Ser infiel en el matrimonio es moralmente inaceptable. Esta es la opinión mayoritaria en cerca de 40 países en los que el Centro de Investigación Pew realizó una encuesta para conocer los principios morales que son aceptados o no. El 78% de las personas que respondieron desaprueban tener una aventura extramatrimonial, el 7% consideró que era aceptable y un 10% estimó que la infidelidad no es una cuestión moral.
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Ser infiel en el matrimonio es moralmente inaceptable. Esta es la opinión mayoritaria en cerca de 40 países en los que el Centro de Investigación Pew realizó una encuesta para conocer los principios morales que son aceptados o no. El 78% de las personas que respondieron desaprueban tener una aventura extramatrimonial, el 7% consideró que era aceptable y un 10% estimó que la infidelidad no es una cuestión moral.
Mientras en la mayor parte de los países reprobar la infidelidad era la opinión más extendida, no ocurría esto en Francia. Los franceses son un caso excepcional: solo el 47% reprocha tener un “affair” con otra persona que no sea el cónyuge, un porcentaje muy bajo si se compara con otros países como Estados Unidos, donde un 84% de la población desaprueba esa conducta, al igual que Canadá (76)%, Gran Bretaña y España (64%). Gran parte de franceses (40%) considera que la infidelidad no es una cuestión moral a valorar. Y un 12% la ve aceptable.
Divorcio y anticonceptivos
La encuesta ha analizado cómo se perciben otros valores morales. Por ejemplo, de forma general, después de la infidelidad lo que más se desaprueba es tener afición a los juegos de azar. Así piensa el 62% de la población en 40 países. Después la homosexualidad (59%), el aborto (56%), las relaciones sexuales entre adultos no casados (46%) y el consumo de alcohol (42%). Sin embargo, el divorcio y el uso de anticonceptivos no parecen ser reprochables, pues solo el 24% y 14% de la población, respectivamente, lo considera inmoral.
Las diferencias
Claro que esos son los resultados según la media de 40 países, con sociedades muy diferentes. Nada tiene que ver la escala de valores de la población estadounidense, canadiense, australiana, francesa, alemana, española o italiana con la jordana, paquistaní, senegalesa o keniana. Incluso entre los países más desarrollados y en desarrollo hay matices y consideraciones que les hacen muy distintos unos de otros. Por ejemplo, sorprende que en EEUU mientras una abrumadora mayoría (84%) considera inaceptable la infidelidad, son menos los estadounidenses (49%) que piensan lo mismo del aborto. La sociedad paquistaní es la más coherente en sus opiniones, según refleja esta investigación: la gran mayoría considera inaceptables los juegos de azar (95%), tener relaciones sexuales entre adultos solteros y el consumo de alcohol (94%), la infidelidad (92%), el aborto (85%) y los anticonceptivos (65%).
En España la infidelidad es lo que más rechazo produce, pues el 64% de la población lo considera inaceptable, al igual que el aborto (54%). Después la escala de valores se diluye entre los que se aceptan y los que se consideran no deben ser juzgados y no entran en la moralidad. Por ejemplo, el 51% de los españoles opina que los juegos de azar no son un afición que haya que valorar moralmente y el 46% beber alcohol. El uso de anticonceptivos es aceptado por el 64%, el divorcio por el 57% y la homosexualidad por el 55%.
La deslealtad
“Aquí se suma el problema de la infidelidad y el de la deslealtad. La infidelidad presume la existencia de un tercero. Pero, en realidad, empieza antes de que llegue ese otro. El campo se prepara antes. Deslealtad es, además, apartarse de un proyecto común sin avisar. Es estar ausente afectiva o emocionalmente” , apunta Sergio Sinay, especialista en vínculos.