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En Salta hay más de 37.000 "ni-ni" y la mayoría son mujeres

Miércoles, 06 de enero de 2016 01:30
El 15,4% de los jóvenes salteños de entre 16 y 24 años no trabaja, no estudia y tampoco busca empleo. Esa condición es la que, de un tiempo a esta parte, algunos autores han llamado la juventud "ni-ni".
Los datos se desprenden de los estudios realizados por el Instituto de Estudios Laborales y del Desarrollo Económico (Ielde) de la UNSa, que demostraron también que Salta es la ciudad con mayor pobreza multidimensional de todo el país.
Según las proyecciones, son 37.300 los jóvenes en la provincia que reúnen las condiciones de "ni-ni". En Salta capital, donde la población llega a 535.303 de acuerdo al último censo, hay 17.521 chicos fuera del sistema educativo o sin empleo. Es decir, un 3,27% total de la población.
15,4% son los jóvenes que no estudian, están desempleados y tampoco están buscando trabajo.
La cifra se deduce de información demográfica de las aglomeraciones urbanos, con lo cual se prevé que sería aún mayor si se contemplara también a los sectores rurales.
Ahora bien, esos más de 17.000 jóvenes significan un 15,4% de la población capitalina que oscila entre los 16 y los 24 años. Es decir que casi una quinta parte de esa franja etaria se encuentra en esta preocupante condición de marginación de los espacios de socialización más importantes de cualquier comunidad: la educación formal y el campo laboral.
Por clase social y sexo
De los 37.300 jóvenes que se enmarcan en los parámetros de los "ni-ni" en la provincia, el mayor porcentaje corresponde a las mujeres.
Carla Arévalo, investigadora del Ielde, fundamenta al respecto que ese diferencia ocurre porque "muchas de las tareas que cumplen las mujeres se invisibilizan en las mediciones del mercado laboral, como ser las tareas domésticas".
Entre los jóvenes varones, el 10,3% no estudia ni trabaja y si se analiza a la población femenina de esas franjas, las ni-ni representan el 20,9%. Es decir, la incidencia por factor sexo se duplica.
Arévalo, en diálogo con El Tribuno, detalló también que "en los estratos más ricos hay pocos ni-ni, y las mujeres tienen ocupaciones formalizadas, entonces se comportan estadísticamente más cercanas a los hombres". Agregó sobre este sector que "la fecundidad es menor".
La investigadora añadió que en el quintil 1, es decir, el del estrato social en peores condiciones económicas, la problemática se profundiza; el 22% de los jóvenes son "ni-ni". En ese segmento social, el del quintil 1, casi un tercio de las mujeres están en la preocupante condición.
Se toma esa fragmento generacional para medir este índice, ya que se presupone que son edades en las que se está escolarizado o se pertenece al mundo del trabajo. La mayor parte de los "ni-ni" han tenido un paso por la escuela primaria y hasta secundaria; desertaron o concluyeron, pero no prosiguieron su formación.
Carla Arévalo: “Las tareas domésticas que realizan muchas mujeres están invisibilizadas en estos estudios” "Los jóvenes que ni trabajan ni estudian, necesitan motivación. Se caracterizan por ser indecisos, con falta de capacidad para tomar decisiones y con miedo al fracaso", dijo a este medio Romina Setti, licenciada en Recursos Humanos.
Problema nacional
El director de la maestría en Diseño, Gestión y Análisis de Encuestas de la Universidad Nacional de La Matanza, Claudio Comari, publicó en 2015 su tesis doctoral sobre estudios demográficos, titulada "Examen de validez teórica y empírica del concepto "jóvenes nini'' en la Argentina del Siglo XXI".
El documento que contiene siete capítulos y 76 tablas de datos, demuestra que los números de Salta no se encuentran aislados ni mucho menos. En la Argentina, según el censo de 2010, hay 6.842.216 jóvenes de entre 18 y 24 años, de los cuales, 745.000 se encuadraran entre los "ni-ni".
El porcentaje nacional está por debajo del provincial, ya que en el país un 10,88% de los jóvenes se encuentran en la crítica situación. Se concluye, entonces, que Salta supera por un 4,6% la media nacional. Si bien no se encuentra a la cabeza, porque otras provincias tienen índices más preocupantes, lo cierto es que se está entre las provincias con la alícuota más encumbrada.
Concepto discutido
Mientras algunos autores optan por referirse al fenómeno como "jóvenes ni-ni", otros lo definen como la "generación ni-ni". Las elecciones no son ingenuas y tienen que ver con lo que pretenden mostrar de la realidad social. En el campo pedagógico, el apelativo "ni-ni" ha sido duramente cuestionado por considerarlo estigmatizante con la juventud.
El propio Comari se opone a la idea de una "generación" ni-ni. Este autor considera que el indicador "ni-ni" es necesario y grafica una realidad concreta, pero afirma que de ningún modo se trata de un segmento social estandarizado, estático y permanente. Al contrario de ello, lo entiende como una variable coyuntural.
Además, se ocupa de mostrar que contrariamente a las asociaciones directas que suelen hacerse, los ni-ni tienen menos índices de consumo de sustancias psicoactivas.
Si se tiene en cuenta el informe publicado ayer por El Tribuno, en el que se analizan los resultados de la gacetilla "Pobreza en Salta" del Ielde, se puede asegurar que como factor de privaciones familiares, son 240.416 personas las afectadas por éste fenómeno social. Esto así porque se considera que por cada joven "ni-ni" se genera una condición cultural de privación a todo su núcleo familiar.
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El 15,4% de los jóvenes salteños de entre 16 y 24 años no trabaja, no estudia y tampoco busca empleo. Esa condición es la que, de un tiempo a esta parte, algunos autores han llamado la juventud "ni-ni".
Los datos se desprenden de los estudios realizados por el Instituto de Estudios Laborales y del Desarrollo Económico (Ielde) de la UNSa, que demostraron también que Salta es la ciudad con mayor pobreza multidimensional de todo el país.
Según las proyecciones, son 37.300 los jóvenes en la provincia que reúnen las condiciones de "ni-ni". En Salta capital, donde la población llega a 535.303 de acuerdo al último censo, hay 17.521 chicos fuera del sistema educativo o sin empleo. Es decir, un 3,27% total de la población.
15,4% son los jóvenes que no estudian, están desempleados y tampoco están buscando trabajo.
La cifra se deduce de información demográfica de las aglomeraciones urbanos, con lo cual se prevé que sería aún mayor si se contemplara también a los sectores rurales.
Ahora bien, esos más de 17.000 jóvenes significan un 15,4% de la población capitalina que oscila entre los 16 y los 24 años. Es decir que casi una quinta parte de esa franja etaria se encuentra en esta preocupante condición de marginación de los espacios de socialización más importantes de cualquier comunidad: la educación formal y el campo laboral.
Por clase social y sexo
De los 37.300 jóvenes que se enmarcan en los parámetros de los "ni-ni" en la provincia, el mayor porcentaje corresponde a las mujeres.
Carla Arévalo, investigadora del Ielde, fundamenta al respecto que ese diferencia ocurre porque "muchas de las tareas que cumplen las mujeres se invisibilizan en las mediciones del mercado laboral, como ser las tareas domésticas".
Entre los jóvenes varones, el 10,3% no estudia ni trabaja y si se analiza a la población femenina de esas franjas, las ni-ni representan el 20,9%. Es decir, la incidencia por factor sexo se duplica.
Arévalo, en diálogo con El Tribuno, detalló también que "en los estratos más ricos hay pocos ni-ni, y las mujeres tienen ocupaciones formalizadas, entonces se comportan estadísticamente más cercanas a los hombres". Agregó sobre este sector que "la fecundidad es menor".
La investigadora añadió que en el quintil 1, es decir, el del estrato social en peores condiciones económicas, la problemática se profundiza; el 22% de los jóvenes son "ni-ni". En ese segmento social, el del quintil 1, casi un tercio de las mujeres están en la preocupante condición.
Se toma esa fragmento generacional para medir este índice, ya que se presupone que son edades en las que se está escolarizado o se pertenece al mundo del trabajo. La mayor parte de los "ni-ni" han tenido un paso por la escuela primaria y hasta secundaria; desertaron o concluyeron, pero no prosiguieron su formación.
Carla Arévalo: “Las tareas domésticas que realizan muchas mujeres están invisibilizadas en estos estudios” "Los jóvenes que ni trabajan ni estudian, necesitan motivación. Se caracterizan por ser indecisos, con falta de capacidad para tomar decisiones y con miedo al fracaso", dijo a este medio Romina Setti, licenciada en Recursos Humanos.
Problema nacional
El director de la maestría en Diseño, Gestión y Análisis de Encuestas de la Universidad Nacional de La Matanza, Claudio Comari, publicó en 2015 su tesis doctoral sobre estudios demográficos, titulada "Examen de validez teórica y empírica del concepto "jóvenes nini'' en la Argentina del Siglo XXI".
El documento que contiene siete capítulos y 76 tablas de datos, demuestra que los números de Salta no se encuentran aislados ni mucho menos. En la Argentina, según el censo de 2010, hay 6.842.216 jóvenes de entre 18 y 24 años, de los cuales, 745.000 se encuadraran entre los "ni-ni".
El porcentaje nacional está por debajo del provincial, ya que en el país un 10,88% de los jóvenes se encuentran en la crítica situación. Se concluye, entonces, que Salta supera por un 4,6% la media nacional. Si bien no se encuentra a la cabeza, porque otras provincias tienen índices más preocupantes, lo cierto es que se está entre las provincias con la alícuota más encumbrada.
Concepto discutido
Mientras algunos autores optan por referirse al fenómeno como "jóvenes ni-ni", otros lo definen como la "generación ni-ni". Las elecciones no son ingenuas y tienen que ver con lo que pretenden mostrar de la realidad social. En el campo pedagógico, el apelativo "ni-ni" ha sido duramente cuestionado por considerarlo estigmatizante con la juventud.
El propio Comari se opone a la idea de una "generación" ni-ni. Este autor considera que el indicador "ni-ni" es necesario y grafica una realidad concreta, pero afirma que de ningún modo se trata de un segmento social estandarizado, estático y permanente. Al contrario de ello, lo entiende como una variable coyuntural.
Además, se ocupa de mostrar que contrariamente a las asociaciones directas que suelen hacerse, los ni-ni tienen menos índices de consumo de sustancias psicoactivas.
Si se tiene en cuenta el informe publicado ayer por El Tribuno, en el que se analizan los resultados de la gacetilla "Pobreza en Salta" del Ielde, se puede asegurar que como factor de privaciones familiares, son 240.416 personas las afectadas por éste fenómeno social. Esto así porque se considera que por cada joven "ni-ni" se genera una condición cultural de privación a todo su núcleo familiar.

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