El mediador judicial Daniel Pollack convocó a una reunión entre la Argentina y los holdouts, para hoy a las 10, hora de Nueva York, tras haber recibido la instrucción directamente del juez Thomas Griesa. La decisión llegó poco después de que el magistrado resolviera no dar lugar al pedido de la Argentina de restablecer las cautelar y mientras la noticia empezó a impactar en los mercados financieros.
Las acciones líderes de la Bolsa de Comercio bajaron ayer 1,08% pero llegaron a caer más del 3% tras conocerse el fallo contrario a la Argentina por parte del juez de Nueva York Thomas Griesa. Además, la negativa generó una rápida corriente vendedora en acciones y en bonos. Edenor, con 4,23% a $6,80 por papel, encabezó las bajas en las líderes. Por su parte, los bonos soberanos perdieron 1,88% en promedio para las principales emisiones estatales que cotizan en la bolsa porteña.
Nuevas expectativas
En la audiencia convocada para hoy en la sede del máximo tribunal el magistrado señaló que un nuevo incumplimiento del país sería "lamentable" y ordenó a las partes que se reúnan de modo "continuo" con Pollack, hasta "llegar a un acuerdo".
No obstante, abogados argentinos ya adelantaron que aunque las reuniones se lleven a cabo de forma continua "será difícil" poder llegar a un acuerdo antes del 30 de julio.
Al ordenar que se negocie hasta conseguir un resultado que él mismo no supo cómo encauzar desde su propio fallo, el juez Thomas Griesa se inclinó a la hora de observar cómo estaba paralizada la situación entre la Argentina y los holdouts, por una medida casi heroica, digna de los juicios por jurado o aún de los cónclaves papales. "Nadie sale de la habitación hasta que no me traigan un arreglo", ordenó Griesa, cual rey que mandó a enclaustrarse a la torre a sus consejeros, lejos de las discusiones judiciales de alto vuelo.
Así, el magistrado apuntó ayer a una solución que suena a emergencia de última instancia, que algunos endilgan a la poca claridad de su fallo: cómo hacer para repartir un dólar para deudores performing y otro para los buitres, dejando a todos finalmente disconformes. El juez, un hombre de muchos años de vuelo en la Justicia de su país, pero quizás por eso amortizado, pareció compadecerse además por lo que podría sufrir la gente a partir de un nuevo default, aunque se mantuvo en sus trece sobre no reponer la cautelar.
Las acciones líderes de la Bolsa de Comercio bajaron ayer 1,08% pero llegaron a caer más del 3% tras conocerse el fallo contrario a la Argentina por parte del juez de Nueva York Thomas Griesa. Además, la negativa generó una rápida corriente vendedora en acciones y en bonos. Edenor, con 4,23% a $6,80 por papel, encabezó las bajas en las líderes. Por su parte, los bonos soberanos perdieron 1,88% en promedio para las principales emisiones estatales que cotizan en la bolsa porteña.
Nuevas expectativas
En la audiencia convocada para hoy en la sede del máximo tribunal el magistrado señaló que un nuevo incumplimiento del país sería "lamentable" y ordenó a las partes que se reúnan de modo "continuo" con Pollack, hasta "llegar a un acuerdo".
No obstante, abogados argentinos ya adelantaron que aunque las reuniones se lleven a cabo de forma continua "será difícil" poder llegar a un acuerdo antes del 30 de julio.
Al ordenar que se negocie hasta conseguir un resultado que él mismo no supo cómo encauzar desde su propio fallo, el juez Thomas Griesa se inclinó a la hora de observar cómo estaba paralizada la situación entre la Argentina y los holdouts, por una medida casi heroica, digna de los juicios por jurado o aún de los cónclaves papales. "Nadie sale de la habitación hasta que no me traigan un arreglo", ordenó Griesa, cual rey que mandó a enclaustrarse a la torre a sus consejeros, lejos de las discusiones judiciales de alto vuelo.
Así, el magistrado apuntó ayer a una solución que suena a emergencia de última instancia, que algunos endilgan a la poca claridad de su fallo: cómo hacer para repartir un dólar para deudores performing y otro para los buitres, dejando a todos finalmente disconformes. El juez, un hombre de muchos años de vuelo en la Justicia de su país, pero quizás por eso amortizado, pareció compadecerse además por lo que podría sufrir la gente a partir de un nuevo default, aunque se mantuvo en sus trece sobre no reponer la cautelar.
Se "despertó" el dólar
El dólar paralelo saltó ayer a 12,45 pesos en la plaza local, en respuesta a la negativa del juez estadounidense Thomas Griesa a reponer una medida cautelar que permita al país pagar a bonistas reestructurados, y la brecha cambiaria superó el 52%.
La decisión de Griesa tuvo también consecuencias en el mercado mayorista, donde el dólar anotó alzas y marcó un nuevo máximo histórico, en una rueda con bajo volumen de negocios y dominada por la cautela.
La expectación por los resultados de la audiencia en el juzgado de Griesa mantuvieron casi paralizados los negocios hasta las 14, cuando se conoció el rechazo del juez al pedido argentino.
El dólar mayorista sumó ayer seis milésimas a 8,166 pesos, en una jornada en que se negociaron acotados 156 millones de dólares en el mercado de contado (spot) y 53 millones en el de futuros.
Fuentes del Banco Central informaron que la entidad compró 50 millones de dólares, lo que elevó a 1.240 millones las adquisiciones en julio. Las reservas internacionales en poder del Banco Central subieron el lunes 17 millones de dólares a 29.688 millones, una caída de 911 millones en el año.
"El juez sigue amenazando"
El Gobierno argentino acusó al juez Thomas Griesa de seguir "amenazando a la República Argentina con lo que él insiste en denominar "default", repitiendo textualmente palabras de las solicitadas y amenazas de los fondos buitre".
Así lo afirmó un comunicado del Ministerio de Economía difundido luego de una reunión de emergencia entre Axel Kicillof y la presidenta Cristina Kirchner en la Casa Rosada.
El Gobierno aseguró anoche que el magistrado convocó a una audiencia pero "no resolvió nada", y a su vez lo acusó de repetir "textualmente las palabras de las solicitadas y amenazas de los fondos buitre".
La administración de Cristina Kirchner afirmó que el juez convocó a bancos, fondos y abogados del Gobierno pero "dejó todo en suspenso, amenazando a la República Argentina con lo que él insiste en denominar default".
Tras ello, Economía emitió un comunicado oficial en el que no aclaró si funcionarios de esa cartera participarán hoy de la reunión con el mediador Daniel Pollack.
Se necesita un plan B, por Humberto Echechurre
La Argentina juega con la próxima jugada, mientras los fondos buitre lo hacen con el tiempo y de esta manera todas las miradas (ya sean de bonistas, funcionarios y otros países) están puestos en el "tablero" gigante de lo que se llama el Juicio del Siglo.
Como en cualquier litigio los bonistas, más allá de las promesas quieren una rápida solución y en ese afán "ensucian la cancha" con pedidos de embargos y amenazas. Está demostrado que lo único que puede calmar el voraz apetito de los "buitres" es el ofrecimiento de dólares frescos, por lo tanto urge un plan "B". La Argentina analiza una opción que consiste en entregar un bono pagaré intransferible, que quedaría en poder de los acreedores hasta el primer día de 2015, cuando venza la cláusula RUFO. Esos pagarés luego se cambiarían por bonos negociables, que los fondos buitre podrán trasformar rápidamente en efectivo en los mercados, como hizo Repsol con los títulos que recibió como pago por su parte de YPF, es decir "fondos frescos".
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El mediador judicial Daniel Pollack convocó a una reunión entre la Argentina y los holdouts, para hoy a las 10, hora de Nueva York, tras haber recibido la instrucción directamente del juez Thomas Griesa. La decisión llegó poco después de que el magistrado resolviera no dar lugar al pedido de la Argentina de restablecer las cautelar y mientras la noticia empezó a impactar en los mercados financieros.
Las acciones líderes de la Bolsa de Comercio bajaron ayer 1,08% pero llegaron a caer más del 3% tras conocerse el fallo contrario a la Argentina por parte del juez de Nueva York Thomas Griesa. Además, la negativa generó una rápida corriente vendedora en acciones y en bonos. Edenor, con 4,23% a $6,80 por papel, encabezó las bajas en las líderes. Por su parte, los bonos soberanos perdieron 1,88% en promedio para las principales emisiones estatales que cotizan en la bolsa porteña.
Nuevas expectativas
En la audiencia convocada para hoy en la sede del máximo tribunal el magistrado señaló que un nuevo incumplimiento del país sería "lamentable" y ordenó a las partes que se reúnan de modo "continuo" con Pollack, hasta "llegar a un acuerdo".
No obstante, abogados argentinos ya adelantaron que aunque las reuniones se lleven a cabo de forma continua "será difícil" poder llegar a un acuerdo antes del 30 de julio.
Al ordenar que se negocie hasta conseguir un resultado que él mismo no supo cómo encauzar desde su propio fallo, el juez Thomas Griesa se inclinó a la hora de observar cómo estaba paralizada la situación entre la Argentina y los holdouts, por una medida casi heroica, digna de los juicios por jurado o aún de los cónclaves papales. "Nadie sale de la habitación hasta que no me traigan un arreglo", ordenó Griesa, cual rey que mandó a enclaustrarse a la torre a sus consejeros, lejos de las discusiones judiciales de alto vuelo.
Así, el magistrado apuntó ayer a una solución que suena a emergencia de última instancia, que algunos endilgan a la poca claridad de su fallo: cómo hacer para repartir un dólar para deudores performing y otro para los buitres, dejando a todos finalmente disconformes. El juez, un hombre de muchos años de vuelo en la Justicia de su país, pero quizás por eso amortizado, pareció compadecerse además por lo que podría sufrir la gente a partir de un nuevo default, aunque se mantuvo en sus trece sobre no reponer la cautelar.
Las acciones líderes de la Bolsa de Comercio bajaron ayer 1,08% pero llegaron a caer más del 3% tras conocerse el fallo contrario a la Argentina por parte del juez de Nueva York Thomas Griesa. Además, la negativa generó una rápida corriente vendedora en acciones y en bonos. Edenor, con 4,23% a $6,80 por papel, encabezó las bajas en las líderes. Por su parte, los bonos soberanos perdieron 1,88% en promedio para las principales emisiones estatales que cotizan en la bolsa porteña.
Nuevas expectativas
En la audiencia convocada para hoy en la sede del máximo tribunal el magistrado señaló que un nuevo incumplimiento del país sería "lamentable" y ordenó a las partes que se reúnan de modo "continuo" con Pollack, hasta "llegar a un acuerdo".
No obstante, abogados argentinos ya adelantaron que aunque las reuniones se lleven a cabo de forma continua "será difícil" poder llegar a un acuerdo antes del 30 de julio.
Al ordenar que se negocie hasta conseguir un resultado que él mismo no supo cómo encauzar desde su propio fallo, el juez Thomas Griesa se inclinó a la hora de observar cómo estaba paralizada la situación entre la Argentina y los holdouts, por una medida casi heroica, digna de los juicios por jurado o aún de los cónclaves papales. "Nadie sale de la habitación hasta que no me traigan un arreglo", ordenó Griesa, cual rey que mandó a enclaustrarse a la torre a sus consejeros, lejos de las discusiones judiciales de alto vuelo.
Así, el magistrado apuntó ayer a una solución que suena a emergencia de última instancia, que algunos endilgan a la poca claridad de su fallo: cómo hacer para repartir un dólar para deudores performing y otro para los buitres, dejando a todos finalmente disconformes. El juez, un hombre de muchos años de vuelo en la Justicia de su país, pero quizás por eso amortizado, pareció compadecerse además por lo que podría sufrir la gente a partir de un nuevo default, aunque se mantuvo en sus trece sobre no reponer la cautelar.
Se "despertó" el dólar
El dólar paralelo saltó ayer a 12,45 pesos en la plaza local, en respuesta a la negativa del juez estadounidense Thomas Griesa a reponer una medida cautelar que permita al país pagar a bonistas reestructurados, y la brecha cambiaria superó el 52%.
La decisión de Griesa tuvo también consecuencias en el mercado mayorista, donde el dólar anotó alzas y marcó un nuevo máximo histórico, en una rueda con bajo volumen de negocios y dominada por la cautela.
La expectación por los resultados de la audiencia en el juzgado de Griesa mantuvieron casi paralizados los negocios hasta las 14, cuando se conoció el rechazo del juez al pedido argentino.
El dólar mayorista sumó ayer seis milésimas a 8,166 pesos, en una jornada en que se negociaron acotados 156 millones de dólares en el mercado de contado (spot) y 53 millones en el de futuros.
Fuentes del Banco Central informaron que la entidad compró 50 millones de dólares, lo que elevó a 1.240 millones las adquisiciones en julio. Las reservas internacionales en poder del Banco Central subieron el lunes 17 millones de dólares a 29.688 millones, una caída de 911 millones en el año.
"El juez sigue amenazando"
El Gobierno argentino acusó al juez Thomas Griesa de seguir "amenazando a la República Argentina con lo que él insiste en denominar "default", repitiendo textualmente palabras de las solicitadas y amenazas de los fondos buitre".
Así lo afirmó un comunicado del Ministerio de Economía difundido luego de una reunión de emergencia entre Axel Kicillof y la presidenta Cristina Kirchner en la Casa Rosada.
El Gobierno aseguró anoche que el magistrado convocó a una audiencia pero "no resolvió nada", y a su vez lo acusó de repetir "textualmente las palabras de las solicitadas y amenazas de los fondos buitre".
La administración de Cristina Kirchner afirmó que el juez convocó a bancos, fondos y abogados del Gobierno pero "dejó todo en suspenso, amenazando a la República Argentina con lo que él insiste en denominar default".
Tras ello, Economía emitió un comunicado oficial en el que no aclaró si funcionarios de esa cartera participarán hoy de la reunión con el mediador Daniel Pollack.
Se necesita un plan B, por Humberto Echechurre
La Argentina juega con la próxima jugada, mientras los fondos buitre lo hacen con el tiempo y de esta manera todas las miradas (ya sean de bonistas, funcionarios y otros países) están puestos en el "tablero" gigante de lo que se llama el Juicio del Siglo.
Como en cualquier litigio los bonistas, más allá de las promesas quieren una rápida solución y en ese afán "ensucian la cancha" con pedidos de embargos y amenazas. Está demostrado que lo único que puede calmar el voraz apetito de los "buitres" es el ofrecimiento de dólares frescos, por lo tanto urge un plan "B". La Argentina analiza una opción que consiste en entregar un bono pagaré intransferible, que quedaría en poder de los acreedores hasta el primer día de 2015, cuando venza la cláusula RUFO. Esos pagarés luego se cambiarían por bonos negociables, que los fondos buitre podrán trasformar rápidamente en efectivo en los mercados, como hizo Repsol con los títulos que recibió como pago por su parte de YPF, es decir "fondos frescos".