Su nombre fue tecleado infinitamente hace siete años en todos los buscadores. Ocupó durante muchos meses las portadas de muchos medios, deportivos y sensacionalistas.
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Su nombre fue tecleado infinitamente hace siete años en todos los buscadores. Ocupó durante muchos meses las portadas de muchos medios, deportivos y sensacionalistas.
Saltó a la fama cuando solo tenía 18 años. Una imagen de la pertiguista estadounidense Allison Stokke la dio a conocer al mundo, no solo al del deporte. Esta imagen la convertía por su belleza en una de las más reclamadas y buscadas.
Desgraciadamente para ella, la fama la superó. Los comentarios en redes sociales sobre su persona eran de todo tipo. Positivos, aunque siempre relacionados más con su belleza que con su destreza en el atletismo y muy negativos muchos de ellos. Recuerdo incluso plataformas que pedían que no la dejaran competir por la imagen que trasmitía o incluso las que iban mucho más lejos y deseaban su lesión e incluso muerte. Tanta fue la repercusión que los directores Newport Harbour High School, centro donde estudiaba, tuvieron que hacer un comunicado oficial indicando que no daría entrevistas ni ruedas de prensa ni reportaje alguno, y no podían grabar en las instalaciones.
sa. En los siguientes meses sus entrenamientos fueron escasos y cuando los había siempre eran con unas medidas de seguridad extremas, insanas para mejorar y avanzar en sus saltos. Su carrera se estancó. Decidió poco después que dejaba su carrera porque la presión era extrema y no precisamente por la competición.
En el 2012, año olímpico, hizo un esfuerzo para volver, pero solo consiguió llegar a 4,36 metros de altura. Con esa altura no llegó a clasificarse para la Olimpiada de Londres. Y desapareció.
Esta semana, vuelve por fin a ser noticia. Vuelve a sonar su nombre con fuerza. Además, afortunadamente no es por motivos ajenos al atletismo y al mundo de la pértiga.
(Fuente: abcblog)