"Hemos mejorado de primero a cuarto año, pero la promoción en el quinto es un agujero negro. Del 90 por ciento de chicos que en 2014 pasó de cuarto a quinto, hasta diciembre pasado no se recibió ni el 50 por ciento. Espero que en febrero se presenten y se reciban más", señaló Dante Aguilera, director del colegio 11 de Septiembre, ubicado en barrio Santa Ana.
En otro punto de la ciudad, "de dos cursos de 30 cada uno que habían empezado en primero llegaron al último año 12, y de esos 12, hasta diciembre de 2015 ninguno se recibió. Fue una promoción extremadamente floja", comentó Guillermo Szonyi, profesor de carpintería y electricidad y preceptor en la técnica 3.140 Dr. Francisco de Gurruchaga.
El panorama de egreso es alarmante, y lamentablemente, una realidad en las escuelas secundarias tanto de la provincia como del resto del país. En el ranking de la eficacia de graduación realizado por el Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA), Salta está en el décimo lugar por debajo de La Rioja, Catamarca, Jujuy, Ciudad y provincia de Buenos Aires, Tierra del Fuego, Chubut, Formosa y Chaco.
Szonyi está desconcertado y no sabe de qué depende la baja promoción. Dice que en 2014 fue todo lo contrario, incluso que hay varios egresados estudiando en las universidades Arquitectura o Ingeniería.
Para el director Aguilera "se trata de una cuestión de objetivos planteados desde la familia. ¿Qué quiero ser?, ¿qué quiero estudiar? Porque, por lo menos en mi escuela, los alumnos cuentan con todas las condiciones necesarias para aprobar durante el año escolar". Advirtió que la promoción baja se hizo notable en los últimos siete años.
Lo atribuyó a la obligatoriedad de la secundaria establecida en la ley 26.206. "Nosotros los incluimos y los niveles superiores los excluyen, de ahí que se pueda entender que hayan sacado el examen de ingreso de las universidades", expresó Tejerina Navarro.
Técnica y secundaria común
En las escuelas técnicas la situación es más grave. De los que comienzan, pocos son lo que terminan. Según Szonyi, no es por un problema de repitencia sino porque la mayoría migra a los bachilleratos debido a la carga horaria.
"En la técnica se produce una especie de contradicción porque por una parte hay chicos que van más por los talleres que por la teoría, y por la otra, muchos abandonan por la cantidad de horas de estudio (desde las 7.45 hasta las 17.30)", comentó el docente.
Agregó: "El chico que hoy no estudia es porque no quiere; no porque el sistema lo deje afuera. Uno trata de darles todas las posibilidades y veo que ellos no tienen expectativas de vida. Repiten: me recibo y ¿qué hago? En el turno noche, con los adultos que terminan la secundaria, es otra la historia. Se desesperan por saldar esa deuda pendiente".
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"Hemos mejorado de primero a cuarto año, pero la promoción en el quinto es un agujero negro. Del 90 por ciento de chicos que en 2014 pasó de cuarto a quinto, hasta diciembre pasado no se recibió ni el 50 por ciento. Espero que en febrero se presenten y se reciban más", señaló Dante Aguilera, director del colegio 11 de Septiembre, ubicado en barrio Santa Ana.
En otro punto de la ciudad, "de dos cursos de 30 cada uno que habían empezado en primero llegaron al último año 12, y de esos 12, hasta diciembre de 2015 ninguno se recibió. Fue una promoción extremadamente floja", comentó Guillermo Szonyi, profesor de carpintería y electricidad y preceptor en la técnica 3.140 Dr. Francisco de Gurruchaga.
El panorama de egreso es alarmante, y lamentablemente, una realidad en las escuelas secundarias tanto de la provincia como del resto del país. En el ranking de la eficacia de graduación realizado por el Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA), Salta está en el décimo lugar por debajo de La Rioja, Catamarca, Jujuy, Ciudad y provincia de Buenos Aires, Tierra del Fuego, Chubut, Formosa y Chaco.
Szonyi está desconcertado y no sabe de qué depende la baja promoción. Dice que en 2014 fue todo lo contrario, incluso que hay varios egresados estudiando en las universidades Arquitectura o Ingeniería.
Para el director Aguilera "se trata de una cuestión de objetivos planteados desde la familia. ¿Qué quiero ser?, ¿qué quiero estudiar? Porque, por lo menos en mi escuela, los alumnos cuentan con todas las condiciones necesarias para aprobar durante el año escolar". Advirtió que la promoción baja se hizo notable en los últimos siete años.
Lo atribuyó a la obligatoriedad de la secundaria establecida en la ley 26.206. "Nosotros los incluimos y los niveles superiores los excluyen, de ahí que se pueda entender que hayan sacado el examen de ingreso de las universidades", expresó Tejerina Navarro.
Técnica y secundaria común
En las escuelas técnicas la situación es más grave. De los que comienzan, pocos son lo que terminan. Según Szonyi, no es por un problema de repitencia sino porque la mayoría migra a los bachilleratos debido a la carga horaria.
"En la técnica se produce una especie de contradicción porque por una parte hay chicos que van más por los talleres que por la teoría, y por la otra, muchos abandonan por la cantidad de horas de estudio (desde las 7.45 hasta las 17.30)", comentó el docente.
Agregó: "El chico que hoy no estudia es porque no quiere; no porque el sistema lo deje afuera. Uno trata de darles todas las posibilidades y veo que ellos no tienen expectativas de vida. Repiten: me recibo y ¿qué hago? En el turno noche, con los adultos que terminan la secundaria, es otra la historia. Se desesperan por saldar esa deuda pendiente".