La escena en la semana que pasó, fue ampliamente dominada por el conflicto docente y sus coletazos en el esquema administrativo de la provincia. Pero aún sin haber superado totalmente la crisis salarial, sobre todo la que se anticipa en otros sectores de Estado, el Gobierno se dispone a recorrer, ahora con un poco más de oxígeno, el camino de campaña hacia las elecciones del año que viene. No cayó para nada bien que, en medio de la fuerte protesta de los maestros, el gobernador Juan Manuel Urtubey saliera a anticipar su candidatura a gobernador, mientras insistía con su postulación a presidente de la Nación.
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La escena en la semana que pasó, fue ampliamente dominada por el conflicto docente y sus coletazos en el esquema administrativo de la provincia. Pero aún sin haber superado totalmente la crisis salarial, sobre todo la que se anticipa en otros sectores de Estado, el Gobierno se dispone a recorrer, ahora con un poco más de oxígeno, el camino de campaña hacia las elecciones del año que viene. No cayó para nada bien que, en medio de la fuerte protesta de los maestros, el gobernador Juan Manuel Urtubey saliera a anticipar su candidatura a gobernador, mientras insistía con su postulación a presidente de la Nación.
Esta doble candidatura le trajo más de un dolor de cabeza dentro del frente que gobierna la provincia, donde no pocos mantienen una firme postura en rechazo a tal posibilidad. Si bien es cierto la idea se mantiene firme y entusiasta en los sectores más próximos al oficialismo, esas campanas ya no se escuchan con tanta fuerza. Queda la impresión de que “bajaron un cambio” con la idea de la candidatura presidencial de Urtubey, tal vez por la nula intención de voto que marcaron las encuestas, donde la figura del gobernador salteño no aparece ni en la grilla más optimista.
Rodolfo Urtubey, senador nacional y hermano del mandatario, tuvo que descomprimir esas expectativas y aseguró hace unos días que “lo único seguro, es la candidatura a gobernador” de Juan Manuel, con lo cual queda la sensación de que el sueño presidencialista se va desvaneciendo.
Pero conviene en todo caso, observar la actualidad del frente partidario que llevó a Urtubey al gobierno en 2007 y cuál es el estado de esos vínculos políticos que se vieron desgastados por varias situaciones, no tanto con la mirada puesta en el apoyo a la candidatura nacional, sino a la idea de ser reelecto nuevamente al frente de la provincia. Uno de los socios, el Partido de la Victoria, espera a que pase la fiebre mundialista de Brasil 2014 para tomar alguna decisión de peso en relación a la continuidad en el frente y el respaldo a los proyectos políticos del gobernador. Se sabe que el PV llamará a su congreso partidario después del Mundial de Fútbol y allí se resolverá si siguen con el apoyo a Urtubey y a su doble candidatura. La mayoría del Partido de la Victoria se opone, aunque sus intendentes tengan la necesidad de aparecer sonrientes en las fotos cada vez que el mandatario habla de sus proyecciones en la provincia y el país.
Mientras tanto, el Partido Renovador, la otra pata fuerte de la alianza, se mantiene expectante. Existe una especie de status quo luego de la Convención renovadora en la que se facultó a una mesa de dirigentes a llevar adelante las negociaciones para la conformación o la continuidad en frentes partidarios.
El líder del partido y vicegobernador Andres Zottos tuvo algunas muestras de acercamiento con el gobierno, luego del notable distanciamiento; se mostró junto a Urtubey y fue muy crítico con el paro docente, pero nadie olvida la actitud de ninguneo y subestimación del capital electoral del que vienen siendo víctimas dentro del oficialismo.
Pero los problemas para las aspiraciones del gobernador no sólo están presentes en los socios políticos.
En el PJ local persiste el malestar por la falta de autocrítica que se había iniciado en el último Congreso, en noviembre último y luego de los resultados de las elecciones del año pasado, con el agravante que la crisis de liderazgo ha provocado que otros sectores dentro del partido pretendan la candidatura al Gobierno provincial. Este será el primero de varios demonios a vencer en el corto trayecto hacia las próximas elecciones.