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Comenzó la quema de pastos a orillas de rutas

Miércoles, 23 de julio de 2014 00:30
Comienzan a percibirse las primeras quemas de pastizales a la vera de las rutas que atraviesan el Valle de Lerma.
Esta práctica, cuando no es controlada es profundamente nociva para el medio ambiente, atenta contra la seguridad de las personas y los bienes públicos y privados.
Se necesita entonces insistir, para que la gente y las instituciones tomen conciencia de que se trata de una acción perjudicial que afecta el balance ecológico, destruye el hábitat de la flora y la fauna, pone en riesgo a la comunidad y en algunos casos impacta sobre las especies en peligro de extinción.
La clave para evitar dichos efectos es el control y la previsión.
La quema a campo abierto se da especialmente durante los meses de mucha sequedad en el ambiente, que en esta región se extiende en general desde fines de mayo hasta las primeras lluvias, que pueden darse durante los últimos días de septiembre y a principios de octubre, es decir, durante el período en que las precipitaciones son mínimas.
Estas acciones, que en algunos casos apuntan a controlar los pastizales, develan un profundo desconocimiento sobre sus consecuencias a largo plazo, que pueden ser devastadoras.
Quemas no controladas
La fuente de calor para iniciar un fuego en pastizales o bosques puede ser natural, como por ejemplo fricción de ramas o troncos, o gotas de rocío que producen el efecto lupa. Pero en la mayoría de los casos son ocasionados por personas, cuando descuidan una fogata o arrojan colillas de cigarrillos en las banquinas de las rutas y vidrios. Es así, que el incendio puede originarse por desidia y expandirse por acción del viento.
Otra práctica común causante de fuegos no controlados es la disposición final de la basura, ya que hay mucha gente que quema los desperdicios.
Por otra parte, las botellas o vidrios pueden generar un efecto lupa al concentrar los rayos del sol y generar el calor suficientes para iniciar un fuego.

Valle de Lerma

Fuegos controlados
El fuego intencional y controlado es la práctica más antigua empleada por el hombre en sus intentos de manejar la naturaleza, para brindar una pastura nueva, fresca y sin remanentes al ganado. Desde siempre fue un factor natural en el control de muchos tipos de vegetación. Históricamente, se usó el fuego para crear nuevas tierras de pastoreo. En algunos casos, la quema puede ser beneficiosa, mientras que en otros es destructiva e influye en forma negativa en la producción y el mejoramiento del pastizal.
Un ecosistema es la unidad básica que incluye todos los organismos que funcionan juntos, como una comunidad de seres vivos en un área determinada, en interacción con el medio ambiente y en este caso, nos referimos al suelo. El suelo le provee alojamiento a millones de microorganismos y todos ellos llevan a cabo procesos físicos y biológicos necesarios para un ecosistema saludable incluyendo el reciclaje de nutrimentos, remoción de desperdicios, estructura del suelo y la retención de la humedad. Un fuego fuera de control causa daños severos y un desbalance al ecosistema al que le puede tomar varios años recuperarse. En el bosque nativo la quema controlada y responsable permite preservar del fuego las áreas que no se desean quemar, de esta manera el bosque se mantienen intacto.
Los efectos en el suelo
Los efectos de las quemas no controladas son más evidentes sobre la superficie, donde los árboles y las malezas son destruidos y, en algunos casos, por los daños a la propiedad. También afectan la salud de las personas, las plantas, el agua, el aire, el suelo y la vida silvestre, ya que dejan el terreno al descubierto promoviendo la erosión y sedimentación en ríos, quebradas y canalizaciones, que luego son causantes inundaciones.
Después de una quema de pastos, las pendientes de los cerros quedan sin vegetación y expuestas a la lluvia, aumentando los efectos de la erosión y el arrastre de las partículas del suelo hacia quebradas y los ríos.
Bajo la superficie
Un ecosistema incluye organismos que funcionan juntos, como una comunidad en un área determinada y en interacción con el medio ambiente; que en este caso es el suelo.
El suelo le provee alojamiento a millones de microorganismos: hongos, bacterias, arañas, gusanos, hormigas, etc. Todos ellos llevan a cabo procesos físicos y biológicos necesarios para un ecosistema saludable incluyendo el reciclaje de nutrientes, remoción de desperdicios y la retención de la humedad. La quema de pastos causa entonces un desbalance al ecosistema, que muchas veces requiere de años par recuperarse.
Las quemas, también provocan la pérdida de hábitat, por lo tanto afecta a la vida silvestre.
En cuanto a los efectos sobre el suelo, hay que resaltar que el fuego cambia el ph de la superficie del suelo transformándolo en sumamente ácido, limitando la disposición de los nutrientes para las plantas. Reduce, además, el volumen y la diversidad de los microorganismos, en ocasiones hasta el punto de la esterilización. Por otra parte, los aceites destilados y aromáticos de los árboles y arbustos crean una capa hidrofóbica (que repele el agua y no permite la infiltración de agua al suelo) sobre el suelo lo cual aumenta el escurrimiento, la erosión y el transporte de sedimentos. En síntesis, disminuye la infiltración de las aguas a través del suelo.

Valle de Lerma

Perjuicios a la actividaden el campo y el tránsito
El sector de producción agropecuaria y la agricultura, también es afectado por las quemas no controladas de pastizales. Por su efecto se pierden grandes áreas dedicadas al pastoreo y se destruyen cercas y alambrados, postes del tendido eléctrico, etc. Es decir, que hay un daño sobre la propiedad pública y privada.
El humo en las autopistas y rutas se convierten en un verdadero peligro que aumenta el riesgo de accidentes, al reducir la visibilidad.
Informe de la FAO
Por otra parte, la Organización Mundial de Alimento y Agricultura (FAO) de las Naciones Unidas informó que los incendios forestales consumen cada año unas 5.130 millones de toneladas de biomasa y liberan 3.430 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, que junto a las emisiones humanas, causan el efecto de invernadero y el cambio climático.
La organización internacional advirtió, además, que el cambio climático aumentará la incidencia y la gravedad de los incendios en zonas donde el aire es cada vez más caliente y la disminución de la lluvia en verano provocará un aumento de los incendios. Las campañas de concientización y educación deben centrarse en las personas, que son la causa principal de los incendios, indicaron desde la FAO.



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Comienzan a percibirse las primeras quemas de pastizales a la vera de las rutas que atraviesan el Valle de Lerma.
Esta práctica, cuando no es controlada es profundamente nociva para el medio ambiente, atenta contra la seguridad de las personas y los bienes públicos y privados.
Se necesita entonces insistir, para que la gente y las instituciones tomen conciencia de que se trata de una acción perjudicial que afecta el balance ecológico, destruye el hábitat de la flora y la fauna, pone en riesgo a la comunidad y en algunos casos impacta sobre las especies en peligro de extinción.
La clave para evitar dichos efectos es el control y la previsión.
La quema a campo abierto se da especialmente durante los meses de mucha sequedad en el ambiente, que en esta región se extiende en general desde fines de mayo hasta las primeras lluvias, que pueden darse durante los últimos días de septiembre y a principios de octubre, es decir, durante el período en que las precipitaciones son mínimas.
Estas acciones, que en algunos casos apuntan a controlar los pastizales, develan un profundo desconocimiento sobre sus consecuencias a largo plazo, que pueden ser devastadoras.
Quemas no controladas
La fuente de calor para iniciar un fuego en pastizales o bosques puede ser natural, como por ejemplo fricción de ramas o troncos, o gotas de rocío que producen el efecto lupa. Pero en la mayoría de los casos son ocasionados por personas, cuando descuidan una fogata o arrojan colillas de cigarrillos en las banquinas de las rutas y vidrios. Es así, que el incendio puede originarse por desidia y expandirse por acción del viento.
Otra práctica común causante de fuegos no controlados es la disposición final de la basura, ya que hay mucha gente que quema los desperdicios.
Por otra parte, las botellas o vidrios pueden generar un efecto lupa al concentrar los rayos del sol y generar el calor suficientes para iniciar un fuego.

Valle de Lerma

Fuegos controlados
El fuego intencional y controlado es la práctica más antigua empleada por el hombre en sus intentos de manejar la naturaleza, para brindar una pastura nueva, fresca y sin remanentes al ganado. Desde siempre fue un factor natural en el control de muchos tipos de vegetación. Históricamente, se usó el fuego para crear nuevas tierras de pastoreo. En algunos casos, la quema puede ser beneficiosa, mientras que en otros es destructiva e influye en forma negativa en la producción y el mejoramiento del pastizal.
Un ecosistema es la unidad básica que incluye todos los organismos que funcionan juntos, como una comunidad de seres vivos en un área determinada, en interacción con el medio ambiente y en este caso, nos referimos al suelo. El suelo le provee alojamiento a millones de microorganismos y todos ellos llevan a cabo procesos físicos y biológicos necesarios para un ecosistema saludable incluyendo el reciclaje de nutrimentos, remoción de desperdicios, estructura del suelo y la retención de la humedad. Un fuego fuera de control causa daños severos y un desbalance al ecosistema al que le puede tomar varios años recuperarse. En el bosque nativo la quema controlada y responsable permite preservar del fuego las áreas que no se desean quemar, de esta manera el bosque se mantienen intacto.
Los efectos en el suelo
Los efectos de las quemas no controladas son más evidentes sobre la superficie, donde los árboles y las malezas son destruidos y, en algunos casos, por los daños a la propiedad. También afectan la salud de las personas, las plantas, el agua, el aire, el suelo y la vida silvestre, ya que dejan el terreno al descubierto promoviendo la erosión y sedimentación en ríos, quebradas y canalizaciones, que luego son causantes inundaciones.
Después de una quema de pastos, las pendientes de los cerros quedan sin vegetación y expuestas a la lluvia, aumentando los efectos de la erosión y el arrastre de las partículas del suelo hacia quebradas y los ríos.
Bajo la superficie
Un ecosistema incluye organismos que funcionan juntos, como una comunidad en un área determinada y en interacción con el medio ambiente; que en este caso es el suelo.
El suelo le provee alojamiento a millones de microorganismos: hongos, bacterias, arañas, gusanos, hormigas, etc. Todos ellos llevan a cabo procesos físicos y biológicos necesarios para un ecosistema saludable incluyendo el reciclaje de nutrientes, remoción de desperdicios y la retención de la humedad. La quema de pastos causa entonces un desbalance al ecosistema, que muchas veces requiere de años par recuperarse.
Las quemas, también provocan la pérdida de hábitat, por lo tanto afecta a la vida silvestre.
En cuanto a los efectos sobre el suelo, hay que resaltar que el fuego cambia el ph de la superficie del suelo transformándolo en sumamente ácido, limitando la disposición de los nutrientes para las plantas. Reduce, además, el volumen y la diversidad de los microorganismos, en ocasiones hasta el punto de la esterilización. Por otra parte, los aceites destilados y aromáticos de los árboles y arbustos crean una capa hidrofóbica (que repele el agua y no permite la infiltración de agua al suelo) sobre el suelo lo cual aumenta el escurrimiento, la erosión y el transporte de sedimentos. En síntesis, disminuye la infiltración de las aguas a través del suelo.

Valle de Lerma

Perjuicios a la actividaden el campo y el tránsito
El sector de producción agropecuaria y la agricultura, también es afectado por las quemas no controladas de pastizales. Por su efecto se pierden grandes áreas dedicadas al pastoreo y se destruyen cercas y alambrados, postes del tendido eléctrico, etc. Es decir, que hay un daño sobre la propiedad pública y privada.
El humo en las autopistas y rutas se convierten en un verdadero peligro que aumenta el riesgo de accidentes, al reducir la visibilidad.
Informe de la FAO
Por otra parte, la Organización Mundial de Alimento y Agricultura (FAO) de las Naciones Unidas informó que los incendios forestales consumen cada año unas 5.130 millones de toneladas de biomasa y liberan 3.430 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, que junto a las emisiones humanas, causan el efecto de invernadero y el cambio climático.
La organización internacional advirtió, además, que el cambio climático aumentará la incidencia y la gravedad de los incendios en zonas donde el aire es cada vez más caliente y la disminución de la lluvia en verano provocará un aumento de los incendios. Las campañas de concientización y educación deben centrarse en las personas, que son la causa principal de los incendios, indicaron desde la FAO.



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