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18 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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La Justicia reveló cómo Mangeri mató a Ángeles Rawson

Miércoles, 26 de agosto de 2015 00:30
El Tribunal Oral en lo Criminal N§ 9, integrado por Fernando Ramírez, Ana Dieta de Herrero y Jorge Guetas, dio a conocer los fundamentos de la sentencia condenatoria a Jorge Mangeri. El portero -que mató a la adolescente Ángeles Rawson que vivía en el edificio en el que él trabajaba- fue sentenciado a prisión perpetua por los delitos de femicidio, abuso sexual y homicidio agravado.
De acuerdo a los fundamentos de la sentencia, Mangeri tuvo la intención de cometer un delito en contra de Ángeles.
Los jueces explicaron que eran exactamente las 9.52 del 10 de junio de 2013 cuando Ángeles, de 16 años, ingresó al edificio de Ravignani 2360, en la Ciudad de Buenos Aires, para volver a su casa tras la clase de gimnasia. Sin embargo, al departamento nunca llegó.
Mediante un pretexto que continuará siendo una incógnita hasta que el propio responsable se quiebre en su relato, Jorge Mangeri, la condujo hasta una zona apartada del inmueble.
Los jueces detallaron que en ese sitio apartado "Mangeri desplegó su verdadero objetivo, que no era otro que abusar sexualmente de Ángeles, aprovechándose de la edad de ella, la diferencia de contextura física y en un claro contexto de violencia de género, acreditada por la situación de vulnerabilidad de la nombrada, su condición de mujer, el aprovechamiento de la confianza previa preexistente dado que aquel la conocía desde hacía 11 años, todo ello con el fin de satisfacer sus bajos instintos sexuales, cosificando a su víctima, a quien desconoció y ultrajó su dignidad, su libertad sexual e integridad física".
Ángeles resistió al ataque sexual, hecho que generó una lucha entre ambos a golpes y arañazos, que dejó en ella lesiones agresivas y defensivas, como también en el físico de su agresor, especialmente a partir de arañazos, motivo por el cual se hallaron debajo de las uñas de los dedos índice, anular y mayor de la mano derecha de la víctima -mano hábil de ella- restos genéticos del hombre que luego fue declarado culpable.
Debido a la imposibilidad de consumar el ataque sexual, y para garantizar su impunidad, "decidió darle muerte, para lo cual le oprimió el cuello con una de sus manos y con la otra le obstruyó la nariz y boca, generando con ello un mecanismo de asfixia mixto que mantuvo intencional y deliberadamente hasta matar a su víctima, sofocación que se calcula duró al menos cinco minutos".
Luego de la investigación realizada por la Justicia, se sabe que una vez que Ángeles murió, el encargado, con el fin de garantizar su impunidad, decidió descartar su cuerpo a través de un mecanismo que le resultaba conocido y propio, como es el del sistema de recolección de residuos.
Para el Tribunal, el imputado "continuó su faena criminal atando el cuerpo sin vida de la joven con distintas sogas sobre sus muñecas, tobillos y cuello, para resultarle más manipulable en aras de sus fines de despojo, colocándole una bolsa de nylon con la inscripción "DÍA %" e introduciendo el cadáver dentro de una bolsa de consorcio negra".
La sentencia aclaró sobre la maniobra de la desaparición del cadáver: "Si el hecho hubiera ocurrido seis meses antes, una vez que se hubiera depositado el cuerpo en el contenedor de residuos, jamás hubiera aparecido. Más aún su hallazgo en los últimos metros de la cinta de selección de residuos para reciclaje fue absolutamente azaroso y poco faltó para que el astuto plan de Mangeri fuera exitoso". El fallo crítica al primer forense que determinó que la adolescente murió por traumatismos múltiples en el camión de basura. Para el Tribunal el forense nunca se acercó al cadáver, fumó durante el examen del cuerpo y perdió "valiosos elementos de prue ba".
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El Tribunal Oral en lo Criminal N§ 9, integrado por Fernando Ramírez, Ana Dieta de Herrero y Jorge Guetas, dio a conocer los fundamentos de la sentencia condenatoria a Jorge Mangeri. El portero -que mató a la adolescente Ángeles Rawson que vivía en el edificio en el que él trabajaba- fue sentenciado a prisión perpetua por los delitos de femicidio, abuso sexual y homicidio agravado.
De acuerdo a los fundamentos de la sentencia, Mangeri tuvo la intención de cometer un delito en contra de Ángeles.
Los jueces explicaron que eran exactamente las 9.52 del 10 de junio de 2013 cuando Ángeles, de 16 años, ingresó al edificio de Ravignani 2360, en la Ciudad de Buenos Aires, para volver a su casa tras la clase de gimnasia. Sin embargo, al departamento nunca llegó.
Mediante un pretexto que continuará siendo una incógnita hasta que el propio responsable se quiebre en su relato, Jorge Mangeri, la condujo hasta una zona apartada del inmueble.
Los jueces detallaron que en ese sitio apartado "Mangeri desplegó su verdadero objetivo, que no era otro que abusar sexualmente de Ángeles, aprovechándose de la edad de ella, la diferencia de contextura física y en un claro contexto de violencia de género, acreditada por la situación de vulnerabilidad de la nombrada, su condición de mujer, el aprovechamiento de la confianza previa preexistente dado que aquel la conocía desde hacía 11 años, todo ello con el fin de satisfacer sus bajos instintos sexuales, cosificando a su víctima, a quien desconoció y ultrajó su dignidad, su libertad sexual e integridad física".
Ángeles resistió al ataque sexual, hecho que generó una lucha entre ambos a golpes y arañazos, que dejó en ella lesiones agresivas y defensivas, como también en el físico de su agresor, especialmente a partir de arañazos, motivo por el cual se hallaron debajo de las uñas de los dedos índice, anular y mayor de la mano derecha de la víctima -mano hábil de ella- restos genéticos del hombre que luego fue declarado culpable.
Debido a la imposibilidad de consumar el ataque sexual, y para garantizar su impunidad, "decidió darle muerte, para lo cual le oprimió el cuello con una de sus manos y con la otra le obstruyó la nariz y boca, generando con ello un mecanismo de asfixia mixto que mantuvo intencional y deliberadamente hasta matar a su víctima, sofocación que se calcula duró al menos cinco minutos".
Luego de la investigación realizada por la Justicia, se sabe que una vez que Ángeles murió, el encargado, con el fin de garantizar su impunidad, decidió descartar su cuerpo a través de un mecanismo que le resultaba conocido y propio, como es el del sistema de recolección de residuos.
Para el Tribunal, el imputado "continuó su faena criminal atando el cuerpo sin vida de la joven con distintas sogas sobre sus muñecas, tobillos y cuello, para resultarle más manipulable en aras de sus fines de despojo, colocándole una bolsa de nylon con la inscripción "DÍA %" e introduciendo el cadáver dentro de una bolsa de consorcio negra".
La sentencia aclaró sobre la maniobra de la desaparición del cadáver: "Si el hecho hubiera ocurrido seis meses antes, una vez que se hubiera depositado el cuerpo en el contenedor de residuos, jamás hubiera aparecido. Más aún su hallazgo en los últimos metros de la cinta de selección de residuos para reciclaje fue absolutamente azaroso y poco faltó para que el astuto plan de Mangeri fuera exitoso". El fallo crítica al primer forense que determinó que la adolescente murió por traumatismos múltiples en el camión de basura. Para el Tribunal el forense nunca se acercó al cadáver, fumó durante el examen del cuerpo y perdió "valiosos elementos de prue ba".
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