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Teresa Zeballos: Manos Abiertas va por más pequeños donantes

Sabado, 26 de diciembre de 2015 01:30
Conseguir más donantes, de eso se trata. También, se sumar voluntarios.
Son los dos grandes y prioritarios objetivos de Manos Abiertas, la organización de inspiración cristiana que tiene como propósito servir, promover y dignificar a los más necesitados, mejorando su calidad de vida y suavizando las situaciones de pobreza, dolor y carencias que padecen, a través del trabajo voluntario y de programas sociales, educativos y salud. Son nueve delegaciones en el país. En Salta, la organización con sede en Vicente López 1447 cumplirá diez años en 2016 y ya piensan en los festejos del acontecimiento. Tiene cuatro obras en las que trabaja: Casa de la Bondad, Grupo Misionero San Francisco Javier, Hospedería Señor y Virgen del Milagro y Sembrando Soñando. La sede funciona en Caseros 752, teléfono 4329083, y la Casa de la Bondad, Caseros 752, teléfono 439 2787. El mail es salta@manosabier tas.org.ar.
Manos Abiertas hizo , días pasados, lo que otros años: la rendición de cuentas de lo actuado durante el año; lo recibido y lo gastado. Teresa Zeballos, la tesorera, habló con El Tribuno de la nueva convocatoria a la generosidad de los salteños, pero también del significado de dar y de recibir.
La semana pasada, Manos Abiertas volvió a convocar a la solidaridad de los salteños. ¿Qué piden?
El 16 de diciembre comenzamos la campaña. Presentamos los trabajos del año y la rendición de cuentas de los aportes de todos los donantes, dineros que fueron destinados a la hospedería Señor y Virgen del Milagro; Casa de la Bondad donde se reciben enfermos terminales sin recursos; Sembrando, Soñando, que es ayuda para los estudiantes y Grupo Misionero San Francisco Javier. También, estamos ayudando a un grupo de madres del barrio Solidaridad. La campaña tiene el objetivo de seguir ampliando las obras, conseguir nuevos donantes que nos sigan acompañando para afianzar las obras.
¿Hoy necesitan algo en particular?
Lo que más necesitamos ahora son pequeños donantes que nos den un aporte mensual para poder sostener las obras, porque tenemos mucho costo de salarios y de alimentos. Además, por supuesto, los que quieran sumarse como voluntarios. Tenemos 16 personas rentadas que hacen tareas claves que no se pueden delegar en voluntarios, como enfermeras, personal de limpieza, celadores/cuidadores. Los voluntarios son alrededor de 140 y 850 donantes con pequeños aportes mensuales.
Por eso la campaña está siempre abierta.
La campaña siempre está abierta porque ocurre que algunas personas ahora no se pueden sumar pero sí más adelante. Nosotras sentimos un gran orgullo porque la gente aporta dinero, a la vez que una gran responsabilidad. Para nosotros es una enorme satisfacción y mucha alegría porque entendemos que la gente toma a nuestra obra como propia. Porque, en definitiva, las obras son de Salta, no son nuestras. Por eso estamos muy felices, es para nosotros una enorme alegría. Es muy transformador ver como trabaja la comunidad con esta gente que tanto lo necesita, eso es amor en el estado más puro.
Nosotros vemos a la Casa de la Bondad como una casa que da luz. Allí las personas llegan en situaciones terribles, es nada más ni nada menos, que el último tramo de la vida, sin dinero, sin contención de ningún tipo. Llegan para morir ahí. Es una vivencia de corazón muy transformadora. Poder hacer esto nos devuelve muchísima alegría y vemos que la gente se suma y se engancha con tanta alegría! Cuando vemos en qué estado llegan y cómo están cuando se van definitivamente, no tenemos dudas de que ese es un enorme regalo de Dios. La gracia que recibe cada paciente que llega a la Casa de la Bondad es un coro de ángeles. La verdad es que en esa casa estamos viviendo experiencias increíbles.
¿De qué manera se puede colaborar con Manos Abiertas?
Hay distintas acciones que se pueden hacer. Al voluntario se le pide dos horas semanales. Puede sumar de distintas maneras y siempre es satisfactorio porque cualquier acción acá está dirigida a la gente que lo necesita. Nosotros creemos en muchas personas haciendo poquito; pequeños gestos con gran amor, con mucha sensibilidad, lo que permite la sustentabilidad de las obras. Porque pensamos que esta es la forma de sumar, un poquito entre todos; si tenemos un solo gran aporte corremos el riesgo de que por algún motivo deje de estar y entonces la organización se resentiría mucho. Además, siempre es más fácil encontrar gente que pueda sumar desde el esfuerzo más chiquito. A eso apuntamos. Ahí está centrada la convocatoria de Manos Abiertas.

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Conseguir más donantes, de eso se trata. También, se sumar voluntarios.
Son los dos grandes y prioritarios objetivos de Manos Abiertas, la organización de inspiración cristiana que tiene como propósito servir, promover y dignificar a los más necesitados, mejorando su calidad de vida y suavizando las situaciones de pobreza, dolor y carencias que padecen, a través del trabajo voluntario y de programas sociales, educativos y salud. Son nueve delegaciones en el país. En Salta, la organización con sede en Vicente López 1447 cumplirá diez años en 2016 y ya piensan en los festejos del acontecimiento. Tiene cuatro obras en las que trabaja: Casa de la Bondad, Grupo Misionero San Francisco Javier, Hospedería Señor y Virgen del Milagro y Sembrando Soñando. La sede funciona en Caseros 752, teléfono 4329083, y la Casa de la Bondad, Caseros 752, teléfono 439 2787. El mail es salta@manosabier tas.org.ar.
Manos Abiertas hizo , días pasados, lo que otros años: la rendición de cuentas de lo actuado durante el año; lo recibido y lo gastado. Teresa Zeballos, la tesorera, habló con El Tribuno de la nueva convocatoria a la generosidad de los salteños, pero también del significado de dar y de recibir.
La semana pasada, Manos Abiertas volvió a convocar a la solidaridad de los salteños. ¿Qué piden?
El 16 de diciembre comenzamos la campaña. Presentamos los trabajos del año y la rendición de cuentas de los aportes de todos los donantes, dineros que fueron destinados a la hospedería Señor y Virgen del Milagro; Casa de la Bondad donde se reciben enfermos terminales sin recursos; Sembrando, Soñando, que es ayuda para los estudiantes y Grupo Misionero San Francisco Javier. También, estamos ayudando a un grupo de madres del barrio Solidaridad. La campaña tiene el objetivo de seguir ampliando las obras, conseguir nuevos donantes que nos sigan acompañando para afianzar las obras.
¿Hoy necesitan algo en particular?
Lo que más necesitamos ahora son pequeños donantes que nos den un aporte mensual para poder sostener las obras, porque tenemos mucho costo de salarios y de alimentos. Además, por supuesto, los que quieran sumarse como voluntarios. Tenemos 16 personas rentadas que hacen tareas claves que no se pueden delegar en voluntarios, como enfermeras, personal de limpieza, celadores/cuidadores. Los voluntarios son alrededor de 140 y 850 donantes con pequeños aportes mensuales.
Por eso la campaña está siempre abierta.
La campaña siempre está abierta porque ocurre que algunas personas ahora no se pueden sumar pero sí más adelante. Nosotras sentimos un gran orgullo porque la gente aporta dinero, a la vez que una gran responsabilidad. Para nosotros es una enorme satisfacción y mucha alegría porque entendemos que la gente toma a nuestra obra como propia. Porque, en definitiva, las obras son de Salta, no son nuestras. Por eso estamos muy felices, es para nosotros una enorme alegría. Es muy transformador ver como trabaja la comunidad con esta gente que tanto lo necesita, eso es amor en el estado más puro.
Nosotros vemos a la Casa de la Bondad como una casa que da luz. Allí las personas llegan en situaciones terribles, es nada más ni nada menos, que el último tramo de la vida, sin dinero, sin contención de ningún tipo. Llegan para morir ahí. Es una vivencia de corazón muy transformadora. Poder hacer esto nos devuelve muchísima alegría y vemos que la gente se suma y se engancha con tanta alegría! Cuando vemos en qué estado llegan y cómo están cuando se van definitivamente, no tenemos dudas de que ese es un enorme regalo de Dios. La gracia que recibe cada paciente que llega a la Casa de la Bondad es un coro de ángeles. La verdad es que en esa casa estamos viviendo experiencias increíbles.
¿De qué manera se puede colaborar con Manos Abiertas?
Hay distintas acciones que se pueden hacer. Al voluntario se le pide dos horas semanales. Puede sumar de distintas maneras y siempre es satisfactorio porque cualquier acción acá está dirigida a la gente que lo necesita. Nosotros creemos en muchas personas haciendo poquito; pequeños gestos con gran amor, con mucha sensibilidad, lo que permite la sustentabilidad de las obras. Porque pensamos que esta es la forma de sumar, un poquito entre todos; si tenemos un solo gran aporte corremos el riesgo de que por algún motivo deje de estar y entonces la organización se resentiría mucho. Además, siempre es más fácil encontrar gente que pueda sumar desde el esfuerzo más chiquito. A eso apuntamos. Ahí está centrada la convocatoria de Manos Abiertas.

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