La historia del Grondona dirigente tiene inicios en Sarandí, donde en 1957 fundó el club del que fue hincha: Arsenal. Paralelamente, incursionaba en la dirigencia de Independiente, siendo presidente de la subcomisión de fútbol, y terminó siendo presidente del rojo en 1976. Allí comenzó a demostrar su capacidad dirigencial: el diablo fue campeón dos veces durante su mandato.
Llegó a la AFA en 1979 para no irse hasta su último día. Desde entonces: "Sí, Don Julio", repitieron durante más de tres décadas sus pares del Comité Ejecutivo para garantizarse una buena relación con el "jefe", que en paralelo su crecimiento en el ámbito local aumentó su influencia en la FIFA hasta llegar a la vicepresidencia en 1988, sin saber inglés.
El hombre de Sarandí experimentó sus primeros éxitos como directivo con la explosión de Diego Maradona, con quien tuvo una relación pendular, terminando enemistado luego de tratarlo públicamente como un hijo en diferentes etapas de su ciclo.
Diego le dio el primer título mundial juvenil en Japón 1979, repitiendo con el seleccionado mayor en México 1986, donde se obtuvo el segundo y último título mundial. La Selección fue además finalista en Italia 1990 y recientemente en Brasil. Además, entre 1979 y 2014, el seleccionado argentino ganó dos Copa América y ambas con Alfio Basile como entrenador. La primera conquista fue en Chile 1991 y la segunda se produjo en Ecuador 1993.
También durante su ciclo se alcanzó el oro olímpico, una de las grandes asignaturas pendientes que tenía el fútbol argentino a lo largo de toda su historia, y se consiguieron seis campeonatos mundiales sub-20, cuatro de ellos durante la "era Pekerman", convocado por Grondona cuando era un completo desconocido hasta para el público futbolero.
Una de sus últimas medidas trascendentales para todo el fútbol argentino fue la aprobación de la reestructuración del fútbol nacional con la participación de 30 equipos en Primera División, que regirá a partir del próximo año, con el afán de "federalizar" el fútbol.
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La historia del Grondona dirigente tiene inicios en Sarandí, donde en 1957 fundó el club del que fue hincha: Arsenal. Paralelamente, incursionaba en la dirigencia de Independiente, siendo presidente de la subcomisión de fútbol, y terminó siendo presidente del rojo en 1976. Allí comenzó a demostrar su capacidad dirigencial: el diablo fue campeón dos veces durante su mandato.
Llegó a la AFA en 1979 para no irse hasta su último día. Desde entonces: "Sí, Don Julio", repitieron durante más de tres décadas sus pares del Comité Ejecutivo para garantizarse una buena relación con el "jefe", que en paralelo su crecimiento en el ámbito local aumentó su influencia en la FIFA hasta llegar a la vicepresidencia en 1988, sin saber inglés.
El hombre de Sarandí experimentó sus primeros éxitos como directivo con la explosión de Diego Maradona, con quien tuvo una relación pendular, terminando enemistado luego de tratarlo públicamente como un hijo en diferentes etapas de su ciclo.
Diego le dio el primer título mundial juvenil en Japón 1979, repitiendo con el seleccionado mayor en México 1986, donde se obtuvo el segundo y último título mundial. La Selección fue además finalista en Italia 1990 y recientemente en Brasil. Además, entre 1979 y 2014, el seleccionado argentino ganó dos Copa América y ambas con Alfio Basile como entrenador. La primera conquista fue en Chile 1991 y la segunda se produjo en Ecuador 1993.
También durante su ciclo se alcanzó el oro olímpico, una de las grandes asignaturas pendientes que tenía el fútbol argentino a lo largo de toda su historia, y se consiguieron seis campeonatos mundiales sub-20, cuatro de ellos durante la "era Pekerman", convocado por Grondona cuando era un completo desconocido hasta para el público futbolero.
Una de sus últimas medidas trascendentales para todo el fútbol argentino fue la aprobación de la reestructuración del fútbol nacional con la participación de 30 equipos en Primera División, que regirá a partir del próximo año, con el afán de "federalizar" el fútbol.