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15 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Un cachetazo a la soberbia

Miércoles, 09 de julio de 2014 11:46

Brasil recibió un cachetazo a su soberbia. Como en su momento lo recibió la Argentina en manos de Colombia (0-5 en el Monumental) ante Colombia o aquella catástrofe que ocurrió en La Paz (1-6 ante Bolivia), las dos por las Eliminatorias.
Igual que nosotros, porque somos muy parecidos aunque no lo creamos, los brasileños dicen ser los mejores del mundo, dicen tener los mejores jugadores y creen ser el ombligo del mundo futbolístico.
Brasil dejó de ser Brasil. Brasil en este Mundial no fue nunca Brasil. Es una Selección insegura, caótica, sin una línea de juego y, para colmo, se quedó sin Neymar, su gran figura. Ellos creían tener un “equipo” pero resulta que Alemania le dio una lección de fútbol, ese fútbol que en Brasil era un distintivo: El jogo bonito.
Hoy está destrozada. Humillada. El mundo entero se ríe de ellos. Para Brasil es una deshonra difícil de aceptar. Recibió un duro cachetazo a su soberbia y después de esto deberá entender que tendrá que volver a sus fueros, esos que hace años dejó de lado para convertirse en una Selección futbolística de “tercer mundo”.

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Brasil recibió un cachetazo a su soberbia. Como en su momento lo recibió la Argentina en manos de Colombia (0-5 en el Monumental) ante Colombia o aquella catástrofe que ocurrió en La Paz (1-6 ante Bolivia), las dos por las Eliminatorias.
Igual que nosotros, porque somos muy parecidos aunque no lo creamos, los brasileños dicen ser los mejores del mundo, dicen tener los mejores jugadores y creen ser el ombligo del mundo futbolístico.
Brasil dejó de ser Brasil. Brasil en este Mundial no fue nunca Brasil. Es una Selección insegura, caótica, sin una línea de juego y, para colmo, se quedó sin Neymar, su gran figura. Ellos creían tener un “equipo” pero resulta que Alemania le dio una lección de fútbol, ese fútbol que en Brasil era un distintivo: El jogo bonito.
Hoy está destrozada. Humillada. El mundo entero se ríe de ellos. Para Brasil es una deshonra difícil de aceptar. Recibió un duro cachetazo a su soberbia y después de esto deberá entender que tendrá que volver a sus fueros, esos que hace años dejó de lado para convertirse en una Selección futbolística de “tercer mundo”.

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