La falta de previsión y gestión dejan recurrentemente al Gobierno bajo la sombra de la inoperancia.
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La falta de previsión y gestión dejan recurrentemente al Gobierno bajo la sombra de la inoperancia.
Indudablemente no aprendimos la lección. La ausencia de una herramienta imprescindible para combatir los incendios que afectan el territorio provincial deja al descubierto, otra vez, lo endeble y deficitario de las políticas preventivas del gobierno de Juan Manuel Urtubey.
Ni siquiera la ferocidad de las llamas, que el año pasado arrasaron con viviendas al este de la ciudad, despertó en el esquema gubernamental una actitud preventiva y proactiva. Y la historia, repetida en un círculo de comedia, vuelve a focalizar la polémica en una de las naves de la flota aérea salteña. El helicóptero Bell 407 no está disponible porque los repuestos se encuentran retenidos en Aduana. El agravante es que el alerta de siniestralidad quedó vigente desde el año pasado. Pese a ello, el Gobierno provincial, con su proclamada cercanía a la Nación, no consigue destrabar el ingreso de los repuestos para poner a la nave en funcionamiento; ni siquiera ante el dramatismo y magnitud del incendio. En este punto, la falta de previsión y gestión se confunden en una línea difusa y recurrente que deja siempre al Gobierno bajo la sombra de la inoperancia. Lo más sorprendente es que, a diferencia de otras veces cuando se lo utilizó para fiestas y proselitismo, en esta oportunidad nadie -ni siquiera el gobernador Urtubey tan pendiente del uso de las naves- preguntó por el helicóptero.