¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

17°
19 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

La música hace a los niños más sensibles

Miércoles, 03 de septiembre de 2014 00:55
No importa si la mamá desafina o si el ritmo es un vals o un reguetón. Cuando un bebé escucha el sonido de una canción o se mueve al unísono con un adulto u otro niño, se generan beneficios que van más allá de un buen momento.
Diversos estudios con niños entre 1 y 11 años han mostrado que el estado que logran cuando bailan, cantan o se mueven al unísono con otros contribuye a desarrollar su socialización y altruismo.
Una experiencia reciente fue realizada por psicólogas de la Universidad de McMaster (Canadá). Según publican en la revista Developmental Science, niños de 14 meses con quienes un adulto bailaba, balanceándose al unísono al ritmo de la música, luego estaban más dispuestos a ayudar a esa persona.
En 50% de los casos, el niño recogía y le acercaba al adulto un objeto que se le caía "accidentalmente". En tanto, los niños que habían sido balanceados de forma asincrónica ayudaban al adulto solo en 30% de las oportunidades.
Entre niños mayores han hallado reacciones similares. Un estudio del Centro de Música y Ciencia de la Universidad de Cambridge, en Inglaterra analizó el comportamiento de dos grupos de niños y niñas de 8 a 11 años.
Entre sus conclusiones obtuvieron que el grupo que debía jugar a coordinarse rítmicamente, mostraba luego más alegría por la felicidad de otros y más capacidad para leer emociones en expresiones faciales, en comparación con el otro grupo, donde los niños realizaban una actividad compartida pero sin un componente rítmico.
De ahí que sus autores "destaquen el potencial de la interacción musical grupal para promover capacidades socioemocionales". Así, además de brindar placer, la música ayuda a vivir.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla
No importa si la mamá desafina o si el ritmo es un vals o un reguetón. Cuando un bebé escucha el sonido de una canción o se mueve al unísono con un adulto u otro niño, se generan beneficios que van más allá de un buen momento.
Diversos estudios con niños entre 1 y 11 años han mostrado que el estado que logran cuando bailan, cantan o se mueven al unísono con otros contribuye a desarrollar su socialización y altruismo.
Una experiencia reciente fue realizada por psicólogas de la Universidad de McMaster (Canadá). Según publican en la revista Developmental Science, niños de 14 meses con quienes un adulto bailaba, balanceándose al unísono al ritmo de la música, luego estaban más dispuestos a ayudar a esa persona.
En 50% de los casos, el niño recogía y le acercaba al adulto un objeto que se le caía "accidentalmente". En tanto, los niños que habían sido balanceados de forma asincrónica ayudaban al adulto solo en 30% de las oportunidades.
Entre niños mayores han hallado reacciones similares. Un estudio del Centro de Música y Ciencia de la Universidad de Cambridge, en Inglaterra analizó el comportamiento de dos grupos de niños y niñas de 8 a 11 años.
Entre sus conclusiones obtuvieron que el grupo que debía jugar a coordinarse rítmicamente, mostraba luego más alegría por la felicidad de otros y más capacidad para leer emociones en expresiones faciales, en comparación con el otro grupo, donde los niños realizaban una actividad compartida pero sin un componente rítmico.
De ahí que sus autores "destaquen el potencial de la interacción musical grupal para promover capacidades socioemocionales". Así, además de brindar placer, la música ayuda a vivir.

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Temas de la nota

PUBLICIDAD