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Hostigada por devoto de San La Muerte

Sabado, 21 de septiembre de 2013 03:05

Una mujer de 32 años, Cintia Valeria Nieva, es víctima de violencia de género. Su expareja Juan Antonio Vaca (38), domiciliado en el barrio Limache, ejerce una caótica e increíble persecución en perjuicio de ella.

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Una mujer de 32 años, Cintia Valeria Nieva, es víctima de violencia de género. Su expareja Juan Antonio Vaca (38), domiciliado en el barrio Limache, ejerce una caótica e increíble persecución en perjuicio de ella.

“Nos conocimos en febrero de 2011. Al principio era un noviazgo normal y tranquilo. Pero todo cambió cuando nos fuimos a vivir juntos, en noviembre. Alquilamos un departamento en el barrio Parque La Vega y desde ese momento empezó todo el problema. Me celaba mucho, era muy violento, obsesivo, no me dejaba salir. Me quitaba el celular. Solo podía ir y volver del trabajo. Me tenía muy controlada. Estuvimos así dos meses y medio hasta que decidí irme porque ya no aguantaba”, relató al borde del llanto la mujer, quien se desempeña como enfermera en el nuevo hospital del Milagro.

“Me empezó a amenazar. Me decía que si yo salía con otro iba a correr sangre, que me iba a ir a buscar todos los días a mi trabajo, que no me iba a dejar tranquila. También me insultaba diciendo que yo no podía ser tan traicionera, que era una hija de p...”, expresó.

Cintia Nieva y sus familiares radicaron al menos 20 denuncias en las dependencias de San Remo, Castañares y Ciudad Judicial por diferentes episodios violentos, desde mensajes y llamadas amenazantes, hasta persecuciones.

El 6 de mayo de este año el Juzgado en lo Civil de Personas y Familia 4 ordenó a Vaca la prohibición de acercarse a 200 metros cuadrados del domicilio, lugar de trabajo y/o concurrencia de la víctima, consigna policial fija en el domicilio de la misma hasta nueva orden judicial en contrario y ambulatoria en el lugar de trabajo.

Sin embargo, “la situación se agravó y cada vez es peor. Nos molestaba tanto que cambiamos todos los números de teléfonos, sin embargo, comenzó a mandarle mensajes de texto a mi hermano diciendole barbaridades. Me espera afuera de mi trabajo para insultarme y cuando me ve me toca bocina y me saluda con la mano. Una vez entró haciendose pasar por mi hermano. Ya no sabemos que hacer por eso pedimos ayuda. La Policía nunca vino para la consigna. Y él no respeta la restricción de acercamiento. Dice que no le importa lo que diga un juez. Vivimos un acoso constante. Estamos tensionados, no podemos seguir así”, se quejó.

“El sabe todos sus horarios. Por eso, entre familiares nos turnamos para acompañarla y buscarla o la lleva un remise. Una vez fui al hospital porque supe que él se escondía detrás de un árbol para espiarla. Llamamos a la Policía, le mostramos el oficio y se lo llevaron demorado, pero solo estuvo cuatro horas detenido”, manifestó Roberto Nieva (36), hermano de la víctima.

El miércoles a la mañana, alrededor de las 8, la familia Nieva se dio con una desagradable sorpresa. “Encontramos una estampita de San La muerte pegada con La Gotita en el auto y otra en un pilar de la casa y esta mañana (por ayer) él dejó cerca del portón una imagen sobre un papel en el que escribió amenazas. “Vale no esperes tranquilidad. Si querés que me detenga vas a tener que llamarme a mi celular. Vos ya me conoces bien hasta donde puedo llegar”, dice el papel. “Pienso que con un tratamiento psiquiátrico que requiera internación el podría mejorar. Al principio yo no le llevaba el apunte a las estampitas de San La Muerte que el tenía en su billetera. Ahora si, porque sé que él sabe como hacer daño”, sostuvo la mujer.

“Pedimos que la Justicia nos ayude para que esta pesadilla se termine. Yo temo por la integridad física de mi hermana y mi familia. Queremos evitar el daño físico, finalizó Roberto Nieva.

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