueron a “reclamar lo que es suyo y les fue usurpado”.
También consideró que la postura británica sobre Malvinas es “simplemente de imperialismo y colonialismo” y “se enmarca en la política imperial del Reino Unido y en la necesidad de tener una posición estratégica en el Atlántico Sur que le permita el dominio de los mares”.
La funcionaria también afirmó que el referéndum impulsado por el gobierno británico para que los isleños se pronunciaran a favor de seguir perteneciendo al Reino Unido “fue extraordinariamente útil” para la Argentina porque “rasgó el velo de que son 1.513 personas en las Malvinas”.
Castro señaló que esto le da a la Argentina otro argumento contra la política británica y explicó: “Cuando se pregunta si es racional que los deseos de 1.513 personas condicionen las relaciones entre dos naciones, todo el mundo dice que no”.
A su turno, Kohen dijo que “Gran Bretaña trata de poner a la Argentina en una posición que considera que en la isla no hay habitantes, que para el país es más importante el territorio que la gente”.
En este sentido, afirmó que, si bien “los isleños no son una tercera parte de la negociación”, se debe buscar “mostrarles que la propaganda británica es falsa”.
“Hay que desterrar esta idea de que la Argentina impide que los pobres isleños puedan vivir libremente”, consideró Kohen, quien sostuvo que “la Argentina tiene mucho más que ofrecer a los habitantes que la situación actual”.