En Lavalle todo el año es carnaval

Creado hace algunas décadas por Don Roberto Romero, el Torneo de los Barrios no pierde su esencia y sigue siendo la pasión de multitudes. Eso quedó demostrado ayer cuando alrededor de doce mil espectadores presenciaron la final del campeonato, por la capital salteña, que coronó ganador a Lavalle, tras empatar 1 a 1 con villa Primavera y ganar 5 a 4 por penales.

Toda la familia de villa Primavera estuvo en el estadio, copó la cabecera norte y lo mismo ocurrió con los del sudeste; la popular sur estuvo recargada por los que alentaron por Lavalle. La platea también estaba repleta y había hinchas de Central Norte, de Juventud y de muchos otros equipos, pero todos se unieron para alentar por su barriada.

Lucho Jurado le llevó toda la ilusión a su villa Primavera cuando marcó el primer gol del partido, luego de una serie de rebotes y de definir con total seguridad. Pero todavía quedaba más de media hora y al equipo del Cuchi Rivero se le hizo difícil mantener la ventaja. Cuatro minutos antes del final del partido, Juan Mamaní, el hijo del Panza, DT de Lavalle, remató al arco tras vulnerar al arquero y, pese al intento de Flores por despejar, el árbitro marcó el gol del empate.

Así quedó demostrado cómo la pasión del Torneo de los Barrios pasa de generación en generación. En el 86 el Panza Mamaní no había podido ganarle la final a Primavera, pero en 2015 su hijo se cobró venganza y marcó el gol del empate que luego le permitió coronarse campeón tras ganar 5 a 4 en penales.

Creado hace algunas décadas por Don Roberto Romero, el Torneo de los Barrios no pierde su esencia y sigue siendo la pasión de multitudes. Eso quedó demostrado ayer cuando alrededor de doce mil espectadores presenciaron la final del campeonato, por la capital salteña, que coronó ganador a Lavalle, tras empatar 1 a 1 con villa Primavera y ganar 5 a 4 por penales.

Toda la familia de villa Primavera estuvo en el estadio, copó la cabecera norte y lo mismo ocurrió con los del sudeste; la popular sur estuvo recargada por los que alentaron por Lavalle. La platea también estaba repleta y había hinchas de Central Norte, de Juventud y de muchos otros equipos, pero todos se unieron para alentar por su barriada.

Lucho Jurado le llevó toda la ilusión a su villa Primavera cuando marcó el primer gol del partido, luego de una serie de rebotes y de definir con total seguridad. Pero todavía quedaba más de media hora y al equipo del Cuchi Rivero se le hizo difícil mantener la ventaja. Cuatro minutos antes del final del partido, Juan Mamaní, el hijo del Panza, DT de Lavalle, remató al arco tras vulnerar al arquero y, pese al intento de Flores por despejar, el árbitro marcó el gol del empate.

Así quedó demostrado cómo la pasión del Torneo de los Barrios pasa de generación en generación. En el 86 el Panza Mamaní no había podido ganarle la final a Primavera, pero en 2015 su hijo se cobró venganza y marcó el gol del empate que luego le permitió coronarse campeón tras ganar 5 a 4 en penales.