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El que le arrojó agua a peregrinos ahora le tiró ácido a un vecino

Viernes, 25 de marzo de 2016 01:30
Julia Fernández (de musculosa negra), acompañada de sus vecinas, se manifestaron pidiendo justicia.
"Miguel Angel Caminos no puede vivir en el edificio. Pedimos su desalojo", "No a la violencia", "Basta de tener miedo", "Queremos vivir en paz", "Seguridad para niños y mujeres", "Justicia".
Las frases estaban escritas con fibrón negro en cartulinas de distintos colores.
Treinta vecinos de la calle Mariano Boedo 280 las habían colgado en el frente del edificio en el que residen ayer, muy temprano. Luego se movilizaron en el lugar en apoyo a Julia Fernández (38). La mujer es esposa de Gustavo Lucchesi (38), militar, quien hace cuatro días fue víctima de un brutal ataque. Un vecino que reside en un departamento contiguo al de él, en el tercer piso, y quien padecería problemas mentales, le arrojó ácido muriático en los ojos. Hace seis meses, el mismo vecino agredió con un baldazo de agua caliente a los peregrinos que llegaban de Metán para Honrar a la Virgen y el Señor del Milagro.
"El lunes pasado eran las 11.40 y yo salí de mi departamento para ir a buscar a mi hijo al colegio. Este hombre (Miguel Ángel Caminos) salió y me dijo 'vos hija de p... no me vas a pedir disculpas'. Como yo sé cómo es esta persona cerré la puerta de mi departamento y seguí caminando pero él empezó a increparme hasta llevarme al ascensor. Comenzó a escupirme la cara y me dijo lo más bajo que se le puede decir a una mujer. Incluso amenazó con matarme a mí y a mi familia", relató la mujer a El Tribuno, tras lo cual estalló en llanto y tuvo que ser contenida por sus vecinos, quienes le acercaron un vaso de agua.
Una vez repuesta, Fernández continuó: "Yo corrí a mi departamento y este hombre comenzó a patear la puerta hasta que la rompió desde la mitad hacia abajo. Cuando vi la puerta rota, corrí hasta el balcón y pensé que si él lograba entrar yo me tenía que largar. No me quedaba otra".
Un llamado al 911 alertó sobre el violento episodio y móviles policiales arribaron al lugar.
"También agredió a policías, al jefe de Barrio que vino, a todos. Después agarró su bicicleta y se fue como si nada", dijo la mujer.
La fuga del atacante trajo algo de tranquilidad a la familia Lucchesi pero el violento episodio no terminó allí. Luego vino lo peor. "Después de las 14 volví de hacer la denuncia en la Comisaría 9 y sentí que patearon la puerta de mi departamento. Era él. La destrozó. Entonces mi hijo agarró gas pimienta y tiró. El agresor se fue por el balcón y destrozó todo a su paso. Tiró unas piedras inmensas dentro de mi departamento. Mi esposo, al ver que no se detenía, agarró un fierro, pero el tipo se le escapó, se fue por el balcón. Cuando mi marido lo escuchó gritar, fue tras él, pero le tiró ácido muriático en los ojos", se lamentó Fernández.
"Mi marido tiene su ojo izquierdo comprometido. Tiene el 90 por ciento de la córnea quemada. El ojo derecho está quemado superficialmente. Tiene los ojos vendados", sostuvo.

Antecedentes

La familia Lucchesi aseguró que los conflictos con Miguel Ángel Caminos se iniciaron hace ocho meses.
"Somos mendocinos pero vivimos acá porque este es un edificio militar y mi esposo trabaja aquí", contó la mujer.
"Las primeras agresiones fueron contra mi esposo y mi hijo de 14 años, a quien Caminos agarró del cuello para amenazar con matarlo", aseguró.
Al ser consultada por el motivo de los ataques, tanto Fernández como otros vecinos respondieron que "no tiene motivos para atacar, lo hace porque está afectado mentalmente".
La mujer contó que tras las amenazas de muerte recurrió al Ejército para hablar con el jefe de Barrio, Hernán Kanz, sobre el conflicto.
"No me dio ninguna solución. Fui a la Ciudad Judicial y tampoco me dieron bolilla. Yo les dije que esto no era un chimento de barrio, sino algo peligroso, pero quedó todo en la nada", hizo hincapié.
"La Justicia sabe que este hombre padece una enfermedad. ¿Por qué no lo internan y medican y le dan su tratamiento? ¿Tengo que esperar que le den de alta el lunes para que vuelva y nos mate? Necesito, imploro que el juez que tiene la causa tome cartas en el asunto y podamos vivir en paz", finalizó Julia.
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"Miguel Angel Caminos no puede vivir en el edificio. Pedimos su desalojo", "No a la violencia", "Basta de tener miedo", "Queremos vivir en paz", "Seguridad para niños y mujeres", "Justicia".
Las frases estaban escritas con fibrón negro en cartulinas de distintos colores.
Treinta vecinos de la calle Mariano Boedo 280 las habían colgado en el frente del edificio en el que residen ayer, muy temprano. Luego se movilizaron en el lugar en apoyo a Julia Fernández (38). La mujer es esposa de Gustavo Lucchesi (38), militar, quien hace cuatro días fue víctima de un brutal ataque. Un vecino que reside en un departamento contiguo al de él, en el tercer piso, y quien padecería problemas mentales, le arrojó ácido muriático en los ojos. Hace seis meses, el mismo vecino agredió con un baldazo de agua caliente a los peregrinos que llegaban de Metán para Honrar a la Virgen y el Señor del Milagro.
"El lunes pasado eran las 11.40 y yo salí de mi departamento para ir a buscar a mi hijo al colegio. Este hombre (Miguel Ángel Caminos) salió y me dijo 'vos hija de p... no me vas a pedir disculpas'. Como yo sé cómo es esta persona cerré la puerta de mi departamento y seguí caminando pero él empezó a increparme hasta llevarme al ascensor. Comenzó a escupirme la cara y me dijo lo más bajo que se le puede decir a una mujer. Incluso amenazó con matarme a mí y a mi familia", relató la mujer a El Tribuno, tras lo cual estalló en llanto y tuvo que ser contenida por sus vecinos, quienes le acercaron un vaso de agua.
Una vez repuesta, Fernández continuó: "Yo corrí a mi departamento y este hombre comenzó a patear la puerta hasta que la rompió desde la mitad hacia abajo. Cuando vi la puerta rota, corrí hasta el balcón y pensé que si él lograba entrar yo me tenía que largar. No me quedaba otra".
Un llamado al 911 alertó sobre el violento episodio y móviles policiales arribaron al lugar.
"También agredió a policías, al jefe de Barrio que vino, a todos. Después agarró su bicicleta y se fue como si nada", dijo la mujer.
La fuga del atacante trajo algo de tranquilidad a la familia Lucchesi pero el violento episodio no terminó allí. Luego vino lo peor. "Después de las 14 volví de hacer la denuncia en la Comisaría 9 y sentí que patearon la puerta de mi departamento. Era él. La destrozó. Entonces mi hijo agarró gas pimienta y tiró. El agresor se fue por el balcón y destrozó todo a su paso. Tiró unas piedras inmensas dentro de mi departamento. Mi esposo, al ver que no se detenía, agarró un fierro, pero el tipo se le escapó, se fue por el balcón. Cuando mi marido lo escuchó gritar, fue tras él, pero le tiró ácido muriático en los ojos", se lamentó Fernández.
"Mi marido tiene su ojo izquierdo comprometido. Tiene el 90 por ciento de la córnea quemada. El ojo derecho está quemado superficialmente. Tiene los ojos vendados", sostuvo.

Antecedentes

La familia Lucchesi aseguró que los conflictos con Miguel Ángel Caminos se iniciaron hace ocho meses.
"Somos mendocinos pero vivimos acá porque este es un edificio militar y mi esposo trabaja aquí", contó la mujer.
"Las primeras agresiones fueron contra mi esposo y mi hijo de 14 años, a quien Caminos agarró del cuello para amenazar con matarlo", aseguró.
Al ser consultada por el motivo de los ataques, tanto Fernández como otros vecinos respondieron que "no tiene motivos para atacar, lo hace porque está afectado mentalmente".
La mujer contó que tras las amenazas de muerte recurrió al Ejército para hablar con el jefe de Barrio, Hernán Kanz, sobre el conflicto.
"No me dio ninguna solución. Fui a la Ciudad Judicial y tampoco me dieron bolilla. Yo les dije que esto no era un chimento de barrio, sino algo peligroso, pero quedó todo en la nada", hizo hincapié.
"La Justicia sabe que este hombre padece una enfermedad. ¿Por qué no lo internan y medican y le dan su tratamiento? ¿Tengo que esperar que le den de alta el lunes para que vuelva y nos mate? Necesito, imploro que el juez que tiene la causa tome cartas en el asunto y podamos vivir en paz", finalizó Julia.
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