El triunfo les sienta bien, obviamente. Pero el buen ánimo de la Selección Argentina en pleno progreso hacia las instancias finales del Mundial de Fútbol Brasil 2014 también tiene que ver con la motivación que está recibiendo el plantel.
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El triunfo les sienta bien, obviamente. Pero el buen ánimo de la Selección Argentina en pleno progreso hacia las instancias finales del Mundial de Fútbol Brasil 2014 también tiene que ver con la motivación que está recibiendo el plantel.
Antes del partido con Bélgica, el equipo de Alejandro Sabella se enteró de primera mano, si no lo sabían ya, que millones de argentinos viven pendientes de su actuación en la Copa del Mundo.
Sabella cambió los tradicionales vídeos de tácticas y análisis del rival por otro mucho más especial. Messi, Agero, Mascherano, Romero y compañía se sentaron juntos en la concentración para ver un vídeo donde varios ciudadanos argentinos les mandaron ánimos y razones para que dejen hasta el último aliento sobre la cancha.
Según testigos de ese momento, el vídeo logró tocar la fibra de toda la selección argentina. Resta ver si la motivación le servirá a la los muchachos de la “albiceleste” para volver a levantar la copa.
Santiago Gómez, director del Centro de Psicología Cognitiva, subrayó la importancia de la motivación para alcanzar una meta propuesta.
Los jugadores argentinos han tenido, además de ese video, incontables mensajes de apoyo que se han materializado especialmente en las redes sociales. Ciudadanos comunes, familiares, políticos y celebridades viven minuto a minuto los partidos que disputa el combinado nacional y dejan sus mensajes de aliento en Facebook y Twitter.
El psicólogo Santiago Gómez remarcó que la motivación es una de las claves para lograr un sueño. “Se trata de un estado interior en donde predomina el interés y la voluntad para alcanzar la meta. Es el motor que moviliza a la persona para realizar determinadas acciones y persistir en ellas para llegar al objetivo deseado”, precisó.
La motivación en cada persona se origina a través de los pensamientos con los cuales interpreta los hechos de la realidad. “Es importante saber que siempre estamos "hablando o diciéndonos algo' a nosotros mismos. Lo que cambia es el contenido, es decir, si son pensamientos derrotistas o positivos. Cuando los diálogos internos son negativos o pesimistas - "vamos a perder', "nos sentimos muy presionados', etc- estos van a influir de manera significativa en el estado del ánimo, provocando emociones de apatía, desgano y desinterés por el partido. Lo cual hace que el jugador esté desmotivado y se manifieste mediante su comportamiento en la cancha, ya que no corre, siente un gran cansancio físico y mental y falta de concentración”, especificó el profesional.
Gómez señaló que la falta de motivación se agudiza cuando el equipo va perdiendo porque terminan confirmando sus pensamientos negativos. En cambio, cuando el sujeto está motivado, los pensamientos que predominan son positivos, de autoconvicción. Impulsan a darse fuerzas a uno mismo: “vamos a ganar”, “tengo que poner todo en la cancha”. Esto genera la emoción intensa de entusiasmo y pasión que se manifiesta con la conducta adentro de la cancha.
Gómez explicó que, frente a la adversidad en el resultado, el jugador que está motivado tiene la capacidad de transformar lo negativo en algo bueno, en este caso, aumentando su rendimiento para seguir luchando por revertir el resultado y alcanzar el triunfo.
“Es por esto que en los partidos que duran ciento veinte minutos, cuando los jugadores ya están agotados y las piernas ya no les responden, lo que hace la diferencia es la motivación, la fuerza interna de creer y sentir que sí se puede lograr la meta”, subrayó el psicólogo.
Esto que sucede en el fútbol, agregó Gómez, ocurre en los diferentes ámbitos de la vida: “El poder que el pensamiento tiene determina cómo nos sentimos y, por ende, cómo actuamos”, precisó.
En la motivación puede estar, entonces, la gran diferencia entre dejarse intimidar o salir a ganar.