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Daniel Villagra: "Siempre me gustó Gimnasia por su gente, es algo especial"

Sabado, 07 de noviembre de 2015 23:30
Foto; Andrés Mansilla
¿Cómo llegaste al Gimnasia y Tiro?
Hice todas las inferiores en Vélez, soy de Capital Federal. Estuve dos años en la primera con Carlos Bianchi, Ischia y Falcioni. Ahí me ceden a préstamo a Gimnasia para jugar el Nacional del 81 y después volví a Vélez. En ese tiempo Raúl López era el presidente y me llamó para volver a jugar, acepté, jugamos el Anual y después me compraron el pase.

¿Es verdad que llegaste con las luces del estadio?
Así dice el Loco Viano, que vine con las torres de luz de Vélez. Según él, estaba descansando y viendo un partido, me llamaron, probaron y así me trajeron. Pero no es así, las torres de iluminación llegaron en el año 79 y yo, en el 81.

Pasaste por lo tres clubes más grandes de la provincia...
Sí, todos los años me iba a préstamo a algún club, pasé por Juventud, jugué el Nacional del 83 en Zapla (85), también en Tabacal donde salimos campeones y clasificamos al Regional. Terminé mi carrera en el año 90 en Central Norte, estuve solo tres meses, me rompí los ligamentos y abandoné el fútbol. Dejé de jugar a los 30 años.

¿Qué diferencia viste entre los tres clubes?
Vine de Vélez que es un club que te da todo, en Gimnasia me dieron lo mismo. Después fui a Juventud y Central, ahí me costó mucho adaptarme. Tengo muchos amigos en los dos clubes, nunca tuve problemas con nadie, pero siempre me gustó Gimnasia por su gente, es algo especial para mí.

¿Cómo evalúas tu desempeño como jugador en Gimnasia?
Fue bueno en los 9 años que jugué, salí campeón dos veces en el Anual, una vez en el torneo Confraternidad, también participé en tres Nacionales. Lo bueno fue siempre que me iba a jugar a otro lado, era uno de los pocos que nos podíamos dar ese lujo con el Gringo Viano, después él siguió y tuvo la suerte de ascender en Rosario frente a Central Córdoba.

Estás muy identificado con Gimnasia y Tiro...
Sí, amo al club, en noviembre cumplo 25 años como empleado, más los nueve años que fui jugador. Son 34 años que llevo en el club, más de la mitad de mi vida. Salta me gustó y me quedé, formé una familia, tengo una hija (Daniela) de 30 años de mi primer matrimonio y con mi actual mujer (Cecilia) tenemos un nene (Máximo) que va a cumplir tres años.

¿Cómo llegaste a ser empleado del club?
Cuando dejé de jugar tuve la suerte de que estaba Fernando Sylvester como presidente y Juan Carlos Ibire de gerente y me dijeron que venga a ayudar. Empecé haciendo lo mismo que hago ahora, Faustino Oyola, quien era el encargado de los pases, me enseñó todo y le estoy muy agradecido.

¿Qué anécdotas recordás?
Me acuerdo cuando fuimos a Tucumán a jugar con Atlético Concepción, estuvimos como tres horas para salir de la cancha, nos rompieron los dos micros, caminamos como cinco cuadras hasta la comisaría. Ir por las calles de Concepción caminando...

¿Qué técnico te marcó en tu carrera?
Marcial Acosta que fue el último técnico que tuve, que me dijo: 'Siempre lo quise tener'. Pero no me puso nunca y me hizo abandonar.

¿Nunca pensante en ser técnico?
No me llama la atención, me gusta mucho lo que hago y estoy muy cómodo. Además, si sos técnico y te va mal te despiden.

¿Qué significa Gimnasia y Tiro para vos?
Es mi segunda casa, estoy casi todo el día en el club. Viajo con el plantel todos los partidos, me gusta y soy el encargado de llevar toda la documentación, veo el tema de en qué hotel se van a hospedar y el micro para los traslados.

Sos un apasionado de la fotografía...
Sí, desde muy chico, siempre tuve una cámara de fotos. Cuando jugaba tenía fotos de parado o posando con el equipo. De visitante no tenía fotos y empecé a sacar, a mis compañeros le gusto y me pidieron que saque de vuelta, después en movimiento hasta que me puse detrás del arco.
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¿Cómo llegaste al Gimnasia y Tiro?
Hice todas las inferiores en Vélez, soy de Capital Federal. Estuve dos años en la primera con Carlos Bianchi, Ischia y Falcioni. Ahí me ceden a préstamo a Gimnasia para jugar el Nacional del 81 y después volví a Vélez. En ese tiempo Raúl López era el presidente y me llamó para volver a jugar, acepté, jugamos el Anual y después me compraron el pase.

¿Es verdad que llegaste con las luces del estadio?
Así dice el Loco Viano, que vine con las torres de luz de Vélez. Según él, estaba descansando y viendo un partido, me llamaron, probaron y así me trajeron. Pero no es así, las torres de iluminación llegaron en el año 79 y yo, en el 81.

Pasaste por lo tres clubes más grandes de la provincia...
Sí, todos los años me iba a préstamo a algún club, pasé por Juventud, jugué el Nacional del 83 en Zapla (85), también en Tabacal donde salimos campeones y clasificamos al Regional. Terminé mi carrera en el año 90 en Central Norte, estuve solo tres meses, me rompí los ligamentos y abandoné el fútbol. Dejé de jugar a los 30 años.

¿Qué diferencia viste entre los tres clubes?
Vine de Vélez que es un club que te da todo, en Gimnasia me dieron lo mismo. Después fui a Juventud y Central, ahí me costó mucho adaptarme. Tengo muchos amigos en los dos clubes, nunca tuve problemas con nadie, pero siempre me gustó Gimnasia por su gente, es algo especial para mí.

¿Cómo evalúas tu desempeño como jugador en Gimnasia?
Fue bueno en los 9 años que jugué, salí campeón dos veces en el Anual, una vez en el torneo Confraternidad, también participé en tres Nacionales. Lo bueno fue siempre que me iba a jugar a otro lado, era uno de los pocos que nos podíamos dar ese lujo con el Gringo Viano, después él siguió y tuvo la suerte de ascender en Rosario frente a Central Córdoba.

Estás muy identificado con Gimnasia y Tiro...
Sí, amo al club, en noviembre cumplo 25 años como empleado, más los nueve años que fui jugador. Son 34 años que llevo en el club, más de la mitad de mi vida. Salta me gustó y me quedé, formé una familia, tengo una hija (Daniela) de 30 años de mi primer matrimonio y con mi actual mujer (Cecilia) tenemos un nene (Máximo) que va a cumplir tres años.

¿Cómo llegaste a ser empleado del club?
Cuando dejé de jugar tuve la suerte de que estaba Fernando Sylvester como presidente y Juan Carlos Ibire de gerente y me dijeron que venga a ayudar. Empecé haciendo lo mismo que hago ahora, Faustino Oyola, quien era el encargado de los pases, me enseñó todo y le estoy muy agradecido.

¿Qué anécdotas recordás?
Me acuerdo cuando fuimos a Tucumán a jugar con Atlético Concepción, estuvimos como tres horas para salir de la cancha, nos rompieron los dos micros, caminamos como cinco cuadras hasta la comisaría. Ir por las calles de Concepción caminando...

¿Qué técnico te marcó en tu carrera?
Marcial Acosta que fue el último técnico que tuve, que me dijo: 'Siempre lo quise tener'. Pero no me puso nunca y me hizo abandonar.

¿Nunca pensante en ser técnico?
No me llama la atención, me gusta mucho lo que hago y estoy muy cómodo. Además, si sos técnico y te va mal te despiden.

¿Qué significa Gimnasia y Tiro para vos?
Es mi segunda casa, estoy casi todo el día en el club. Viajo con el plantel todos los partidos, me gusta y soy el encargado de llevar toda la documentación, veo el tema de en qué hotel se van a hospedar y el micro para los traslados.

Sos un apasionado de la fotografía...
Sí, desde muy chico, siempre tuve una cámara de fotos. Cuando jugaba tenía fotos de parado o posando con el equipo. De visitante no tenía fotos y empecé a sacar, a mis compañeros le gusto y me pidieron que saque de vuelta, después en movimiento hasta que me puse detrás del arco.

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