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El gran clásico patriótico

Sabado, 12 de julio de 2014 01:25

Desde temprano comienzan los preparativos. Y de a poco el camino de tierra, acostumbrado a ser andado a caballo o a pie, se va poblando de vehículos que arriban a La Costa, un lugar que queda a unos cinco kilómetros del pueblo de La Viña. 

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Desde temprano comienzan los preparativos. Y de a poco el camino de tierra, acostumbrado a ser andado a caballo o a pie, se va poblando de vehículos que arriban a La Costa, un lugar que queda a unos cinco kilómetros del pueblo de La Viña. 

Es 9 de Julio. Es el día de la Independencia argentina y, mientras en otros lugares se lo celebra con actos protocolares, la gente del lugar se prepara para festejarlo a su modo. 
Ni siquiera ha salido el sol y los encargados de la comida ya han comenzado a preparar el espacio donde más tarde, luego del evento principal, le gente que asistió podrá disfrutar de un rico plato de locro.
A metros de allí, siguiendo el camino de tierra que atraviesa un arroyo se encuentra el campo de juego, donde se reeditará el superclásico. 
El Boca - River, River - Boca por la independencia es una tradición que junta a tres generaciones de las familias que pertenecen al paraje La Costa y es un desafío que se ha mantenido a lo largo de 47 años.
En esta fiesta los niños son los primeros en saltar al campo de juego, que, si bien no está en las mejores condiciones, sirve de escenario para que ellos se calcen la banda o la azul y oro y personifiquen a sus ídolos con un balón en sus pies.
Luego llega el turno de los veteranos, quienes ya han participado de este desafío durante varios años y, sin importarles la edad, aún se dan el gusto de defender al club de sus amores.
Y al último, el plato principal. El partido de los jóvenes o la “primera”, como ellos suelen llamarle, se vive con la misma emoción, los nervios y la alegría de un superclásico por los puntos. 
Al finalizar los partidos, sin importar el resultado, todos se reúnen y vuelven por ese camino de tierra que atraviesa un arroyo para disfrutar de un almuerzo comunitario, coronando este festejo particular por la independencia de nuestro país.

El nacimiento del clásico de La Viña

Esta particular forma de festejar la Independencia en el paraje Las Costas nació en el año 1967 en una discusión entre dos lugareños por ver qué equipo era mejor, si Boca o River.
En un bar que había al lado de la capilla del lugar, Savino “Lechuza” Pastrana (River) y Román Prieto (Boca) disparaban sus argumentos para dejar en claro cuál de los dos clubes era superior a otro. Pero lejos de llegar a un acuerdo, dejaron las palabras de lado y acordaron un desafío. 
Los hinchas de Boca contra los de River, en un partido que determinaría finalmente al mejor de los dos, pero había una sola condición para aquellos que quieran participar del desafío. Tenían que ser familiares directos. Así, ambos se aseguraron que nadie llevase a ningún “extraño” a disputar el partido, por lo que el asunto quedó solo en familia.
En aquel 9 de julio ganó River por 1 a 0, pero el desafío se mantuvo año tras año y cada vez fue tomando más fuerza hasta que se agregaron los partidos de infantiles y veteranos. Además, también algunos afirman que en un momento hubo hasta partidos de fútbol femenino.
De esta manera, la tradición aún se mantiene luego de 47 años y ya camina hacia sus bodas de oro.

La fiesta se hace todo a pulmón

Si bien esta tradición se repite tan solo una vez al año, desde meses antes hay que encargarse de organizar bien el evento para que todo salga redondo. 
Desde las redes para los arcos hasta los permisos municipales y de bomberos, todo es visto con la antelación necesaria para que el 9 de julio sea solamente para disfrutarlo.
La comisión organizadora, que solo cuenta con un par de miembros, es la encargada de ver estos asuntos para que no haya contratiempos a la hora del festejo. Pero también se necesita de la gente que participa del mismo para que esta tradición se mantenga viva.
Carlos Núñez, uno de los organizadores, explicó: “Esto se hace todo a pulmón verdaderamente. Tan solo repartimos unos talonarios de bono contribución para recaudar los fondos necesarios para realizar el almuerzo comunitario”.
Además, el evento cuenta en ocasiones con la colaboración del municipio de La Viña o de casas deportivas que donan los juegos de camisetas o algunas pelotas para utilizar en los partidos. 

Hubo controversia para determinar las bodas de oro

A medida que se fue acercando el 9 de julio de este año, la duda se fue apoderando de la gente del paraje La Costa porque algunos creían que en 2014 se cumplían los 50 años del clásico desafío lugareño. Por ende, el festejo en esta ocasión tenía que ser mucho mejor que los anteriores.
Entre dimes y diretes, reuniones, y consultas a los ancianos que participaron de esta tradición durante muchos años, se intentó saber a ciencia cierta en qué año comenzó todo. 
El tiempo apremiaba y aún no se podía llegar a una conclusión. Algunos afirmaban que todo comenzó una tarde de 1964, que en 2014 era la ocasión de las bodas de plata. Por otra parte estaban los que esgrimían que este desafío inició en 1967.
Muchas vueltas se dieron hasta que apareció un documento que despejó todas las dudas que había. 
Un panfleto que se hizo en 1992 determinó que el primer superclásico de la Independencia se jugó un 9 de julio de 1967, ya que en el año que fue escrito el mismo se celebraba ni más ni menos que las bodas de plata de este desafío.
En este panfleto figura la historia de cómo surgió esta tradición con nombre y apellido de sus creadores, el resultado del primer partido y hasta las formaciones de Boca y de River que jugaron ese día. Además de unas cuantas fotos viejas que lo ilustran.
De esta manera, las dudas quedaron despejadas a pocos días de la realización del festejo de este año y se acordó que las bodas de oro se celebrarán recién en el 2017. 
Aún así, el miércoles pasado hubo personas como Yolanda Alvarez de Pantoja, quien estaba segura que el festejo de este año era el de los 50 años. Pero que de igual manera aceptaba la decisión que se había tomado y que espera poder vivir ese día, en el cual adelantó que se preparará una torta gigante para festejar. 

Contactar a los clubes, es el deseo 

Ya pensando en los preparativos para festejar las bodas de oro del desafío, desde la organización anhelan poder contactarse con River y Boca y hacerles llegar esta historia que los involucra desde hace muchos años.
Carlos Núñez, uno de los organizadores del evento, expresó: “Sería buenísimo que pudiéramos llegar a los dos clubes para conocer su reacción ante este desafío y ver si pueden participar de alguna manera del festejo por los 50 años en 2017”.
La idea está instaurada desde hace mucho tiempo en la organización, pero la falta de recursos y de llegada a los dos clubes dificulta la tarea de involucrarlos en esta fiesta del paraje La Costa.
“Desde hace años queremos contactarnos con ellos pero no lo logramos. Nuestro deseo es que algún jugador, ya sea en actividad o retirado, dé el puntapié inicial el día de las bodas de oro. Y si eso no se puede dar, al menos contar con un mensaje de ellos para ese día en el que cumplamos 50 años haciendo esto”, expresó Núñez.
De esta manera el juego queda abierto y en La Viña esperan una señal desde Buenos Aires.

 

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