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15 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Morir de pie y con las botas puestas

Lunes, 14 de julio de 2014 01:43

El sueño argentino duró hasta el séptimo minuto del segundo tiempo del suplementario, hasta que apareció el enganche Mario Götze. El gol de los alemanes, verdugos en tres mundiales (Italia 1990, Alemania 2006 y Sudáfrica 2010), fue un premio para duro equipo europeo que contó con la fortuna, como todo campeón, de haber tenido un arbitraje pésimo como el de Nicola Rizzolli, quien no cobró un terrible penal de Manuel Neuer a Higuaín en los primeros minutos del primer tiempo. Era penal y expulsión para el arquero, era el inicio de otro partido. Pero Argentina no perdió solo por el árbitro: Ni Messi estuvo fino. En el arranque del complemento se perdió el con un disparo que se fue muy cerca del palo. 

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El sueño argentino duró hasta el séptimo minuto del segundo tiempo del suplementario, hasta que apareció el enganche Mario Götze. El gol de los alemanes, verdugos en tres mundiales (Italia 1990, Alemania 2006 y Sudáfrica 2010), fue un premio para duro equipo europeo que contó con la fortuna, como todo campeón, de haber tenido un arbitraje pésimo como el de Nicola Rizzolli, quien no cobró un terrible penal de Manuel Neuer a Higuaín en los primeros minutos del primer tiempo. Era penal y expulsión para el arquero, era el inicio de otro partido. Pero Argentina no perdió solo por el árbitro: Ni Messi estuvo fino. En el arranque del complemento se perdió el con un disparo que se fue muy cerca del palo. 

La Selección también tuvo otras dos oportunidades clarísimas de gol en los pies de Gonzalo Higuaín (PT 20’), que desperdició un mano a mano increíble, y otra de Messi (PT 39’), que sin ángulo no pudo definir. 
En síntesis, Argentina jugó el partido que pensó: le cedió campo y pelota a Alemania, pero sin perder de vista el arco del adversario. 
La defensa lució sólida, más allá de las tres chances que tuvo el equipo de Joachim Löw en el último cuarto de hora de la primera etapa: dos remates Schurrle (PT 36’) y Kroos (PT 43’) que contuvo Sergio Romero y un cabezazo de Höwedes (PT 46’) que dio en el palo.
En fin, Argetina perdió con dignidad un partido cerrado y parejo, una final que quedará en la historia.

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