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Alberto Arébalos: "Internet hoy es lo que el ferrocarril era hace cien años"

Martes, 08 de diciembre de 2015 01:00
"Tengo una cerámica, ¿cuán necesario es que esté en Internet?" "Soy músico independiente, ¿puedo ganar plata sólo con las redes sociales?" "Quiero vender mis productos por Internet, ¿cómo hago?"
Cada vez más gente, joven y ni tanto, sabe lo fundamental que es su presencia en internet, especialmente cuando se trata de vender un producto o vender una imagen (políticos por ejemplo). Pero el tema es que con solo estar no alcanza. El contenido y el cómo también importan.
Estos y otros son los mensajes que el consultor internacional Alberto Arébalos brinda cada vez que puede y hace poco lo hizo en Salta.
Llegó gracias al emprendimiento Norte Sustentable, para exponer sobre "Empresas de cristal: sustentabilidad y crisis públicas en tiempos de redes sociales" y no fueron pocos quienes lo escucharon y le plantearon sus inquietudes. Porque es evidente que los modos de comunicación cambiaron para siempre con Internet y de eso, no hay regreso.
Eso mismo lo dijo también a El Tribuno el experto Arébalos, quien cuenta en su trayectoria con años de trabajo a nivel directivo en empresas continentales como Google, Facebook y Cisco.

En materia de tecnología de la comunicación, ¿de qué ya no hay vuelta atrás?
De lo que no se puede volver es de la gente con un poder cada vez más grande frente a las organizaciones. Creo que todavía hay muchas empresas, organizaciones y gobiernos que creen que pueden comunicarse de una manera en la que ignoran la necesidad de la gente de conversar, de discutir y de interactuar. Pero los que consideran que pueden seguir hablando de arriba hacia abajo, se van a llevar una sorpresa desagradable. Y es de eso de donde no creo que se vuelva. No se va a volver a una estructura de de comunicación vertical. Estamos en una realidad en la que la gente busca la información, la encuentra, la analiza, comparte y toma decisiones en consecuencia.
Para una empresa o emprendimiento, ¿esto es difícil de aceptar de una vez y llevarlo a cabo?
Siempre que hay un cambio en la forma en que son las cosas, eso implica que hay que adaptarse. Y modificar la forma en que uno funciona, en cualquier organización es una complicación. Hay que estar preparados y dispuestos a equivocarse porque este cambio no tiene antecedentes, no hay un lugar donde estudiarlo. A veces incluso es un método de "prueba y error".

¿Qué es lo que más aprendiste de tu experiencia en empresas como Google y Facebook?
Internet es un fenómeno que muy poca gente comprende en su dimensión total. Creo que nos centramos en el fenómeno superficial: las aplicaciones, Google, el mail, pero no sé si todos ven el papel de internet como infraestructura de economía de los países. Internet hoy es el lo que el ferrocarril era hace cien años. Tiene el mismo rol. Pero son pocos, incluso a nivel de gobierno, que entienden esta importancia de manera cabal.
Por ejemplo, no es cuestión de dar una computadora a un alumno y ya. Lo que hay que hacer es conectarlo y brindarle contenido. Hoy puede haber solo una computadora en una escuela y conectarla a veinte teclados y veinte pantallas con un solo procesador. No digo que esté mal dar una computadora, pero no puede ir sin todo lo otro. En Argentina hay problemas de conectividad serios en todas partes. Sin acceso a Internet, la computadora no sirve para nada. Y después está el tema del contenido, ¿cómo lo voy a utilizar? Sería fantástico por ejemplo que una escuela de Salta intercambie experiencias por videoconferencia con alumnos de Tierra del Fuego. Con la computadora sola no alcanza para tener la tecnología en educación.

Esta elección también mostró la importancia de estar en las redes sociales, ¿cuál fue tu balance?
Creo que todos vieron el fenómeno de Obama en el 2007 y 2011 y aprendieron de lo efectivo que es en términos de llegar a la gente que se quiere llegar y en términos de costo. No diría que eso es de avanzada sino algo imprescindible dado que la misma realidad te obliga a hacerlo.
Todas las redes sociales son herramientas fundamentales para comunicarse, pero son sólo un puente. Depende de lo que uno escriba es que a uno le va a servir o no usar estas redes. Es en el cómo donde muchos fallan.

¿Qué le dirías a pequeñas empresas en Salta que tal vez su presencia en Internet no modifica su negocio?
Depende de los objetivos y del mercado de la pequeña empresa. Si tengo un hotel y quiero atraer un público extranjero, no estar en internet es perder un montón de plata y la presencia no cuesta mucho. Quizás no tenga sentido que todos estén, aunque creo que en algún punto se volverá inevitable.
Conozco el ejemplo de un negocio boliviano que vende sombreros tipo panamá y todo su negocio está en Internet. Son artesanos que venden incluso a Madagascar con su sitio web y con una fuerte campaña en Adwords (Google). Es difícil creer que no hay en Salta artesanos que quieran unirse y vender sus productos. Hay que entender el fenómeno. El punto no es que en Salta hay poca gente conectada sino que es el mundo entero el que está en Internet.

¿Cuál es la pregunta que más te hacen en tus exposiciones?
Generalmente son del tipo "¿Tengo que estar? ¿Hay que estar? ¿Dónde? Qué es lo más efectivo?" Yo digo siempre: "sí, hay que estar, el punto es cómo y de qué manera".

¿Porqué llamarás a tu nuevo libro "La oficina de cristal"?
Es el título que barajamos porque la empresa es cada vez más transparente y está más expuesta al control social. Este fenómeno se va a potenciar y por el peso de la realidad muchos tendrán que darse cuenta porque con cinco mil millones de personas en internet, esto será inevitable. Y esto se aplica para todos, desde la compañía más grande hasta un negocio de tipo individual.
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"Tengo una cerámica, ¿cuán necesario es que esté en Internet?" "Soy músico independiente, ¿puedo ganar plata sólo con las redes sociales?" "Quiero vender mis productos por Internet, ¿cómo hago?"
Cada vez más gente, joven y ni tanto, sabe lo fundamental que es su presencia en internet, especialmente cuando se trata de vender un producto o vender una imagen (políticos por ejemplo). Pero el tema es que con solo estar no alcanza. El contenido y el cómo también importan.
Estos y otros son los mensajes que el consultor internacional Alberto Arébalos brinda cada vez que puede y hace poco lo hizo en Salta.
Llegó gracias al emprendimiento Norte Sustentable, para exponer sobre "Empresas de cristal: sustentabilidad y crisis públicas en tiempos de redes sociales" y no fueron pocos quienes lo escucharon y le plantearon sus inquietudes. Porque es evidente que los modos de comunicación cambiaron para siempre con Internet y de eso, no hay regreso.
Eso mismo lo dijo también a El Tribuno el experto Arébalos, quien cuenta en su trayectoria con años de trabajo a nivel directivo en empresas continentales como Google, Facebook y Cisco.

En materia de tecnología de la comunicación, ¿de qué ya no hay vuelta atrás?
De lo que no se puede volver es de la gente con un poder cada vez más grande frente a las organizaciones. Creo que todavía hay muchas empresas, organizaciones y gobiernos que creen que pueden comunicarse de una manera en la que ignoran la necesidad de la gente de conversar, de discutir y de interactuar. Pero los que consideran que pueden seguir hablando de arriba hacia abajo, se van a llevar una sorpresa desagradable. Y es de eso de donde no creo que se vuelva. No se va a volver a una estructura de de comunicación vertical. Estamos en una realidad en la que la gente busca la información, la encuentra, la analiza, comparte y toma decisiones en consecuencia.
Para una empresa o emprendimiento, ¿esto es difícil de aceptar de una vez y llevarlo a cabo?
Siempre que hay un cambio en la forma en que son las cosas, eso implica que hay que adaptarse. Y modificar la forma en que uno funciona, en cualquier organización es una complicación. Hay que estar preparados y dispuestos a equivocarse porque este cambio no tiene antecedentes, no hay un lugar donde estudiarlo. A veces incluso es un método de "prueba y error".

¿Qué es lo que más aprendiste de tu experiencia en empresas como Google y Facebook?
Internet es un fenómeno que muy poca gente comprende en su dimensión total. Creo que nos centramos en el fenómeno superficial: las aplicaciones, Google, el mail, pero no sé si todos ven el papel de internet como infraestructura de economía de los países. Internet hoy es el lo que el ferrocarril era hace cien años. Tiene el mismo rol. Pero son pocos, incluso a nivel de gobierno, que entienden esta importancia de manera cabal.
Por ejemplo, no es cuestión de dar una computadora a un alumno y ya. Lo que hay que hacer es conectarlo y brindarle contenido. Hoy puede haber solo una computadora en una escuela y conectarla a veinte teclados y veinte pantallas con un solo procesador. No digo que esté mal dar una computadora, pero no puede ir sin todo lo otro. En Argentina hay problemas de conectividad serios en todas partes. Sin acceso a Internet, la computadora no sirve para nada. Y después está el tema del contenido, ¿cómo lo voy a utilizar? Sería fantástico por ejemplo que una escuela de Salta intercambie experiencias por videoconferencia con alumnos de Tierra del Fuego. Con la computadora sola no alcanza para tener la tecnología en educación.

Esta elección también mostró la importancia de estar en las redes sociales, ¿cuál fue tu balance?
Creo que todos vieron el fenómeno de Obama en el 2007 y 2011 y aprendieron de lo efectivo que es en términos de llegar a la gente que se quiere llegar y en términos de costo. No diría que eso es de avanzada sino algo imprescindible dado que la misma realidad te obliga a hacerlo.
Todas las redes sociales son herramientas fundamentales para comunicarse, pero son sólo un puente. Depende de lo que uno escriba es que a uno le va a servir o no usar estas redes. Es en el cómo donde muchos fallan.

¿Qué le dirías a pequeñas empresas en Salta que tal vez su presencia en Internet no modifica su negocio?
Depende de los objetivos y del mercado de la pequeña empresa. Si tengo un hotel y quiero atraer un público extranjero, no estar en internet es perder un montón de plata y la presencia no cuesta mucho. Quizás no tenga sentido que todos estén, aunque creo que en algún punto se volverá inevitable.
Conozco el ejemplo de un negocio boliviano que vende sombreros tipo panamá y todo su negocio está en Internet. Son artesanos que venden incluso a Madagascar con su sitio web y con una fuerte campaña en Adwords (Google). Es difícil creer que no hay en Salta artesanos que quieran unirse y vender sus productos. Hay que entender el fenómeno. El punto no es que en Salta hay poca gente conectada sino que es el mundo entero el que está en Internet.

¿Cuál es la pregunta que más te hacen en tus exposiciones?
Generalmente son del tipo "¿Tengo que estar? ¿Hay que estar? ¿Dónde? Qué es lo más efectivo?" Yo digo siempre: "sí, hay que estar, el punto es cómo y de qué manera".

¿Porqué llamarás a tu nuevo libro "La oficina de cristal"?
Es el título que barajamos porque la empresa es cada vez más transparente y está más expuesta al control social. Este fenómeno se va a potenciar y por el peso de la realidad muchos tendrán que darse cuenta porque con cinco mil millones de personas en internet, esto será inevitable. Y esto se aplica para todos, desde la compañía más grande hasta un negocio de tipo individual.
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