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Las mejores mascotas para niños pequeños, sus pros y contras

Martes, 24 de junio de 2014 02:03

Está ampliamente aceptado que convivir con un animal puede resultar altamente beneficioso para un niño pequeño en muchos sentidos: hacerse responsable de parte de los cuidados de la mascota, tener un vínculo especial de amistad con otra especie mejora la empatía e incluso verle morir es positivo, ya que ayuda a que asuma de modo más fácil y natural el ciclo de la vida.

Además, son muchos los niños que desde bien pequeños desean un animal y se lo piden a sus padres con insistencia. Algo tan deseado puede resultar muy motivador. Lo importante en estos casos es tener claro qué animal vamos a aceptar en nuestro hogar.

No ceder a caprichos repentinos e informarse sobre los cuidados que necesita y saber si se los podremos dar es imprescindible, ya que todos los ejemplos y aprendizajes positivos que podría obtener el niño pueden convertirse en lo contrario si el pequeño comprueba que el animal languidece y muere sin los cuidados adecuados o es abandonado.

El perro, el mejor amigo del niño, pero mejor si es grande Casi todos los niños, si pudieran elegir un animal de compañía, optarían por un perro. Y efectivamente es el compañero de juegos por excelencia. Son animales extraordinariamente sociales, buscan continuamente la compañía humana, es posible enseñarles muchos trucos, compartir con ellos largos paseos, lanzarles la pelota, cepillarlos. Pero también son las mascotas más exigentes: requieren dos o tres paseos diarios, es necesario educarlos, hay que tener un lugar para ellos durante las vacaciones, viven muchos años.

Es preferible una raza (o un mestizo) de mayor tamaño. Como poco se recomienda que sea del tamaño de un cocker. Por supuesto, hay razas especialmente cariñosas, juguetonas y pacientes con los niños: bobtails, boxers, labradores y golden retrievers. Todos son perros grandes, no es una coincidencia.

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Está ampliamente aceptado que convivir con un animal puede resultar altamente beneficioso para un niño pequeño en muchos sentidos: hacerse responsable de parte de los cuidados de la mascota, tener un vínculo especial de amistad con otra especie mejora la empatía e incluso verle morir es positivo, ya que ayuda a que asuma de modo más fácil y natural el ciclo de la vida.

Además, son muchos los niños que desde bien pequeños desean un animal y se lo piden a sus padres con insistencia. Algo tan deseado puede resultar muy motivador. Lo importante en estos casos es tener claro qué animal vamos a aceptar en nuestro hogar.

No ceder a caprichos repentinos e informarse sobre los cuidados que necesita y saber si se los podremos dar es imprescindible, ya que todos los ejemplos y aprendizajes positivos que podría obtener el niño pueden convertirse en lo contrario si el pequeño comprueba que el animal languidece y muere sin los cuidados adecuados o es abandonado.

El perro, el mejor amigo del niño, pero mejor si es grande Casi todos los niños, si pudieran elegir un animal de compañía, optarían por un perro. Y efectivamente es el compañero de juegos por excelencia. Son animales extraordinariamente sociales, buscan continuamente la compañía humana, es posible enseñarles muchos trucos, compartir con ellos largos paseos, lanzarles la pelota, cepillarlos. Pero también son las mascotas más exigentes: requieren dos o tres paseos diarios, es necesario educarlos, hay que tener un lugar para ellos durante las vacaciones, viven muchos años.

Es preferible una raza (o un mestizo) de mayor tamaño. Como poco se recomienda que sea del tamaño de un cocker. Por supuesto, hay razas especialmente cariñosas, juguetonas y pacientes con los niños: bobtails, boxers, labradores y golden retrievers. Todos son perros grandes, no es una coincidencia.

Los gatos, para los más formales Los gatos son mucho menos exigentes que los perros. No requieren paseos y pueden quedarse solos en casa si sus dueños salen de vacaciones. Por eso muchas veces se adopta o se adquiere un gato como sustituto menos trabajoso de un perro. No es una buena idea. Es un animal completamente diferente y no siempre es el compañero más adecuado para un niño pequeño. Un gato puede ser muy cariñoso y buscar constantemente la compañía de su dueño.

Existe todo un universo de pequeños mamíferos que pueden ser unos animales de compañía estupendos. Los más comunes son los jerbos, conejos, cobayas y hamsters. Los hamsters son los más extendidos. Hay multitud de variedades. Son fáciles de mantener y de manipular, aunque hay que tratarlos con gentileza. Habría que abstenerse de comprar una pareja, si son del mismo sexo no son raras las peleas y si son macho y hembra, aunque ver de primera mano la procreación animal pueda ser muy instructivo, podemos vernos inundados de crías.

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