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La Laguna del Cielo, esa hermosura desconocida ¿Una entre 18 similares? | Tendencias

Jueves, 07 de mayo de 2015 00:00
Desconocida para los lugareños y para los salteños en general, la Laguna del Cielo es uno de los sitios turísticos más hermosos del norte de la provincia. A 19 kilómetros de Mosconi, es la más grande de una cadena de cuerpos de agua que se extienden por la zona de las Yungas salteñas, en un marco espectacular de flora y fauna.
Mosconi se encuentra sobre la ruta nacional 34 y a una distancia de 340 kilómetros de la ciudad de Salta. Es uno de los seis municipios del departamento General San Martín. Tiene una superficie aproximada de 2.758 km2 y se ubica en las sierras subandinas de San Antonio, recortadas por valles y quebradas, teniendo una altitud estimada de 500 metros sobre el nivel del mar, se encuentra en el corazón de la llamada selva tucumano oranense.
Al norte limita con Aguaray, al sur con General Ballivián, al este con Tartagal y al oeste con el Río Grande de Tarija, Bolivia. Cerca del paraje El Churqui se encuentra la Laguna del Cielo, de aproximadamente unos 700 m2, con una vegetación flotante, una fauna casi desconocida para los salteños y una vida silvestre que debemos conocer.
Llena de leyendas
A principios de los años 80, el periodista de El Tribuno Roberto Vitry recorrió el lugar dando a conocerlo a la opinión pública del país. Junto a él viajaron periodistas del diario La Razón y de la revista Gente que realzaron la impactante belleza rodeada de misterio. "Era la época de la dictadura, pero no tuvimos ningún problema en adentrarnos en la selva", cuenta ahora el periodista. "Al principio hicimos un reconocimiento en un helicóptero de Gendarmería, y yo conté cerca de 15 masas de agua. Después, un gaucho del lugar me dijo que en realidad son como 18 las lagunas que se reparten en medio del monte", señala Vitry. "No es de difícil acceso. Hay un camino viejo, de tierra, que lleva hasta el lugar. Está rodeada de muchas leyendas y tal vez por eso la gente no suele ir muy seguido. Es desconocida incluso para la gente de Tartagal. La leyenda más conocida es que la laguna es en realidad un ojo del mar que nunca se pudo tocar fondo. Otra es que una creciente que tuvo fue la que se llevó las casas de Tartagal. Aunque a mí me parece que no, la verdad es que en toda esa zona el agua surgente es muy generosa. No recuerdo muy bien dónde, pero en la Laguna del Cielo hay una construcción, una casa vieja que parecía ser el escritorio de quien explotaba esa zona. Después, es una laguna que no tiene playas. Si das un paso adelante sin fijarte, ­te vas al fondo derecho!", cuenta Vitry. El periodista recogió varias leyendas del lugar, entre las que se deben destacar las que hablan de luces que aparecen en medio de la laguna. "Deben ser los ojos de los caimanes que abundan", señala.
yungas1.jpg
Entre otras ofertas turísticas locales, Mosconi ofrece un museo de arqueología donde se pueden hallar piezas fosilizadas de millones de años. Y en la laguna se puede pescar. Pero son datos que figuran en pocas guías. Una mirada sobre el grueso de las publicidad turística del norte salteño deja ver que son difundidas a sottovoce. Tal vez resabios en la memoria colectiva, de las épocas donde la zona era conocida como "la frontera" y significaba el fin de la "civilización". El que entraba allí perdía identidad, como le pasó a Martín Fierro que debe huir a "la frontera" del sur. Justamente es en esta región salteña donde vive la mayor cantidad de habitantes originarios de toda la provincia. Lo que se podría ver como una potencialidad en turismo cultural, pero que permanece intacta. Solo en Tartagal hay seis culturas diferentes. En Santa Victoria la gente tiene seis lenguas para nombrar las cosas. Aunque es verdad que los reclamos sociales dificultan el tránsito. Sin embargo, son ocasionales y se pueden conocer de antemano, comunicándose con instituciones de Tartagal. Otra de las masas de agua que se encuentra en la zona y a la que concurren sus pobladores es, sin dudas, La Virgen de la Peña, a unos 13 kilómetros de Tartagal, por la ruta nacional 34. Tiene unos chorros fabulosos. Pero es el marco general de ese paisaje majestuoso, su exceso natural, el verdadero motivo para visitarlo.
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Desconocida para los lugareños y para los salteños en general, la Laguna del Cielo es uno de los sitios turísticos más hermosos del norte de la provincia. A 19 kilómetros de Mosconi, es la más grande de una cadena de cuerpos de agua que se extienden por la zona de las Yungas salteñas, en un marco espectacular de flora y fauna.
Mosconi se encuentra sobre la ruta nacional 34 y a una distancia de 340 kilómetros de la ciudad de Salta. Es uno de los seis municipios del departamento General San Martín. Tiene una superficie aproximada de 2.758 km2 y se ubica en las sierras subandinas de San Antonio, recortadas por valles y quebradas, teniendo una altitud estimada de 500 metros sobre el nivel del mar, se encuentra en el corazón de la llamada selva tucumano oranense.
Al norte limita con Aguaray, al sur con General Ballivián, al este con Tartagal y al oeste con el Río Grande de Tarija, Bolivia. Cerca del paraje El Churqui se encuentra la Laguna del Cielo, de aproximadamente unos 700 m2, con una vegetación flotante, una fauna casi desconocida para los salteños y una vida silvestre que debemos conocer.
Llena de leyendas
A principios de los años 80, el periodista de El Tribuno Roberto Vitry recorrió el lugar dando a conocerlo a la opinión pública del país. Junto a él viajaron periodistas del diario La Razón y de la revista Gente que realzaron la impactante belleza rodeada de misterio. "Era la época de la dictadura, pero no tuvimos ningún problema en adentrarnos en la selva", cuenta ahora el periodista. "Al principio hicimos un reconocimiento en un helicóptero de Gendarmería, y yo conté cerca de 15 masas de agua. Después, un gaucho del lugar me dijo que en realidad son como 18 las lagunas que se reparten en medio del monte", señala Vitry. "No es de difícil acceso. Hay un camino viejo, de tierra, que lleva hasta el lugar. Está rodeada de muchas leyendas y tal vez por eso la gente no suele ir muy seguido. Es desconocida incluso para la gente de Tartagal. La leyenda más conocida es que la laguna es en realidad un ojo del mar que nunca se pudo tocar fondo. Otra es que una creciente que tuvo fue la que se llevó las casas de Tartagal. Aunque a mí me parece que no, la verdad es que en toda esa zona el agua surgente es muy generosa. No recuerdo muy bien dónde, pero en la Laguna del Cielo hay una construcción, una casa vieja que parecía ser el escritorio de quien explotaba esa zona. Después, es una laguna que no tiene playas. Si das un paso adelante sin fijarte, ­te vas al fondo derecho!", cuenta Vitry. El periodista recogió varias leyendas del lugar, entre las que se deben destacar las que hablan de luces que aparecen en medio de la laguna. "Deben ser los ojos de los caimanes que abundan", señala.
yungas1.jpg
Entre otras ofertas turísticas locales, Mosconi ofrece un museo de arqueología donde se pueden hallar piezas fosilizadas de millones de años. Y en la laguna se puede pescar. Pero son datos que figuran en pocas guías. Una mirada sobre el grueso de las publicidad turística del norte salteño deja ver que son difundidas a sottovoce. Tal vez resabios en la memoria colectiva, de las épocas donde la zona era conocida como "la frontera" y significaba el fin de la "civilización". El que entraba allí perdía identidad, como le pasó a Martín Fierro que debe huir a "la frontera" del sur. Justamente es en esta región salteña donde vive la mayor cantidad de habitantes originarios de toda la provincia. Lo que se podría ver como una potencialidad en turismo cultural, pero que permanece intacta. Solo en Tartagal hay seis culturas diferentes. En Santa Victoria la gente tiene seis lenguas para nombrar las cosas. Aunque es verdad que los reclamos sociales dificultan el tránsito. Sin embargo, son ocasionales y se pueden conocer de antemano, comunicándose con instituciones de Tartagal. Otra de las masas de agua que se encuentra en la zona y a la que concurren sus pobladores es, sin dudas, La Virgen de la Peña, a unos 13 kilómetros de Tartagal, por la ruta nacional 34. Tiene unos chorros fabulosos. Pero es el marco general de ese paisaje majestuoso, su exceso natural, el verdadero motivo para visitarlo.
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