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Ahora, los vinos dulces para los paladares sensibles

Viernes, 04 de julio de 2014 12:57

Muchas personas, incluso aquellas que no acostumbran beber vino, se encuentran con el placer de saborear un buen vino dulce. Es que los vinos dulces son muy específicos para determinadas circunstancias y no resultan tan atractivos quizás para alguien que acostumbra a beber vinos tintos finos (de hecho, demasiada dulzura en un vino tinto suele ser considerada más bien como un defecto del mismo), pero existen diferentes tipos de vinos dulces, más allá de los más corrientes, y muchos de ellos poseen una elaboración y una calidad no menos sofisticadas que las de los mejores vinos.

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Muchas personas, incluso aquellas que no acostumbran beber vino, se encuentran con el placer de saborear un buen vino dulce. Es que los vinos dulces son muy específicos para determinadas circunstancias y no resultan tan atractivos quizás para alguien que acostumbra a beber vinos tintos finos (de hecho, demasiada dulzura en un vino tinto suele ser considerada más bien como un defecto del mismo), pero existen diferentes tipos de vinos dulces, más allá de los más corrientes, y muchos de ellos poseen una elaboración y una calidad no menos sofisticadas que las de los mejores vinos.

En general, los vinos dulces son fermentados de tal manera que este proceso permite realzar y privilegiar los componentes que contienen azúcares. También los vinos fortificados (vinos con mayor estabilidad y durabilidad) son generalmente vinos dulces, ya que durante el proceso de fermentación se le agrega brandy (al menos en la técnica más común) para incrementar su graduación alcohólica, lo que provoca que algunas azúcares no se fermenten. Los vinos dulces calzan a la perfección como vinos de postres y también como aperitivo o para acompañar la cena. En la elaboración de cualquier vino, el proceso de fermentación hace que la levadura consuma los azúcares presentes y los conviertan en alcohol. Una vez finalizada la fermentación, aún quedan azúcares residuales que son las que determinan la dulzura del vino. Los vinos con un alto nivel de azúcar residual tienden a tener un menor contenido de alcohol, excepto que sean fortificados. Otros componentes del vino que afectan el grado de dulzura, además del contenido de alcohol, son la acidez, la temperatura y los taninos. Por eso, si se quiere elaborar un vino dulce el método para ello es, o bien deshidratar la uva para reducir su contenido de agua y concentrar los azúcares, o bien incrementar el contenido de alcohol, produciendo vinos fortificados como jerez y oporto. Ahora, a disfrutarlos en esta Semana de la Dulzura.

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