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El dilema: ¿Balvorín se queda o se va de Juventud Antoniana?

Miércoles, 10 de diciembre de 2014 00:45
Cuando al Beto Pascutti, en una nota con El Tribuno se le consultó sobre qué deberá mejorar para el futuro, uno de los puntos que señaló el entrenador de Juventud fue la definición, cuando hizo el análisis de la labor que le cupo al equipo que quedó eliminado en la segunda ronda del Federal A, frente a Sportivo Patria de Formosa.
Por eso marca como una premisa evaluar lo que significó el aporte de un experimentado delantero de las características de Gustavo Balvorín, quien convirtió seis goles, pero, no tanto, a otro refuerzo como Héctor Arrigo, quien solo se anotó con una conquista, nada menos, en el clásico con Gimnasia y Tiro y cuando ingresó en el segundo tiempo en el Gigante.
Balvorín actuó "como palomero" porque sus goles los concretó, prácticamente, bajo el arco y siempre estuvo en el "ojo de la tormenta", señalaron tanto las críticas de los hinchas como de los medios, aunque a pesar de su edad cumplió con su deber de anotar goles.
El atacante tucumano, que jugó en Vélez Sarsfield y Huracán, pero que estuvo más tiempo en Gimnasia y Esgrima de Jujuy, pasó por San Martín y Atlético Tucumán, otros clubes de ascenso, y en el fútbol de Ecuador; y demostró también que ya no se encuentra como en sus mejores épocas.
Qué el tiempo le pasó factura al jugador, que le cuesta en el mano a mano con los defensores contrarios, no es algo que vayamos a descubrir. Incluso, si algún técnico rival le manda una marca personal lo termina absorbiendo, como ocurrió en los dos últimos compromisos con los formoseños: aunque trató y buscó zafar de la marcación, el esfuerzo que hizo no le alcanzó.
Balvorín aún no decidió si seguirá ligado a la actividad futbolística con los colores del santo o se irá a Tucumán (su provincia natal) para jugar en San Martín.
Esta indecisión provocó que la directiva antoniana haya ingresado en un impasse, antes de la contratación de un atacante de fuste, porque, seguramente, el Beto Pascutti, tendrá la idea de cubrir todos los desaciertos. Y más aún cuando él mismo se pronunció sobre la falta de definición.

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Cuando al Beto Pascutti, en una nota con El Tribuno se le consultó sobre qué deberá mejorar para el futuro, uno de los puntos que señaló el entrenador de Juventud fue la definición, cuando hizo el análisis de la labor que le cupo al equipo que quedó eliminado en la segunda ronda del Federal A, frente a Sportivo Patria de Formosa.
Por eso marca como una premisa evaluar lo que significó el aporte de un experimentado delantero de las características de Gustavo Balvorín, quien convirtió seis goles, pero, no tanto, a otro refuerzo como Héctor Arrigo, quien solo se anotó con una conquista, nada menos, en el clásico con Gimnasia y Tiro y cuando ingresó en el segundo tiempo en el Gigante.
Balvorín actuó "como palomero" porque sus goles los concretó, prácticamente, bajo el arco y siempre estuvo en el "ojo de la tormenta", señalaron tanto las críticas de los hinchas como de los medios, aunque a pesar de su edad cumplió con su deber de anotar goles.
El atacante tucumano, que jugó en Vélez Sarsfield y Huracán, pero que estuvo más tiempo en Gimnasia y Esgrima de Jujuy, pasó por San Martín y Atlético Tucumán, otros clubes de ascenso, y en el fútbol de Ecuador; y demostró también que ya no se encuentra como en sus mejores épocas.
Qué el tiempo le pasó factura al jugador, que le cuesta en el mano a mano con los defensores contrarios, no es algo que vayamos a descubrir. Incluso, si algún técnico rival le manda una marca personal lo termina absorbiendo, como ocurrió en los dos últimos compromisos con los formoseños: aunque trató y buscó zafar de la marcación, el esfuerzo que hizo no le alcanzó.
Balvorín aún no decidió si seguirá ligado a la actividad futbolística con los colores del santo o se irá a Tucumán (su provincia natal) para jugar en San Martín.
Esta indecisión provocó que la directiva antoniana haya ingresado en un impasse, antes de la contratación de un atacante de fuste, porque, seguramente, el Beto Pascutti, tendrá la idea de cubrir todos los desaciertos. Y más aún cuando él mismo se pronunció sobre la falta de definición.

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