Los mencionados materiales descartados son fácilmente recuperables para su aprovechamiento como materias primas de nuevos productos o su reutilización.
Todos ellos tienen altas demandas y precios en alza en los mercados.
Solamente con una separación domiciliaria básica en los hogares de la capital se recuperarían mínimamente $7 millones por mes.
Actualmente, son cerca de 1.047 toneladas, de las que unas 300 siguen siendo confinadas en basurales a cielo abierto que ocupan, como práctica generalizada, los lechos de los ríos.
Con las proyecciones actuales, hacia 2020 se generarán en la provincia alrededor de 1.364 toneladas diarias de residuos domiciliarios y en 2030 serán aproximadamente 1.557 toneladas por día.
Estas cifras se desprenden de un estudio que profesionales del Instituto de Ingeniería Sanitaria de la Universidad de Buenos Aires (UBA) elaboraron en 2015 a partir de los relevamientos y caracterizaciones que las consultoras Iatasa e IDOM realizaron para el Plan Provincial de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos.
Gestión deficiente En la inmensa mayoría de los municipios de la provincia reinan los basurales a cielo abierto incontrolados, que provocan daños de magnitud en el ambiente, los ecosistemas y la salud pública.
La ciudad de Salta, que cuenta con el relleno sanitario de finca San Javier, y Metán, que tiene un vertedero controlado, son las jurisdicciones que dan a los residuos una disposición final más aceptable, aunque tampoco escapan a reclamos y denuncias por impactos negativos atribuidos a deficiencias de la ingeniería ambiental aplicada, manejos negligentes y falta de control de los organismos competentes.
La proliferación de microbasurales en los barrios de la ciudad es otra gran preocupación social, al igual que el vuelco de desechos en los canales pluviales.
Especialistas advierten también sobre una cultura inadecuada en el consumo y el desecho masivo de envases y envoltorios.
Impactos negativos La gestión deficiente de residuos sólidos urbanos tiene efectos graves para el medio ambiente y la salud. Uno de ellos es la contaminación de aguas superficiales y subterráneas con los líquidos lixiviados que se desprenden de la des composición de la basura.
El suelo también sufre alteraciones por los metales pesados que se filtran desde los vertederos.
A su vez, la quema reiterada de residuos genera humos, olores y partículas en suspensión que afectan la calidad del aire y contaminan la atmósfera con gases que producen el efecto invernadero.
La basura en la Capital
La basura en la provincia de Salta
Incremento de la producción de los residuos sólidos urbanos en la provincia
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Los mencionados materiales descartados son fácilmente recuperables para su aprovechamiento como materias primas de nuevos productos o su reutilización.
Todos ellos tienen altas demandas y precios en alza en los mercados.
Solamente con una separación domiciliaria básica en los hogares de la capital se recuperarían mínimamente $7 millones por mes.
Actualmente, son cerca de 1.047 toneladas, de las que unas 300 siguen siendo confinadas en basurales a cielo abierto que ocupan, como práctica generalizada, los lechos de los ríos.
Con las proyecciones actuales, hacia 2020 se generarán en la provincia alrededor de 1.364 toneladas diarias de residuos domiciliarios y en 2030 serán aproximadamente 1.557 toneladas por día.
Estas cifras se desprenden de un estudio que profesionales del Instituto de Ingeniería Sanitaria de la Universidad de Buenos Aires (UBA) elaboraron en 2015 a partir de los relevamientos y caracterizaciones que las consultoras Iatasa e IDOM realizaron para el Plan Provincial de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos.
Gestión deficiente En la inmensa mayoría de los municipios de la provincia reinan los basurales a cielo abierto incontrolados, que provocan daños de magnitud en el ambiente, los ecosistemas y la salud pública.
La ciudad de Salta, que cuenta con el relleno sanitario de finca San Javier, y Metán, que tiene un vertedero controlado, son las jurisdicciones que dan a los residuos una disposición final más aceptable, aunque tampoco escapan a reclamos y denuncias por impactos negativos atribuidos a deficiencias de la ingeniería ambiental aplicada, manejos negligentes y falta de control de los organismos competentes.
La proliferación de microbasurales en los barrios de la ciudad es otra gran preocupación social, al igual que el vuelco de desechos en los canales pluviales.
Especialistas advierten también sobre una cultura inadecuada en el consumo y el desecho masivo de envases y envoltorios.
Impactos negativos La gestión deficiente de residuos sólidos urbanos tiene efectos graves para el medio ambiente y la salud. Uno de ellos es la contaminación de aguas superficiales y subterráneas con los líquidos lixiviados que se desprenden de la des composición de la basura.
El suelo también sufre alteraciones por los metales pesados que se filtran desde los vertederos.
A su vez, la quema reiterada de residuos genera humos, olores y partículas en suspensión que afectan la calidad del aire y contaminan la atmósfera con gases que producen el efecto invernadero.