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Un gladiador de la celeste y blanca

Domingo, 06 de julio de 2014 12:42

Nunca bajó los brazos y siempre demostró porqué está entre los más grandes. “Manu”, el mejor representante del básquetbol argentino en el mundo y líder de los San Antonio Spurs, no deja de sorprender.

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Nunca bajó los brazos y siempre demostró porqué está entre los más grandes. “Manu”, el mejor representante del básquetbol argentino en el mundo y líder de los San Antonio Spurs, no deja de sorprender.

A menos de un mes del inicio del Mundial de Básquet que se iniciará el 30 de este mes en España, Emanuel Ginóbili sufrió otra lesión que lo deja al límite de perderse el mayor evento de la especialidad.
Pero cuando los argentinos deglutían su inminente ausencia y la magia en “los tableros”, Manu volvió a sorprender con un anuncio alentador: “Soy muy optimista, creo que me voy a curar”.

Y esas palabras retumbaron en el corazón de los argentinos como un gol mundialista.

Es que el bahiense tiene una pequeña fractura por estrés en la pierna derecha, arriba del tobillo y aunque no sea la primera vez, ya que 2009 sufrió esta misma lesión, en esta ocasión “es menos grave”.

Claro, que mientras el médico de los Spurs le aseguró que la recuperación llevaría ocho semanas, una especialista Chicago le hizo una tomografía y destacó que era una fractura muy pequeña y solo necesitaría cuatro semanas.

Pero lo cierto es que Manu, después de tener un vuelo y aterrizaje accidentado en el aeropuerto de Ezeiza, habló con la prensa para dar la noticia.

“Después de la temporada, tenía dolores en todos lados. Hice la revisión médica y en el aparato de la resonancia me tuve que quedar mucho tiempo más..pero no sabíamos que era”, lanzó. “Hoy no puedo saltar ni correr. Realmente no sé el origen de la lesión. El dolor venía arrastrándolo desde hace dos o tres meses, pero me hice estudios y no salió nada... entonces seguí jugando”, explicó.

Pero como la fortaleza le fluye por las venas, el bahiense resaltó: “Me siento útil como un líder, los más jóvenes me escuchan”.

De todos modos como Maradona, que en el Mundial de Fútbol del Italia 1990 jugó con “una pelota de tenis” en el tobillo y que le permitió a la Argentina quedarse con el subcampeonato del mundo, Ginóbili también es parte de los deportistas argentinos que aún transpiran y juegan por la camiseta, al margen de lo que pueden ganar económicamente, y demuestran que ante todo las vicisitudes, primero está la “Celeste y Blanca”.

 

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