Quien conozca de béisbol en Salta conoce el apellido Schiavoni. Mauro, el menor de cuatro hermanos, inmediatamente aprendió a caminar agarró el bate y comenzó su largo camino que hoy, a sus 27 años, lo depositó en Alemania, lugar donde sufrió la final del Mundial.
Futbolero como todo argentino, Mauro es fanático de Boca Juniors y, como cualquier compatriota, siguió con nervios y emoción la Copa disputada en Brasil. La vida, el destino o como quieran llamarle, quiso que aquel niño jugador de Cachorros vea la final más apasionante de su vida (no había nacido en México 86 y tenía tres años en Italia 90), en la tierra del seleccionado rival, donde defiende a los Mannheim Tornados.
“Vimos el partido con Juan Martín (un bonaerense exjugador de Ferro y compañero de equipo), encerrados en nuestro departamento. Los alemanes estaban muy confiados, fue una enorme tristeza haber perdido”.
Antes del encuentro, en su cuenta de Facebook, el jugador puso: “Vamos carajo !!! Con el corazón!!!! Vamos Argentina !!”.
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Quien conozca de béisbol en Salta conoce el apellido Schiavoni. Mauro, el menor de cuatro hermanos, inmediatamente aprendió a caminar agarró el bate y comenzó su largo camino que hoy, a sus 27 años, lo depositó en Alemania, lugar donde sufrió la final del Mundial.
Futbolero como todo argentino, Mauro es fanático de Boca Juniors y, como cualquier compatriota, siguió con nervios y emoción la Copa disputada en Brasil. La vida, el destino o como quieran llamarle, quiso que aquel niño jugador de Cachorros vea la final más apasionante de su vida (no había nacido en México 86 y tenía tres años en Italia 90), en la tierra del seleccionado rival, donde defiende a los Mannheim Tornados.
“Vimos el partido con Juan Martín (un bonaerense exjugador de Ferro y compañero de equipo), encerrados en nuestro departamento. Los alemanes estaban muy confiados, fue una enorme tristeza haber perdido”.
Antes del encuentro, en su cuenta de Facebook, el jugador puso: “Vamos carajo !!! Con el corazón!!!! Vamos Argentina !!”.
Pese a las gastadas de sus colegas a quienes cataloga como “insoportables”, comenta que son muy amables y no tan fríos como se piensa.
“Me sorprendieron mucho los alemanes. Son piolas, hasta más churos que algunos italianos”, dice a El Tribuno en una charla bien salteña, pese a los casi 13 mil kilómetros que lo separan de su tierra natal.
En marzo desembarcó en Mannheim (una ciudad de 314.931 habitantes ubicada en el norte de ese país). El idioma a priori parecía un problema, pero se adaptó rápido pese a no lograr entender el alemán.
“Por suerte casi todos hablan inglés y así me comunico”.
Aún con tristeza, el argentino dejó un saludo a sus compatriotas y pidió que “aplaudan de pie a la Selección”.
En Inglaterra, el Chipi también la sufrió
Desde Londres, el rugbista Juan “Chipi” Figallo vio el partido de la Selección junto a su esposa. El salteño e integrante de Los Pumas hasta se pintó para el partido contra los alemanes.
La pelota no se mancha, se pinta
Tomás Cocha, uno de los golfistas más destacados de Salta, le puso los colores de Argentina a su pelota. “Más argentino que nunca. #TEAMO ARGENTINA”, puso en su cuenta de Twitter.