Esta semana apareció, por las calles de Nueva York, el actor Mickey Rourke con un aspecto más que patético, después de haberse sometido a otra cirugía estética en su afán por no envejecer.
Con chaleco de cuero oscuro sobre su piel tatuada, campera verde con tonos rosas y un jean oscuro con cinto negro y hebilla plateada, pelo platinado con un corte muy particular y unos anteojos de sol que le daban aspecto de señora mayor, el talentoso actor muestra su cuerpo musculoso pero su rostro completamente deformado a fuerza de bisturí para quitarse años.
Ya no quedan vestigios de aquel fachero de la década del 80.
Una pena...
Esta semana apareció, por las calles de Nueva York, el actor Mickey Rourke con un aspecto más que patético, después de haberse sometido a otra cirugía estética en su afán por no envejecer.
Con chaleco de cuero oscuro sobre su piel tatuada, campera verde con tonos rosas y un jean oscuro con cinto negro y hebilla plateada, pelo platinado con un corte muy particular y unos anteojos de sol que le daban aspecto de señora mayor, el talentoso actor muestra su cuerpo musculoso pero su rostro completamente deformado a fuerza de bisturí para quitarse años.
Ya no quedan vestigios de aquel fachero de la década del 80.
Una pena...