Difundidos los resultados de la Colecta de Cáritas en Salta (menores a los de 2013) y pasado el histórico rezo conjunto por una solución al conflicto en Medio Oriente -que protagonizaron este mes el Papa, el presidente de Israel, Shimon Peres, y el líder palestino Mahmud Abbas, en el Vaticano-, es tiempo de balances. El Tribuno entrevistó al arzobispo de Salta, Mario Antonio Cargnello, quien se refirió a estos gestos, cuyos alcances son simbólicos, pero también habló sobre una nueva conciencia que se va instalando en el mundo, con la que tiene que ver el pedido de Francisco: “Quiero una iglesia pobre y para los pobres”. Particularmente este mandato, dice Cargnello, a él lo ha llevado a reflexionar acerca de la propia “indignidad ministerial”.
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Difundidos los resultados de la Colecta de Cáritas en Salta (menores a los de 2013) y pasado el histórico rezo conjunto por una solución al conflicto en Medio Oriente -que protagonizaron este mes el Papa, el presidente de Israel, Shimon Peres, y el líder palestino Mahmud Abbas, en el Vaticano-, es tiempo de balances. El Tribuno entrevistó al arzobispo de Salta, Mario Antonio Cargnello, quien se refirió a estos gestos, cuyos alcances son simbólicos, pero también habló sobre una nueva conciencia que se va instalando en el mundo, con la que tiene que ver el pedido de Francisco: “Quiero una iglesia pobre y para los pobres”. Particularmente este mandato, dice Cargnello, a él lo ha llevado a reflexionar acerca de la propia “indignidad ministerial”.
Hace poco se conocieron los resultados de la Colecta Anual de Cáritas para Salta: unos $270.000. ¿Cuál es el objetivo, más allá de lo mucho o poco que se recaude?
La colecta de Cáritas intenta desarrollar en el corazón de los cristianos la conciencia de que nos tenemos que hacer cargo del hermano. Los rostros que interpelan de una forma particular son los de los hermanos pobres, que en Argentina existen y paradógicamente en una nación que está alimentando a la nación más poblada de la Tierra: China. Sin embargo, hay gente que no tiene qué comer o que come mal. Esa realidad que la Iglesia viene constatando una y otra vez es la que nos interpela y la que intenta ponerse en la conciencia nuestra para provocarnos a dar una respuesta desde el amor. Ese es el objetivo de la colecta. No vamos a solucionar todos los problemas, pero sí a ayudar a todos los que podamos y, al mismo tiempo, contribuiremos al crecimiento de una conciencia fraterna y solidaria en el pueblo de Dios y el pueblo argentino.
¿Qué pobreza le preocupa?
La pobreza es un problema humano y me preocupan las pobrezas que están en la raíz de la cultura, por ejemplo la desnutrición. Por eso nuestra diócesis apoya a la Cooperadora para la Nutrición Infantil (Conin), que no es una organización eclesial, sino civil.
El Papa invitó a rezar juntos en el Vaticano al presidente de Israel, Shimon Peres, y el líder palestino Mahmud Abbas, durante su viaje a Tierra Santa, con el deseo de acercar a israelíes y palestinos, distanciados tras el fracaso en abril de las negociaciones de paz. ¿Sirvió?
El Papa en un gesto verdaderamente audaz invitó a que recen juntos y lo hicieron. Hoy hablamos mucho del lenguaje de lo simbólico y son gestos que intentan sembrar un mensaje. El fruto depende de Dios, del tiempo y del corazón de quienes los reciben; pero son gestos que no te dejan indiferente. En otro orden, los gestos de Mandela fueron provocadores de al menos una nueva conciencia que se va instalando, no de un día para otro, pero se va instalando no solo en Sudáfrica sino en el mundo entero, y estos gestos se inscriben en esa línea: que un pueblo dividido, que sufre, pueda juntarse a rezar por la paz no deja de ser un signo de pregunta, una provocación, un estímulo. Se ve que el Papa interpela con estos gestos, porque la humanidad responde.
¿Estos gestos también se derraman en Salta?
En el hospital San Bernardo se va a terminar pronto -y si Dios quiere- una capilla interconfesional (credos judío, católico y musulmán) y no todos la aceptan; pero en un mundo como este no podemos vivir en una cápsula. Respetar la diferencia, manifestarla en un signo arquitectónico, acogerla con un espíritu amplio es lo mínimo que se pide; pero tenemos que crecer para captar eso y queremos escribir en esa línea en nuestra provincia y nuestra región, hacia una capacidad mayor de acoger la diversidad respetando a los hombres como son. Son gestos, algunos publicitados y otros no, que quedan y que son pasos adelante para la humanidad.
Dificultades para entablar relaciones pacíficas y duraderas con los hermanos de raza y una permanente negación del derecho del vecino a existir, ¿lejos estamos de la trama del conflicto de Medio Oriente?
Nosotros de lejos sí nos aplaudimos, pero somos discriminadores y como nos sucede siempre la discriminación se da entre vecinos. No los discrimino porque están lejos, pero no sé si mi actitud sería acogedora si los tuviera cerca, porque tengo que luchar contra mi corazón egoísta y aprender a incluir a todos. Puedo caer en la discriminación del hermano que ha nacido en Bolivia, o en Chile, o le pasa a un mesopotámico con el vecino de Brasil o de Uruguay. Ahí se da el riesgo de la discriminación, cuando lo diferente se te hace cercano. ¿Lo acoges o no? Ahí es cuando tu corazón está llamado.
¿Por qué firmó su mensaje sobre la Colecta Anual de Cáritas “Mario Cargnello, su indigno arzobispo”?
Lo hice porque en el tema de la caridad sé que estoy en deuda. No me pongo como modelo. A mí me duele no poder llegar, no saber llegar, o no haber hecho lo suficiente para llegar a muchas situaciones. No creo que pueda arreglar todo porque tengo todos los límites que puede llegar a tener cualquier hijo de vecino, pero sé que estoy en deuda.
¿Esa será una sensación de muchos desde que se inició el pontificado de Francisco?
Tengo que agradecerle al Papa que haya dicho: “Quiero una iglesia pobre y para los pobres”. No digo que se me haya caído la estantería, pero sí que me sacudió en lo hondo del corazón... Se lo he dicho al Papa: “Mirá, a mí con eso me has dado vuelta”. Y cómo ser una iglesia más austera yo me lo planteo y también me pregunto cómo ser una iglesia que escuche las necesidades de los más humildes.
Con la letra tau empieza la palabra griega “tapeinós” (“pequeños” o en otras interpretaciones “indignos”). Y Cargnello la nombra cuando celebra la Eucaristía: “(...) en comunión con el Papa Francisco y con este indigno siervo tuyo”. Cargnello dice también que en un principio la cruz que se ponía delante del nombre de los ministros de Dios era una tau, “el indigno”.
¿De qué se siente indigno?
El celebrar la Eucaristía te lleva a una identificación tan grande con el Señor que en primera persona decís: “Este es mi cuerpo, el que he entregado por ustedes. Esta es mi sangre, la que he derramado por ustedes...”. Pero cuando advertís la desproporción siempre estás llamado a ir más allá. Ojo, la experiencia de la indignidad a veces es como que te pesa, sobre todo cuando tenés fuerte conciencia de un pecado o lo que fuere. Nunca podré ser digno porque el Señor siempre es más, me trasciende, es Dios. Nosotros somos seres humanos y encima pecadores. Cuando vos advertís esa desproporción, ¿quién se va a sentir digno?
La religión en las escuelas
La popularidad del Papa argentino crece entre católicos, judíos y musulmanes. En el cinerario de la parroquia de La Viña están los símbolos de estas religiones. Esto lleva a preguntarle por las bases...
¿Por qué en la enseñanza religiosa de las escuelas públicas no se ven reflejadas la doctrina y la historia de las tres religiones monoteístas?
La situación de Salta es especial porque es la Constitución la que avala la educación religiosa, aceptando la idiosincrasia del pueblo del Noroeste argentino. En esto también tenemos que crecer y estamos creciendo. El ofrecimiento que hacemos de preparar a los docentes para que sean profesores o maestros de religión en las escuelas está en esta línea. Por eso nosotros distinguimos entre educación religiosa y catequesis.
Pero en la práctica, ¿no es catequesis católica lo que se imparte a los alumnos?
La catequesis sí compromete una respuesta de fe, en el caso nuestro católica. La educación religiosa es una enseñanza que apunta al conocimiento de las respuestas que puede dar, pero abierta a la posibilidad de que otros también lo den, de tal manera que otras confesiones den clases de acuerdo con el pedido de los padres, porque el derecho de decidir es de los padres, y nuestro instituto, que es el Tavella, prevé eso. A tal punto que tiene alumnos que son protestantes. Estamos abiertos y no hay que asustarse de eso, porque a la educación religiosa no la vemos como un instrumento de proselitismo. Sería absurdo pensar así en un mundo en el que justamente se favorece el diálogo entre las religiones; pero justamente el diálogo no es una conversación irenista, en la que todo es igual, sino una presentación de identidades, respetando la diferencia del otro, pero conscientes de nuestra identidad.