"La atacó de atrás hasta tirarla al suelo, no conforme con eso la siguió golpeando con piñas, rasguños y una violencia espantosa. Mi hija terminó con toda la cara marcada", sostuvo Marcos Arias, padre de la jovencita. Además de la agresión física, la ira de la otra joven también fue verbal. Según el padre de Agustina, el día anterior a la golpiza le había mandado un mensaje por Facebook, amenazándola. "Pendeja de mierda decime en la cara lo que me tengas que decir", decía uno de los escritos. Violencia verbal que al día siguiente fue materializada.
En el momento de la agresión algunos compañeros intervinieron en la disputa y minutos más tarde llegó una profesora. "Pero mi hija ya estaba toda golpeada", expresó el padre. Cuando la adolescente llegó a su casa y les cuenta a sus padres lo que había sucedido, de inmediato fueron al colegio. "Nos atendió la vicedirectora, Griselda Campos, y le expresamos nuestra preocupación", apuntó Arias. La respuesta recibida fue que iban a amonestar a la agresora.
Y si la golpiza a la estudiante es alarmante, esto se potencia aún más si se tiene en cuenta que "en cinco días fueron tres los episodios de violencia escolar", sostuvo Arias.
"Necesitamos que tomen medidas urgentes, que la cambien de turno a esta chica o directamente la saquen de la escuela. Tiene que quedar un precedente para que los agresores empiecen a desaparecer", comentó Arias.
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"La atacó de atrás hasta tirarla al suelo, no conforme con eso la siguió golpeando con piñas, rasguños y una violencia espantosa. Mi hija terminó con toda la cara marcada", sostuvo Marcos Arias, padre de la jovencita. Además de la agresión física, la ira de la otra joven también fue verbal. Según el padre de Agustina, el día anterior a la golpiza le había mandado un mensaje por Facebook, amenazándola. "Pendeja de mierda decime en la cara lo que me tengas que decir", decía uno de los escritos. Violencia verbal que al día siguiente fue materializada.
En el momento de la agresión algunos compañeros intervinieron en la disputa y minutos más tarde llegó una profesora. "Pero mi hija ya estaba toda golpeada", expresó el padre. Cuando la adolescente llegó a su casa y les cuenta a sus padres lo que había sucedido, de inmediato fueron al colegio. "Nos atendió la vicedirectora, Griselda Campos, y le expresamos nuestra preocupación", apuntó Arias. La respuesta recibida fue que iban a amonestar a la agresora.
Y si la golpiza a la estudiante es alarmante, esto se potencia aún más si se tiene en cuenta que "en cinco días fueron tres los episodios de violencia escolar", sostuvo Arias.
"Necesitamos que tomen medidas urgentes, que la cambien de turno a esta chica o directamente la saquen de la escuela. Tiene que quedar un precedente para que los agresores empiecen a desaparecer", comentó Arias.