En medio de un ambiente de compañerismo se reunieron el sábado en el local Alas cerca de treinta exalumnos de la Escuela de Comercio rosarina.
Algunos se reencontraron después de 28 años. Entre anécdotas y recuerdos, que todos rememoraron con entusiasmo, celebraron que en 1987 acabaron la secundaria.
Era la celebración de los 28 años de haberse graduado de la Escuela de Comercio, las emociones estaban a flor de piel.
"Pocas veces viajo a Rosario de la Frontera, en especial durante las vacaciones y a visitar a mi familia, pero este día fue completamente distinto", manifestó Raúl Sabala, docente en Río Gallegos.
"Con afecto, unas amigas y yo, recibimos a otro gran amigo que viajaba de una ciudad lejana. Luego, juntos, como tantas veces lo hicimos, recorrimos las calles de nuestra tierra y nos atiborramos de recuerdos", acotó Nancy Leal, que trabaja en el Banco Nación de Cafayate.
Poco a poco empezaron a arribar al salón y entonces... comenzó la magia. Los años se hicieron meses, los meses días, los días horas. Volvieron el tiempo atrás y todos se convirtieron por un momento de nuevo en aquellos adolescentes desesperados por comerse al mundo.
También asistieron invitados los profesores Mario Flores y Cristina Domínguez.
Algunos se reencontraron después de 28 años. Entre anécdotas y recuerdos, que todos rememoraron con entusiasmo, celebraron que en 1987 acabaron la secundaria.
Era la celebración de los 28 años de haberse graduado de la Escuela de Comercio, las emociones estaban a flor de piel.
"Pocas veces viajo a Rosario de la Frontera, en especial durante las vacaciones y a visitar a mi familia, pero este día fue completamente distinto", manifestó Raúl Sabala, docente en Río Gallegos.
"Con afecto, unas amigas y yo, recibimos a otro gran amigo que viajaba de una ciudad lejana. Luego, juntos, como tantas veces lo hicimos, recorrimos las calles de nuestra tierra y nos atiborramos de recuerdos", acotó Nancy Leal, que trabaja en el Banco Nación de Cafayate.
Poco a poco empezaron a arribar al salón y entonces... comenzó la magia. Los años se hicieron meses, los meses días, los días horas. Volvieron el tiempo atrás y todos se convirtieron por un momento de nuevo en aquellos adolescentes desesperados por comerse al mundo.
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Algunos se reencontraron después de 28 años. Entre anécdotas y recuerdos, que todos rememoraron con entusiasmo, celebraron que en 1987 acabaron la secundaria.
Era la celebración de los 28 años de haberse graduado de la Escuela de Comercio, las emociones estaban a flor de piel.
"Pocas veces viajo a Rosario de la Frontera, en especial durante las vacaciones y a visitar a mi familia, pero este día fue completamente distinto", manifestó Raúl Sabala, docente en Río Gallegos.
"Con afecto, unas amigas y yo, recibimos a otro gran amigo que viajaba de una ciudad lejana. Luego, juntos, como tantas veces lo hicimos, recorrimos las calles de nuestra tierra y nos atiborramos de recuerdos", acotó Nancy Leal, que trabaja en el Banco Nación de Cafayate.
Poco a poco empezaron a arribar al salón y entonces... comenzó la magia. Los años se hicieron meses, los meses días, los días horas. Volvieron el tiempo atrás y todos se convirtieron por un momento de nuevo en aquellos adolescentes desesperados por comerse al mundo.
También asistieron invitados los profesores Mario Flores y Cristina Domínguez.
Algunos se reencontraron después de 28 años. Entre anécdotas y recuerdos, que todos rememoraron con entusiasmo, celebraron que en 1987 acabaron la secundaria.
Era la celebración de los 28 años de haberse graduado de la Escuela de Comercio, las emociones estaban a flor de piel.
"Pocas veces viajo a Rosario de la Frontera, en especial durante las vacaciones y a visitar a mi familia, pero este día fue completamente distinto", manifestó Raúl Sabala, docente en Río Gallegos.
"Con afecto, unas amigas y yo, recibimos a otro gran amigo que viajaba de una ciudad lejana. Luego, juntos, como tantas veces lo hicimos, recorrimos las calles de nuestra tierra y nos atiborramos de recuerdos", acotó Nancy Leal, que trabaja en el Banco Nación de Cafayate.
Poco a poco empezaron a arribar al salón y entonces... comenzó la magia. Los años se hicieron meses, los meses días, los días horas. Volvieron el tiempo atrás y todos se convirtieron por un momento de nuevo en aquellos adolescentes desesperados por comerse al mundo.
También asistieron invitados los profesores Mario Flores y Cristina Domínguez.