Largas filas y molestas esperas de padres por un turno para inscribir a sus hijos en el primer año de los secundarios de la zona. Las escenas son recurrentes y parecidas en las afueras del colegio Ejercito del Norte de El Carril, Virgen de la Merced de la localidad homónima y el Islas Malvinas de Chicoana. Son tres los colegios secundarios públicos de la región. Quizás los acampes de padres se repitan en otras localidades. Este vaivén entre el derecho que tienen los jóvenes a ser educados y la insuficiencia del estado para brindar la infraestructura adecuada se manifiesta reiteradamente en estos últimos años. No hay aulas y la matrícula aumenta. Los padres desesperados en busca de un turno para poder inscribir a sus hijos, pernotan varias noches antes a la apertura de estos trámites. Con carpas, mantas y un poco de suerte lograrán el objetivo. Son pocos los lugares que hay para los ingresantes a primer año. La opción elegida es el turno de la mañana. "Por la tarde no es conveniente", dicen, pero si no hay solución se opta por esta alternativa.
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Largas filas y molestas esperas de padres por un turno para inscribir a sus hijos en el primer año de los secundarios de la zona. Las escenas son recurrentes y parecidas en las afueras del colegio Ejercito del Norte de El Carril, Virgen de la Merced de la localidad homónima y el Islas Malvinas de Chicoana. Son tres los colegios secundarios públicos de la región. Quizás los acampes de padres se repitan en otras localidades. Este vaivén entre el derecho que tienen los jóvenes a ser educados y la insuficiencia del estado para brindar la infraestructura adecuada se manifiesta reiteradamente en estos últimos años. No hay aulas y la matrícula aumenta. Los padres desesperados en busca de un turno para poder inscribir a sus hijos, pernotan varias noches antes a la apertura de estos trámites. Con carpas, mantas y un poco de suerte lograrán el objetivo. Son pocos los lugares que hay para los ingresantes a primer año. La opción elegida es el turno de la mañana. "Por la tarde no es conveniente", dicen, pero si no hay solución se opta por esta alternativa.
"Inscribimos a la mayoría"
"Si por caso no se llegó a obtener un turno deberán esperar las próximas semanas, para ver si se les puede solucionar el problema" acotó Mirta Plaza, directora del colegio ejercito del Norte de El Carril, lo mismo sucede con los alumnos repitentes. Allí la semana pasada bajo una pertinaz lluvia los padres aguantaron dos días para obtener un lugar para sus chicos. En La Merced, la fila se extendió este fin de semana dos cuadras. Solo alrededor de 120 alumnos para inscribir y nada más. "No podemos hacer nada. La demanda es excesiva. En la tarde quedan bancos, pero nadie quiere ese turno, dicen los padres que es por razones laborales" enfatizó el director Marcelo di Pauli, hoy a la mañana. Los alumnos que no son inscriptos deberán deambular de un lado a otro para hallar asiento, caso contrario, no podrán estudiar el año que viene. La vicedirectora del turno tarde del secundario Islas Malvinas comentó a El Tribuno que "no hay espacios para inscribir tantos chicos. No tenemos aulas. A esto se suma que los padres por razones de tiempo y organización en sus hogares prefieren el turno mañana y no el de la tarde. Si se construyen nuevas aulas podríamos solucionar estos problemas". La docente aclaró que el turno tarde tiene bancos disponibles.
La problemática de las inscripciones para los chicos que salen de la primaria e ingresan al secundario no es nueva. El jefe comunal de El Carril consultado por El Tribuno señaló "la provincia no tiene proyectado construir aulas en el único secundario que tenemos en nuestra comunidad. Sólo se edificará una escuela primaria, que en estos momentos es prioridad. La población escolar ha crecido.". Es que hay un secundario público por localidad en el Valle de Lerma y varios establecimientos privados en Cerrillos, Rosario de Lerma y Moldes.
Una madre acotó: "Prefiero el turno mañana porque en mi hogar trabajamos todo el día. En la mañana no sabemos con quién dejar a nuestros hijos. Antes trabajaba mi marido. Ahora lo hago yo también" dijo Gabriela, madre de dos adolescentes de El Carril.