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Fondos buitre: el Gobierno estudia ofrecer un pago a Griesa

Lunes, 23 de junio de 2014 07:12

En el mercado estiman que la Argentina podría pagarle unos 300 millones de dólares en efectivo a los fondos buitre NML Eliot, Aurelius, Blue Anngel y 13 bonistas particulares (20% de lo ganado en el fallo del juez Thomas Griesa) y negociar la forma de cancelar los más de 1.000 millones restantes, con una fórmula capaz de estirar los plazos y evitar apremios financieros.

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En el mercado estiman que la Argentina podría pagarle unos 300 millones de dólares en efectivo a los fondos buitre NML Eliot, Aurelius, Blue Anngel y 13 bonistas particulares (20% de lo ganado en el fallo del juez Thomas Griesa) y negociar la forma de cancelar los más de 1.000 millones restantes, con una fórmula capaz de estirar los plazos y evitar apremios financieros.

Se especula con que esta semana una delegación argentina podría reunirse cara a cara con representantes de los acreedores de bonos en default que no aceptaron los canjes de 2005 y 2010 para avanzar en esta negociación, con aval del juez de Nueva York.

A fin de mes, la Argentina debe saldar vencimientos de deuda por 900 millones de dólares, de los cuales 225 millones deben ser cancelados en Nueva York. Por eso existiría cierto apuro en avanzar en un acuerdo que dé señales a los mercados de que el país no caerá en default.

Se aprovecharía, para ello, el seguro que le da un plazo de 30 días más a la Argentina, hasta fines de julio, para evitar técnicamente la cesación de pagos.

Ante el revés judicial en Estados Unidos, la Argentina dejaría de lado la posibilidad de pedir una quita y operaría con una estrategia similar a la utilizada ante el Club de París: pagar todo lo reclamado pero a largo plazo.

Así, el país podría ofrecer un “anticipo” de 300 millones de dólares y acordar emisiones de títulos a varios años. Los fondos denominados buitre ya hicieron trascender que están dispuestos a escuchar ofertas pero manifestaron su pretensión de negociar “cara a cara” con referentes con poder de decisión a la vez que aclararon que no pondrán en juego el monto total que deben cobrar, de acuerdo a lo dispuesto por Griesa.

El ministro de Economía, Axel Kicillof, estuvo el fin de semana definiendo los pasos a seguir. Entre la batería de estrategias, se descarta una negociación directa con los holdouts dado que ello podría gatillar demandas de los bonistas que ingresaron a los canjes de 2005 y 2010, por la cláusula RUFO (Rights Upon Future Offers).

A ellos se les aseguró que la Argentina no haría una mejor oferta a acreedores antes del 31 de diciembre de 2014, por lo que acordar de forma directa y antes de esa fecha con los que iniciaron el litigio en Nueva York es un riesgo latente de potenciales juicios. El Gobierno por ello buscaría hacer garantizar con un pago al juez Griesa el cumplimiento de su sentencia y negociar con los holdouts el pago final recién en 2015.

Tres bancos dispuestos a comprar la deuda

En paralelo hay movimientos de algunos bancos, interesados en destrabar esta situación ofreciendo como alternativa la compra a los fondos buitre del juicio que tienen ganado a la Argentina y luego en 2015 negociar la solución definitiva con el gobierno nacional. Ya habría tres entidades monetarias efectuando gestiones ante el Ejecutivo previendo el desenlace judicial negativo.

“Participar de un acuerdo como el de los holdouts es una gran vidriera. Además, tenemos mucho para aportarle al Gobiern”, sostuvo un banquero que prefirió no revelar su identidad al diario La Nación. “Hoy por hoy, nadie se quiere perder la posibilidad de ganarse el mandato para negociar el acuerdo con los holdouts. Pero la realidad es que hasta ahora el Ministerio de Economía se mantiene bastante hermético”, confió otro hombre de negocios.

En los bancos no sólo ven atractivo el negocio de financiar los 1.330 millones de dólares que el Gobierno debería pagarles a los bonistas que ganaron la demanda en el juzgado de Griesa porque le significaría el ingreso de unos 5 millones de dólares en comisiones, sino que saben que ese trato podría abrirles las puertas para una operación aún mayor, como algún acuerdo con el resto de los acreedores que todavía están en default y que, según dijo Kicillof, podrían sumar unos 15.000 de dólares millones más.

En el mediano plazo, por otro lado, dan por hecho que la Argentina también intentará salir a los mercados a colocar deuda y que probablemente será uno de los países más activos en el circuito internacional en los próximos años.

 

 

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