Según contó María Clara Zamora en una entrevista al diario Perfil, la idea de hacer vino en polvo y observar si mantenía sus propiedades saludables se le ocurrió a un colega suyo, el doctor Jorge Chirife, que lo pensó en base a lo que en salud pública se conoce como la "paradoja francesa".
Chirife, profesor e investigador de la Organización Mundial de la Salud, en 1989 confirmó que las tasas de mortalidad relacionadas con enfermedades cardiovasculares en Francia eran menores a las de otros países desarrollados. Y una de las hipótesis que las explican es el frecuente consumo de vino tinto en la dieta francesa.
Con cabernet sauvignon
El equipo de investigadores del Conicet y la UCA está compuesto por María Clara Zamora, Virginia Sánchez y Diego Rocha. Ellos contaron cómo es el proceso.
Para comenzar, usaron cabernet sauvignon, una famosa uva tinta procedente de Burdeos y plantada en el mundo entero, incluida Salta. Produce vinos oscuros que envejecen bien. Es especial para acompañar las carnes rojas.
El vino se congeló en una cámara cerrada a 30§ centígrados bajo cero y luego se disminuyó la presión para lograr vacío. Esas condiciones permiten que se evaporen el agua y el alcohol, preservando el resto de los componentes.
El resultado
Después de 48 horas de permanecer en la cámara, los 10 litros de vino tinto se transformaron en 300 gramos de vino en polvo.
Las condiciones en las que realizaron el experimento permiten preservar el resto de los componentes constitutivos del vino.
Por supuesto que en el proceso de liofilización se pierden, junto al alchohol y el agua, algunos componentes aromáticos que le dan el típico sabor a esta bebida consumida en el mundo entero. De alguna manera, para manejar eso se le agrega edulcorante y aromatizante de frambuesa.
Los testeos
Los científicos están realizando una serie de pruebas para determinar las condiciones de luz, temperatura y humedad ideales a fin de almacenarlo sin que se pierda el antioxidante característico.
El principal objetivo es que la nueva bebida sea saludable y se encuentre en los supermercados dentro de dos años como máximo.
Sin embargo, sin haber salido al mercado todavía, ya levantó polvareda entre los cultores del buen vino de diferentes provincias, fundamentalmente Mendoza y Salta, caracterizadas por sus vides de alta calidad. En estos lugares, de importantes productores vitivinícolas, ya se ha comenzado a aclarar que a esta bebida no se la podrá llamar vino, de acuerdo a lo establecido por el Código Alimentario Argentino y el Instituto Nacional de Vitivinicultura.
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Según contó María Clara Zamora en una entrevista al diario Perfil, la idea de hacer vino en polvo y observar si mantenía sus propiedades saludables se le ocurrió a un colega suyo, el doctor Jorge Chirife, que lo pensó en base a lo que en salud pública se conoce como la "paradoja francesa".
Chirife, profesor e investigador de la Organización Mundial de la Salud, en 1989 confirmó que las tasas de mortalidad relacionadas con enfermedades cardiovasculares en Francia eran menores a las de otros países desarrollados. Y una de las hipótesis que las explican es el frecuente consumo de vino tinto en la dieta francesa.
Con cabernet sauvignon
El equipo de investigadores del Conicet y la UCA está compuesto por María Clara Zamora, Virginia Sánchez y Diego Rocha. Ellos contaron cómo es el proceso.
Para comenzar, usaron cabernet sauvignon, una famosa uva tinta procedente de Burdeos y plantada en el mundo entero, incluida Salta. Produce vinos oscuros que envejecen bien. Es especial para acompañar las carnes rojas.
El vino se congeló en una cámara cerrada a 30§ centígrados bajo cero y luego se disminuyó la presión para lograr vacío. Esas condiciones permiten que se evaporen el agua y el alcohol, preservando el resto de los componentes.
El resultado
Después de 48 horas de permanecer en la cámara, los 10 litros de vino tinto se transformaron en 300 gramos de vino en polvo.
Las condiciones en las que realizaron el experimento permiten preservar el resto de los componentes constitutivos del vino.
Por supuesto que en el proceso de liofilización se pierden, junto al alchohol y el agua, algunos componentes aromáticos que le dan el típico sabor a esta bebida consumida en el mundo entero. De alguna manera, para manejar eso se le agrega edulcorante y aromatizante de frambuesa.
Los testeos
Los científicos están realizando una serie de pruebas para determinar las condiciones de luz, temperatura y humedad ideales a fin de almacenarlo sin que se pierda el antioxidante característico.
El principal objetivo es que la nueva bebida sea saludable y se encuentre en los supermercados dentro de dos años como máximo.
Sin embargo, sin haber salido al mercado todavía, ya levantó polvareda entre los cultores del buen vino de diferentes provincias, fundamentalmente Mendoza y Salta, caracterizadas por sus vides de alta calidad. En estos lugares, de importantes productores vitivinícolas, ya se ha comenzado a aclarar que a esta bebida no se la podrá llamar vino, de acuerdo a lo establecido por el Código Alimentario Argentino y el Instituto Nacional de Vitivinicultura.
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