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EL LOBIZON

Martes, 15 de julio de 2014 02:49

Dice la leyenda que el séptimo hijo varón es el lobizón y que en las noches de luna llena se convierte en lobo y sale a matar ovejas. Yo he tenido la oportunidad de conocer varios lobizones de traje que a veces se disfrazan de ovejas y actúan a plena luz del día y en ese afán de matar tantas ovejas se transforman en carneros (Efecto Estocolmo: agresor se enamora de la víctima y viceversa). Es la bestialidad de su imperativo animal que circula por sus venas, nubla sus mentes y, ya desequilibrados, rompen el orden y la paz social.

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Dice la leyenda que el séptimo hijo varón es el lobizón y que en las noches de luna llena se convierte en lobo y sale a matar ovejas. Yo he tenido la oportunidad de conocer varios lobizones de traje que a veces se disfrazan de ovejas y actúan a plena luz del día y en ese afán de matar tantas ovejas se transforman en carneros (Efecto Estocolmo: agresor se enamora de la víctima y viceversa). Es la bestialidad de su imperativo animal que circula por sus venas, nubla sus mentes y, ya desequilibrados, rompen el orden y la paz social.

Dicen que un hombre sabio aconsejó a los lobizones diciéndoles que deben sustraerse de los impulsos y necesidades terrenales, porque en el mal de las carencias sucumben los pobres espíritus en los siete pecados capitales. Pero también les dijo que para salvar sus almas (que también los ateos las tienen, gracias a Dios) es menester hacer lo siguiente: no dar a nadie la oportunidad de que ensucie nuestras ideas o, como se decía antiguamente, no nos hagan pisar el palito y no damos nosotros mismos la oportunidad de entrar en el camino torcido y terminar lloriqueando.

Ortega y Gasset dijo que el hombre es él y sus circunstancias. Yo digo que las circunstancias también dependen del hombre, de modo que dominando nuestros impulsos no morderemos a nadie. Y el amor del que no hablan los filósofos es el punto.

Pablo Ferreyra Yrigoyen

Salta - capital

 

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