¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

21 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Porfi, el mozo de la bohemia de Salta

Domingo, 09 de agosto de 2015 00:00
Hay un rincón en la ciudad, una guarida donde se refugia la bohemia salteña. Ese espacio sin tiempo es atendido por Porfirio Aucachi, junto a su hermano Samuel.
Se trata de un local de mesas sin mantel que la Municipalidad catalogó como "bar", a pesar de que La Tacita es como ese "Teatro Mágico" donde entró el Lobo Estepario.
Ubicado en Caseros 396, el local del "Porfi" sale en las guías Lonely Planet, en el Petit Fute, en las revistas especializadas en turismo como Weekend o diarios como Clarín.
Primero se debe decir que Porfi no es salteño, es de Santiago de Cotagaita, Bolivia. Tiene 57 años y las idas y venidas fueron muchas. Desde niño comenzó a llegar a la Argentina con sus padres, que eran trabajadores temporarios en las campañas agropecuarias.
A los 11 años, en el 68, llegó a la zafra con toda su familia y se afincó en el lote Leticia, en Urundel. Por esos tiempos, todos los integrantes de la familia trabajaban y él era uno más de los que cortaban la caña de azúcar. Terminada la zafra se volvían para sus pagos, aunque regresaron en 1973 a la provincia de Mendoza. Allí estuvieron hasta el año 1976. En la región cuyana trabajó en las cosechas de tomates y en la vendimia.
En 1977, el Porfi debía realizar el Servicio Militar Obligatorio y salió no apto, por lo que se radicó en Salta definitivamente y trabajó en todo. Desde una mosaiquería hasta como albañil.
La vida laboral
"En febrero de 2014, el Ministerio de Cultura lo nombró "Patrimonio Cultural de Salta".
No tuvo estabilidad hasta el año 86, cuando entró a trabajar en la heladería artesanal en Fredo. La casa central estaba en la Virrey Toledo y Necochea, y el Porfi trabajaba en la sucursal de Córdoba y Alvarado, allí estuvo siete años.
Comenzó limpiando vidrios, luego aprendió la fabricación de los productos y más tarde aprendió lo que lo marcaría: la atención al público.
En los ratos libres, el Porfi se dedicaba a mirar cómo trabajaba un cafecito de enfrente, sobre el edificio Argentina.
"El café iba y venía todo el año, mientras que el helado sólo funcionaba en verano", le confió el secreto a El Tribuno con mirada cómplice.
De ahí salió la idea. Además, por esos tiempos ya tenía en sus manos una máquina de café por la que había pagado 250 australes.
En el 92 renunció a la heladería y se instaló en el local frente a la iglesia San Francisco con dos mesas, unas cuantas sillas, la máquina y sin el mostrador.
Los primeros que comenzaron a llegar fueron Javier Lamas y Daniel Blasco, quienes trabajaban en FM Génesis, y que fueron los que le hicieron publicidad encubierta. Por esos tiempos, casi como un complot, se instaló FM Aries sobre la Córdoba. Francisco Palópolis, Marita Simón y la banda de Susana Menéndez comenzaron a ser atendidos por el cotagaitense.
Cómo en una competencia por audiencia, luego comenzó a llegar la tropa de Radio Salta.
"Tengo el recuerdo del profe Vernazza. Vino para un Día del Periodista con todos los de la radio. Los sentó, ordenó las empanadas y luego se las sirvió. Cuando yo quise ayudarlo me dijo que no porque él había pagado todos sus estudios trabajando de mozo. Eso me conmovió", dijo.
En el año 96 salió un decreto sobre el "Mérito Artístico" y Daniel del Valle, de "Los Grandes Bailables" de Radio Salta, llegó al local con el Salteño Molina para comenzar a ordenar los papeles para presentarlos.
Así comenzó. Luego todos los artistas llegaban a La Tacita y se armó lo que el Porfi denomina "una familia".
Hoy además de músicos y periodistas, también habitaron esas mesas los poetas, fotógrafos, titiriteros, malabaristas y hasta turistas.
De hecho, el último pasatiempo de Ariel Petrocelli fue La Tacita y es por eso que mañana se realiza una actividad para recordarlo con toda "su familia".
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla
Hay un rincón en la ciudad, una guarida donde se refugia la bohemia salteña. Ese espacio sin tiempo es atendido por Porfirio Aucachi, junto a su hermano Samuel.
Se trata de un local de mesas sin mantel que la Municipalidad catalogó como "bar", a pesar de que La Tacita es como ese "Teatro Mágico" donde entró el Lobo Estepario.
Ubicado en Caseros 396, el local del "Porfi" sale en las guías Lonely Planet, en el Petit Fute, en las revistas especializadas en turismo como Weekend o diarios como Clarín.
Primero se debe decir que Porfi no es salteño, es de Santiago de Cotagaita, Bolivia. Tiene 57 años y las idas y venidas fueron muchas. Desde niño comenzó a llegar a la Argentina con sus padres, que eran trabajadores temporarios en las campañas agropecuarias.
A los 11 años, en el 68, llegó a la zafra con toda su familia y se afincó en el lote Leticia, en Urundel. Por esos tiempos, todos los integrantes de la familia trabajaban y él era uno más de los que cortaban la caña de azúcar. Terminada la zafra se volvían para sus pagos, aunque regresaron en 1973 a la provincia de Mendoza. Allí estuvieron hasta el año 1976. En la región cuyana trabajó en las cosechas de tomates y en la vendimia.
En 1977, el Porfi debía realizar el Servicio Militar Obligatorio y salió no apto, por lo que se radicó en Salta definitivamente y trabajó en todo. Desde una mosaiquería hasta como albañil.
La vida laboral
"En febrero de 2014, el Ministerio de Cultura lo nombró "Patrimonio Cultural de Salta".
No tuvo estabilidad hasta el año 86, cuando entró a trabajar en la heladería artesanal en Fredo. La casa central estaba en la Virrey Toledo y Necochea, y el Porfi trabajaba en la sucursal de Córdoba y Alvarado, allí estuvo siete años.
Comenzó limpiando vidrios, luego aprendió la fabricación de los productos y más tarde aprendió lo que lo marcaría: la atención al público.
En los ratos libres, el Porfi se dedicaba a mirar cómo trabajaba un cafecito de enfrente, sobre el edificio Argentina.
"El café iba y venía todo el año, mientras que el helado sólo funcionaba en verano", le confió el secreto a El Tribuno con mirada cómplice.
De ahí salió la idea. Además, por esos tiempos ya tenía en sus manos una máquina de café por la que había pagado 250 australes.
En el 92 renunció a la heladería y se instaló en el local frente a la iglesia San Francisco con dos mesas, unas cuantas sillas, la máquina y sin el mostrador.
Los primeros que comenzaron a llegar fueron Javier Lamas y Daniel Blasco, quienes trabajaban en FM Génesis, y que fueron los que le hicieron publicidad encubierta. Por esos tiempos, casi como un complot, se instaló FM Aries sobre la Córdoba. Francisco Palópolis, Marita Simón y la banda de Susana Menéndez comenzaron a ser atendidos por el cotagaitense.
Cómo en una competencia por audiencia, luego comenzó a llegar la tropa de Radio Salta.
"Tengo el recuerdo del profe Vernazza. Vino para un Día del Periodista con todos los de la radio. Los sentó, ordenó las empanadas y luego se las sirvió. Cuando yo quise ayudarlo me dijo que no porque él había pagado todos sus estudios trabajando de mozo. Eso me conmovió", dijo.
En el año 96 salió un decreto sobre el "Mérito Artístico" y Daniel del Valle, de "Los Grandes Bailables" de Radio Salta, llegó al local con el Salteño Molina para comenzar a ordenar los papeles para presentarlos.
Así comenzó. Luego todos los artistas llegaban a La Tacita y se armó lo que el Porfi denomina "una familia".
Hoy además de músicos y periodistas, también habitaron esas mesas los poetas, fotógrafos, titiriteros, malabaristas y hasta turistas.
De hecho, el último pasatiempo de Ariel Petrocelli fue La Tacita y es por eso que mañana se realiza una actividad para recordarlo con toda "su familia".
PUBLICIDAD