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El patrón de América

Domingo, 17 de agosto de 2014 01:30
Llegó a San Lorenzo sin hacer ruido. Y terminó haciendo lío, como pidió alguna vez el papa Francisco. Amante del perfil bajo, estudioso del fútbol, siempre mantuvo la humildad aun en el momento en el que la gloria tocó su puerta.
Nunca sacó pecho ni provecho de sus aciertos y siempre se hizo cargo cuando "su" San Lorenzo falló. Pero para tocar el cielo con las manos, Edgardo Bauza antes debió pasar por varios temblores que hicieron sacudir el cimiento de la estructura que él mismo proyectó.
No le fue fácil, para nada fácil, porque debía reemplazar a Juan Antonio Pizzi, DT que había conseguido llevar al ciclón otra vez a la cúspide más alta del fútbol argentino.
Y se topó de frente con la gran obsesión de todo Boedo: la Copa Libertadores de América. Esa que él había tocado y disfrutado dirigiendo a Liga Deportiva Universitaria de Quito en el 2008 (la primera y única que ganó un equipo ecuatoriano en toda su historia). Por ese antecedente, Marcelo Tinelli y compañía apostó fuerte a Bauza. Y él no los defraudó.
Este rosarino, nacido y criado en un barrio bien "canalla" como Granadero Baigorria, siempre se identificó con Rosario Central donde como futbolista supo cosechar varios títulos. Bauza, como técnico, es una mezcla de Carlos Timoteo Griguol (DT que lo hizo debutar) y don Angel Tulio Zof (quien fue el que le dio la oportunidad de ser titular inamovible). De Griguol tiene esa obsesión tacticista, de estudiar al rival, de tener todo bajo su control. De Zof sacó ese gusto por el buen fútbol, el de ser siempre protagonista en la cancha, de ser "amante" de los jugadores de buen pie.
Su corta experiencia en Arabia
Su gran trabajo en Liga de Quito hizo que el Al-Nassr se fijara en él, pero no se adaptó y volvió rápidamente a Ecuador y a la Liga solo por 3 meses, tras la renuncia del uruguayo Jorge Fosatti al club blanco.
Y sus éxitos continuaron en Quito con dos títulos y una Recopa Sudamericana al vencer a Estudiantes de La Plata (2010).
Un año más tarde perdió la final de la Copa Sudamericana ante Universidad de Chile (2011).
De la Liga se fue repleto de éxitos (2013) y el destino quiso que San Lorenzo de Almagro se fijara en él como DT para lograr la primera Copa Libertadores de su historia. Y Edgardo Bauza consiguió su cometido, que el club de Boedo tocara la cumbre de América, consiguiendo así su segunda estrella a nivel entrenador.
Bauza grabó así para siempre su apellido en la historia grande de uno de los clubes más importantes de la Argentina y se ganó el corazón de todos los hinchas del ciclón.
Ficha del ganador
Nació el 26 de enero de 1958 en la ciudad santafesina de Granadero Baigorria. Como jugador estuvo en Rosario Central (tres ciclos), Juniors de Barranquilla (Colombia), Independiente de Avellaneda y Veracruz de México.
También estuvo en la Selección argentina de Carlos Salvador Bilardo que se consagró subcampeón en Italia 1990.

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Llegó a San Lorenzo sin hacer ruido. Y terminó haciendo lío, como pidió alguna vez el papa Francisco. Amante del perfil bajo, estudioso del fútbol, siempre mantuvo la humildad aun en el momento en el que la gloria tocó su puerta.
Nunca sacó pecho ni provecho de sus aciertos y siempre se hizo cargo cuando "su" San Lorenzo falló. Pero para tocar el cielo con las manos, Edgardo Bauza antes debió pasar por varios temblores que hicieron sacudir el cimiento de la estructura que él mismo proyectó.
No le fue fácil, para nada fácil, porque debía reemplazar a Juan Antonio Pizzi, DT que había conseguido llevar al ciclón otra vez a la cúspide más alta del fútbol argentino.
Y se topó de frente con la gran obsesión de todo Boedo: la Copa Libertadores de América. Esa que él había tocado y disfrutado dirigiendo a Liga Deportiva Universitaria de Quito en el 2008 (la primera y única que ganó un equipo ecuatoriano en toda su historia). Por ese antecedente, Marcelo Tinelli y compañía apostó fuerte a Bauza. Y él no los defraudó.
Este rosarino, nacido y criado en un barrio bien "canalla" como Granadero Baigorria, siempre se identificó con Rosario Central donde como futbolista supo cosechar varios títulos. Bauza, como técnico, es una mezcla de Carlos Timoteo Griguol (DT que lo hizo debutar) y don Angel Tulio Zof (quien fue el que le dio la oportunidad de ser titular inamovible). De Griguol tiene esa obsesión tacticista, de estudiar al rival, de tener todo bajo su control. De Zof sacó ese gusto por el buen fútbol, el de ser siempre protagonista en la cancha, de ser "amante" de los jugadores de buen pie.
Su corta experiencia en Arabia
Su gran trabajo en Liga de Quito hizo que el Al-Nassr se fijara en él, pero no se adaptó y volvió rápidamente a Ecuador y a la Liga solo por 3 meses, tras la renuncia del uruguayo Jorge Fosatti al club blanco.
Y sus éxitos continuaron en Quito con dos títulos y una Recopa Sudamericana al vencer a Estudiantes de La Plata (2010).
Un año más tarde perdió la final de la Copa Sudamericana ante Universidad de Chile (2011).
De la Liga se fue repleto de éxitos (2013) y el destino quiso que San Lorenzo de Almagro se fijara en él como DT para lograr la primera Copa Libertadores de su historia. Y Edgardo Bauza consiguió su cometido, que el club de Boedo tocara la cumbre de América, consiguiendo así su segunda estrella a nivel entrenador.
Bauza grabó así para siempre su apellido en la historia grande de uno de los clubes más importantes de la Argentina y se ganó el corazón de todos los hinchas del ciclón.
Ficha del ganador
Nació el 26 de enero de 1958 en la ciudad santafesina de Granadero Baigorria. Como jugador estuvo en Rosario Central (tres ciclos), Juniors de Barranquilla (Colombia), Independiente de Avellaneda y Veracruz de México.
También estuvo en la Selección argentina de Carlos Salvador Bilardo que se consagró subcampeón en Italia 1990.

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