La voleibolista Sabina Altynbekova es la sensación emergente en el mundo del deporte y, como jugadora de la selección de Kazajistán, acaparó todas las miradas en el Campeonato Asiático Sub 19.
Su belleza ha sido más comentada que su habilidad para golpear el balón y los asistentes al torneo han quedado fascinados con su angelical rostro. Cada vez que el esférico se aproxima a sus inmediaciones el runrún retumba el coliseo.
Tanta hermosura despertó la envidia de sus propias compañeras, quienes no soportan jugar con ella porque, cuando lo hace, el público y las cámaras la siguen en cada movimiento.
"Solo se fijan en su aspecto físico y no les importa el partido", dijo una de ellas.
El plantel kasajo mostró su malestar y las chicas están hartas con esta situación, ya que consideran que Sabina "distrae" a todo el público con su atractivo físico.
La joven no sabe qué hacer, ya que ahora su belleza cautivó en pocos días por internet, masificando su popularidad. A sus cortos 17 años ha pedido a sus seguidores que se centren en el deporte y no en su belleza. Ella mide 1.82 m y pesa 59 kg.
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Su belleza ha sido más comentada que su habilidad para golpear el balón y los asistentes al torneo han quedado fascinados con su angelical rostro. Cada vez que el esférico se aproxima a sus inmediaciones el runrún retumba el coliseo.
Tanta hermosura despertó la envidia de sus propias compañeras, quienes no soportan jugar con ella porque, cuando lo hace, el público y las cámaras la siguen en cada movimiento.
"Solo se fijan en su aspecto físico y no les importa el partido", dijo una de ellas.
El plantel kasajo mostró su malestar y las chicas están hartas con esta situación, ya que consideran que Sabina "distrae" a todo el público con su atractivo físico.
La joven no sabe qué hacer, ya que ahora su belleza cautivó en pocos días por internet, masificando su popularidad. A sus cortos 17 años ha pedido a sus seguidores que se centren en el deporte y no en su belleza. Ella mide 1.82 m y pesa 59 kg.