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De tener la mejor delantera, a resguardarse en la criticada defensa. Esa metamorfosis sufrió Argentina a lo largo del Mundial. Es que Di María, Agüero, Messi e Higuaín solo pudieron jugar un partido completo juntos y su rendimiento no conformó.
En el debut, de los 4, solo jugaron Di María, Messi y Agüero; aunque Higuaín ingresó en el ST. Con toda la presión, Sabella puso a los 4 fantásticos ante Irán. Pese a esto, en ambos partidos, Messi fue el único que se lució marcando goles claves.
Luego comenzaron las lesiones. Contra Nigeria arrancaron los 4, pero a los 38’ Agüero salió lesionado. Sin embargo, Messi volvió a ser fundamental anotando dos veces.
Contra Suiza apareció Angel Di María; después de varios intentos fallidos, marcó el único tanto del partido en el alargue. Y contra Bélgica fue el turno de Gonzalo Higuaín que, después de una primera fase en la que dejó mucho que desear, remató cual goleador de raza, marcando el 1 a 0. Fue en este partido en el que Argentina perdió a Angel Di María, por lesión. Frente a Holanda, sin Di María, Agüero ingresó sobre el final y fue muy criticado porque no estuvo a la altura de las circunstancias. Y en la final de ayer fue peor: el Pipita se perdió un gol solo, el Kun no apareció, Messi tampoco y Di María continuó lesionado. Quizás, el rendimiento que más sorprende es el de Agüero: ¿por qué no gravitó? ¿Fue por el escándalo mediático en el que se vio envuelto con su exmujer, nada menos que la hija de Maradona?, ¿no se recuperó? ó ¿no tuvo suerte? En fin, la eficacia no apareció nunca y la defensa se transformó en el concepto base de la Selección; contra todo pronóstico fue el Mundial de los defensores.