Un joven de 17 años sufrió dos cortes en la cara y otro en una muñeca al ser atacado por cinco sujetos en estado de ebriedad que intentaron robarle su teléfono celular.
inicia sesión o regístrate.
Un joven de 17 años sufrió dos cortes en la cara y otro en una muñeca al ser atacado por cinco sujetos en estado de ebriedad que intentaron robarle su teléfono celular.
La denuncia fue radicada el sábado en la Comisaría 30 por la madre de la víctima, quien dijo que el hecho ocurrió el viernes a alrededor de las 23, sobre calle Lavalle, entre Río Piedras y el pasaje Angastaco, en la villa San José. El muchacho salía de la casa de su abuela y se dirigía a la plaza San Martín para disfrutar del desfile de carrozas cuando fue interceptado por cinco jóvenes que estaban encapuchados con sus buzos y gorras, que no dejaban ver sus rostros.
La víctima dijo que solamente recuerda que eran morochos y describió sus formas de vestir. Remarcó que llevaban una botella de fernet.
Comentó que los malvivientes le exigían que les entregara su teléfono celular y que él se negó. Fue en ese momento en el que uno de los ladrones sacó un arma blanca y lo hirió en las dos mejillas y en la muñeca de la mano derecha. El muchacho estaba desesperado al verse ensangrentado. Agarró un palo que encontró en el sector y se defendió como pudo de los delincuentes, que se dieron a la fuga. Luego se dirigió al hospital Del Carmen donde le curaron las heridas y tuvieron que hacerle cinco puntos por el corte profundo que presentaba en la mejilla derecha. Los autores del ataque ahora son buscados por la Policía.
Ataques
La comunidad de Metán está preocupada por los delitos protagonizados por jóvenes alcoholizados o drogados que realizan peligrosos ataques para tratar de obtener algo de valor.
El 18 de este mes un joven de 18 años fue acuchillado en el estómago por un ladrón al que sorprendió en la cocina de su casa en el barrio Granadero Díaz. El hecho ocurrió alrededor de las 4, en una vivienda ubicada en el pasaje Catamarca 349.
Duilio Angel Palacios, dijo que estaba acostado, al igual que sus familiares, cuando escuchó un ruido en el fondo y se levantó. “Pensé que era el perro, pero cuando intenté prender la luz de la cocina vi al ladrón que directamente me acuchilló en el estómago. Traté de esquivar el ataque, pero lo mismo me hirió”, dijo el joven a El Tribuno.
El malviviente, que no logró robar nada, era morocho, delgado, de 1,60 de altura y llevaba puesto un buzo negro con capucha. La Policía hizo un operativo cerrojo en la zona, pero no pudo atraparlo.
Otro robo violento se registró en julio pasado. Dos hombres y una mujer redujeron a una joven madre y a su hija de tres años. Las golpearon y amenazaron de muerte y robaron 30.000 dólares que la familia había obtenido de la venta de una propiedad. El ilícito se produjo pasadas las 19 horas en una vivienda ubicada en la calle San Lorenzo 395. María Soledad Abeyá, de 23 años, salió a la galería a cerrar una ventana; en ese momento los delincuentes -que tenían un arma de fuego y un cuchillo- la redujeron, golpearon, amenazaron de muerte y la obligaron a entrar al inmueble.