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El río Carabajal, convertido en un basural a cielo abierto

Lunes, 19 de diciembre de 2016 01:30
Vista de la playa del río atestada de basura que arrojan allí. 
Cada día crece de manera indiscriminada una práctica ilegal y contaminante. El desecho urbano invade las orillas y el cauce de un río que desemboca sus aguas y sus mugres en el dique Cabra Corral.
La extensa playa del río Carabajal está contaminada en su ancho y por varios kilómetros por la decidia inexplicable de muchos pobladores, entre ellos productores tabacaleros que arrojan indiscriminadamente basura de todo tipo. Lamentablemente no se ejerce el control ambiental por parte de las autoridades. Lo que facilita el accionar de gente inescrupulosa que día a día convierte sus orillas y el cauce en un basural a cielo abierto.
Extenso
Carabajal se extiende de norte a sur en alrededor de 15 kilómetros lineales. Desde el límite de Campo Quijano hasta la zona conocida como La Florida en jurisdicción de Chicoana y La Merced. Tiene anchos, orilla a orilla, que oscilan los 4 kilómetros. Sus aguas escurren hacia el dique Cabra Corral. Como afluente de la alta cuenca que alimenta el principal embalse salteño.
Toda esta inmundicia es arrastrada por el torrente que crece de manera inesperada en esta época del año. Es decir que todo este desecho urbano termina en el Cabra Corral.
Desde una pila de pañales, plástico, botellas descartables, hasta los peligrosos envases de fungicidas usados en los campos tabacaleros. Ni el viejo arroyo, con sus otrora aguas cristalinas, se salva de esta barbarie contaminante. Hacia el oeste, sus aguas bajan desde las altas cumbres limpias y transparentes. Apenas llegan al Carabajal, tienen mal olor y su lecho está impregnado de basura. Todo está contaminado de basura doméstica.
Lleno de suciedad
Cuando se ingresa al camino que cruza el río Carabajal está lleno de suciedad. A metros de este lugar está el basural municipal. Nadie lo usa. Prefieren arrojar, vaya a saber por qué motivo, la basura a la playa del río y dejarlo todo hecho una inmundicia.
"Todo el año es lo mismo. Desde los vecinos de los barrios cercanos al río, y los comerciantes que llegan con sus camionetas a tirar lo basura de sus comercios. Pero no hay control. Está todo inmundo. No hay limpieza, menos alguien que controle esta contaminación", contó Carlos, quien acercó a El Tribuno una serie de fotos donde se observa cómo la inmundicia invadió este sector perteneciente al río Rosario.
En esta zona la comuna declaró de interés un enorme predio, utilizado años atrás como ripiera, para la planificación de un parque ecológico. Este sitio también está lleno de basura. Desde sus límites con Quijano, los caminos dibujados en el cauce terminan en un microbasural. Hacia el paraje homónimo, del otro lado del río, el problema se profundiza. A un costado del camino o a orillas del agua.
"Nadie limpia porque saben que cuando venga la crecida de verano se lleva toda la basura", contó otro vecino a un equipo de El Tribuno que recorrió la zona a pie. En ese momento una camioneta 4x4 color gris a lo lejos estacionó en uno de los caminos que surgen de la enmarañada red de senderos en medio del río.
La foto de esta página es evidente y grafica la desidia: un hombre en vehículo dejó una bolsa llena de envases de insecticida. Es el poderoso veneno conocido como Furadan. El conductor, al ver la presencia de gente en la zona, salió en su vehículo raudamente del lugar.
Características del veneno
El Furadan es el nombre comercial del pesticida carbofurano, uno de los más tóxicos. Un tercio en una cucharita de té puede matar a un ser humano. Se utiliza para control de insectos en la soja, las papas y el maíz, el tabaco y es tóxico en ratas, perros y aves. Es altamente residual y puede filtratse a las napas subterráneas, durante un período tóxico de 60 días.

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Cada día crece de manera indiscriminada una práctica ilegal y contaminante. El desecho urbano invade las orillas y el cauce de un río que desemboca sus aguas y sus mugres en el dique Cabra Corral.
La extensa playa del río Carabajal está contaminada en su ancho y por varios kilómetros por la decidia inexplicable de muchos pobladores, entre ellos productores tabacaleros que arrojan indiscriminadamente basura de todo tipo. Lamentablemente no se ejerce el control ambiental por parte de las autoridades. Lo que facilita el accionar de gente inescrupulosa que día a día convierte sus orillas y el cauce en un basural a cielo abierto.
Extenso
Carabajal se extiende de norte a sur en alrededor de 15 kilómetros lineales. Desde el límite de Campo Quijano hasta la zona conocida como La Florida en jurisdicción de Chicoana y La Merced. Tiene anchos, orilla a orilla, que oscilan los 4 kilómetros. Sus aguas escurren hacia el dique Cabra Corral. Como afluente de la alta cuenca que alimenta el principal embalse salteño.
Toda esta inmundicia es arrastrada por el torrente que crece de manera inesperada en esta época del año. Es decir que todo este desecho urbano termina en el Cabra Corral.
Desde una pila de pañales, plástico, botellas descartables, hasta los peligrosos envases de fungicidas usados en los campos tabacaleros. Ni el viejo arroyo, con sus otrora aguas cristalinas, se salva de esta barbarie contaminante. Hacia el oeste, sus aguas bajan desde las altas cumbres limpias y transparentes. Apenas llegan al Carabajal, tienen mal olor y su lecho está impregnado de basura. Todo está contaminado de basura doméstica.
Lleno de suciedad
Cuando se ingresa al camino que cruza el río Carabajal está lleno de suciedad. A metros de este lugar está el basural municipal. Nadie lo usa. Prefieren arrojar, vaya a saber por qué motivo, la basura a la playa del río y dejarlo todo hecho una inmundicia.
"Todo el año es lo mismo. Desde los vecinos de los barrios cercanos al río, y los comerciantes que llegan con sus camionetas a tirar lo basura de sus comercios. Pero no hay control. Está todo inmundo. No hay limpieza, menos alguien que controle esta contaminación", contó Carlos, quien acercó a El Tribuno una serie de fotos donde se observa cómo la inmundicia invadió este sector perteneciente al río Rosario.
En esta zona la comuna declaró de interés un enorme predio, utilizado años atrás como ripiera, para la planificación de un parque ecológico. Este sitio también está lleno de basura. Desde sus límites con Quijano, los caminos dibujados en el cauce terminan en un microbasural. Hacia el paraje homónimo, del otro lado del río, el problema se profundiza. A un costado del camino o a orillas del agua.
"Nadie limpia porque saben que cuando venga la crecida de verano se lleva toda la basura", contó otro vecino a un equipo de El Tribuno que recorrió la zona a pie. En ese momento una camioneta 4x4 color gris a lo lejos estacionó en uno de los caminos que surgen de la enmarañada red de senderos en medio del río.
La foto de esta página es evidente y grafica la desidia: un hombre en vehículo dejó una bolsa llena de envases de insecticida. Es el poderoso veneno conocido como Furadan. El conductor, al ver la presencia de gente en la zona, salió en su vehículo raudamente del lugar.
Características del veneno
El Furadan es el nombre comercial del pesticida carbofurano, uno de los más tóxicos. Un tercio en una cucharita de té puede matar a un ser humano. Se utiliza para control de insectos en la soja, las papas y el maíz, el tabaco y es tóxico en ratas, perros y aves. Es altamente residual y puede filtratse a las napas subterráneas, durante un período tóxico de 60 días.

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