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9 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Hasta que se supo que "opa" no significa "tonto", sino "ingenuo"

Miércoles, 30 de marzo de 2016 01:30
Las raíces no perdonan. El término "opa", tan usado históricamente en el norte para denostar a las personas ("el opa ese"); o para referirse peyorativamente a las acciones de alguien ("qué opa que sos"), como si se tratara de una discapacidad mental, ha venido a cobrarse la revancha. Porque el opa existe desde antes de la conquista española. Es una palabra ancestral que en quechua significa "ingenuo" y no "tonto" como se impuso siempre.
"El opa es de una cultura diferente que trata permanentemente de adaptarse y asimilar los nuevos modos de vida, formas de expresión y los famosos supuestos que en el idioma original indígena no existen", asegura Katia Gibaja, directora de la academia Quechua Qollasuyo. Y agrega con contundencia: "Podemos afirmar que hay un error en la traducción de la palabra opa ya que la traducción correcta es ingenuo. Este vocablo de ingenuidad es justamente el no conocimiento de lo que está expresando el otro porque pertenece a otro código de otra cultura, a otro entendimiento, que paraliza a pensar hasta comprender y adaptar a sus previos conocimientos". En ese adaptarse al código del otro hubo una lentitud que se apreció injustamente como propia de inteligencias inferiores y así se transmitió entre generaciones, desvirtuando la originalidad del significado de la palabra, sobre todo en el norte argentino y particularmente en Salta, donde la figura del opa forma parte de un conjunto de tradiciones ancestrales que, a través de los siglos, viene demostrando una singular capacidad de adaptación.
No hubo escritor, cineasta ni poeta que persista en la memoria colectiva norteña, que haya omitido en sus obras una malentendida referencia al "opa". Carlos Vázquez Iruzubieta en su obra "Salta: Magia y simbolismo (1900-1950)" describe: "Mientras el opa aparece descrito como portador de un cierto retraso mental y como el hazmerreír de los chicos del vecindario "a causa de la desproporción entre su envergadura física y el minimalismo de su mente", el opa al que pretendo referirme en este escrito es aquel salteño que, sin padecer un retraso mental evidente, mantiene sus "luces" en los niveles mínimos indispensables y es sustentador de determinadas ideas fijas...".
Mariano Rosa, guionista y director de la miniserie "La casa de los opas", tejió una trama con personajes poco responsables de sus actos, según la tradición, en un rodaje de ocho capítulos que se realizó en Lesser. Es el tercer proyecto de Rosa seleccionado por el Incaa para enriquecer la grilla nacional, presentado con éxito en la Semana del Cine Nacional.
Hasta el inmenso Juan Carlos Dávalos se ha ocupado (y mucho) de los opas con su gracia habitual y cierta melancolía: "Como se ha cumplido para la historia del arte el 'esto matará aquello', de Víctor Hugo, se ha cumplido en Salta esta otra fórmula: el progreso ha matado al opa. Y no hablamos aquí de los opas que seguirán existiendo pese a todos los progresos, sino del opa como género social, del opa como factor social. Todo ha conspirado, desde unos años a esta parte, contra los opas..."
Y agrega en el capítulo dedicado a "La decadencia de los opas" de su libro "Salta": "Así fueron a parar, en este movimiento centrífugo de reacción colectiva: 'Leche de Burra' a La Quiaca, el 'Coto Zapallo' a la tumba, 'Ripitipi' a Buenos Aires... Y en nuestros días, apenas si al paso del opa Panchito, con su cara de macho alfalfero, su andar vacilante y sus inmensas alpargatas, nos asalta un recuerdo borroso de los opas de otros tiempos, de aquellos que apedreamos siendo niños. El opa de hoy es como el espectro del opa de entonces... El opa de hoy, ha tomado carta de ciudadanía y hasta se le ha visto votar en las elecciones. Y luego, se le respeta, o quizá se le compadece... Pero antes, antes los opas eran algo muy nuestro, muy popular, muy típico, y a ellos les debemos buenos modismos, que han quedado estratificados en la memoria social. Así decimos de un tonto cualquiera: es un Chupa-charqui".
Más allá de la tradición que ha adquirido la palabra, es bueno saber desde ahora, que se engaña el que piensa que el opa responde al significado de tonto, retardado, falto de sentido común, sin gracia. El significado del término ha evolucionado y ahora sabemos que el opa no es tonto, es sólo ingenuo.

Algunos personajes que pasaron a la historia de Salta como "opas".

cuadro los opas.jpg
cuadro los opas1.jpg


Hay que resignificar las palabras estigmatizadas de América India"

OPINION DE: Katia Gibaja Dir. Academia Quechua

Opa es una palabra del idioma quechua que tiene solo un significado especial: Ingenuo.
Es importante deslindar completamente este significado de otros significados que se le dieron siempre a la palabra "opa", tales como deficiente mental, alterado en el coeficiente intelectual o retraso madurativo.
Después de varias investigaciones que realicé sobre diferentes significados de la palabra "opa" que aparece en los diccionarios Quichua Santiagueño (Argentina), Quechua Castellano, Quechua Boliviano Castellano, Quechua Ecuatoriano Castellano, Quechua Ancash - San Martín - Ayacucho (Perú), y Queswua Boliviano Oruro, Potosí, Qochapampa, he llegado a esa firme conclusión, luego de profundas conversaciones con las diferentes comunidades de habla quechua como en Tinta Cusco, Patakancha (alturas de Ollantaytambo) Cusco-Perú. Comunidad Karuma (comunidad quechua aymara en Moquegua - Peru), entre otras.
Así, podemos afirmar que hay un error en la traducción de la palabra "opa" y que la traducción correcta es "ingenuo".
Este vocablo de ingenuidad es justamente el no conocimiento de lo que está expresando el otro porque pertenece a otro código de otra cultura, a otro entendimiento, que paraliza a pensar y a buscar en el registro de su mente, hasta comprender y adaptar a sus previos conocimientos. Esa "otredad" distinta claramente nos demuestra que el "opa" es de una cultura diferente que trata permanentemente de adaptarse, asimilar los nuevos modos de vida, formas de expresión y los famosos supuestos que en el idioma original no existe, por tener los conceptos claros y precisos en la reproducción de un pensamiento que se quiera trasmitir con veracidad y confianza.
La ingenuidad del hombre precolombino se traduce así en la palabra "opa".
Ingenuidad es la condición o personalidad del ingenuo del latín ingenuus, traducible por natural, indígena, libre de nacimiento (lo que se identificaba históricamente con la condición del hombre libre por contraposición al siervo, o en algunos casos con la condición de nobleza).
Indica ausencia o falta de malicia y de experiencia, así como presencia de sinceridad, inocencia, sencillez, pureza. El idioma ancestral quechua nos muestra cinco preceptos que están en la mente de todos sus habitantes que marca la conducta humana.
Ama Suwa: No robar, (respetemos lo ajeno)
Ama llulla: No mentir (decir siempre la verdad)
Ama Q' ella: No seas ocioso ni perezoso. (Trabajemos juntos)
Ama Map'a: No seas inmoral con tu cuerpo ni con el cuerpo ajeno.
Ama Ñeq'e: No decapitar, no matar.
Esta conducta tan natural en el ser humano precolombino conmovió a los conquistadores que llegaron con otras costumbres (más alla de sus preceptos), poniéndo a los nativos en una situación de opas o ingenuos. Resignificar palabras estigmatizadas de uso natural en un pueblo, ayuda a fortalecer nuestra identidad de la América India, América Negra, América Mestiza, en suma de toda Latino América.
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Las raíces no perdonan. El término "opa", tan usado históricamente en el norte para denostar a las personas ("el opa ese"); o para referirse peyorativamente a las acciones de alguien ("qué opa que sos"), como si se tratara de una discapacidad mental, ha venido a cobrarse la revancha. Porque el opa existe desde antes de la conquista española. Es una palabra ancestral que en quechua significa "ingenuo" y no "tonto" como se impuso siempre.
"El opa es de una cultura diferente que trata permanentemente de adaptarse y asimilar los nuevos modos de vida, formas de expresión y los famosos supuestos que en el idioma original indígena no existen", asegura Katia Gibaja, directora de la academia Quechua Qollasuyo. Y agrega con contundencia: "Podemos afirmar que hay un error en la traducción de la palabra opa ya que la traducción correcta es ingenuo. Este vocablo de ingenuidad es justamente el no conocimiento de lo que está expresando el otro porque pertenece a otro código de otra cultura, a otro entendimiento, que paraliza a pensar hasta comprender y adaptar a sus previos conocimientos". En ese adaptarse al código del otro hubo una lentitud que se apreció injustamente como propia de inteligencias inferiores y así se transmitió entre generaciones, desvirtuando la originalidad del significado de la palabra, sobre todo en el norte argentino y particularmente en Salta, donde la figura del opa forma parte de un conjunto de tradiciones ancestrales que, a través de los siglos, viene demostrando una singular capacidad de adaptación.
No hubo escritor, cineasta ni poeta que persista en la memoria colectiva norteña, que haya omitido en sus obras una malentendida referencia al "opa". Carlos Vázquez Iruzubieta en su obra "Salta: Magia y simbolismo (1900-1950)" describe: "Mientras el opa aparece descrito como portador de un cierto retraso mental y como el hazmerreír de los chicos del vecindario "a causa de la desproporción entre su envergadura física y el minimalismo de su mente", el opa al que pretendo referirme en este escrito es aquel salteño que, sin padecer un retraso mental evidente, mantiene sus "luces" en los niveles mínimos indispensables y es sustentador de determinadas ideas fijas...".
Mariano Rosa, guionista y director de la miniserie "La casa de los opas", tejió una trama con personajes poco responsables de sus actos, según la tradición, en un rodaje de ocho capítulos que se realizó en Lesser. Es el tercer proyecto de Rosa seleccionado por el Incaa para enriquecer la grilla nacional, presentado con éxito en la Semana del Cine Nacional.
Hasta el inmenso Juan Carlos Dávalos se ha ocupado (y mucho) de los opas con su gracia habitual y cierta melancolía: "Como se ha cumplido para la historia del arte el 'esto matará aquello', de Víctor Hugo, se ha cumplido en Salta esta otra fórmula: el progreso ha matado al opa. Y no hablamos aquí de los opas que seguirán existiendo pese a todos los progresos, sino del opa como género social, del opa como factor social. Todo ha conspirado, desde unos años a esta parte, contra los opas..."
Y agrega en el capítulo dedicado a "La decadencia de los opas" de su libro "Salta": "Así fueron a parar, en este movimiento centrífugo de reacción colectiva: 'Leche de Burra' a La Quiaca, el 'Coto Zapallo' a la tumba, 'Ripitipi' a Buenos Aires... Y en nuestros días, apenas si al paso del opa Panchito, con su cara de macho alfalfero, su andar vacilante y sus inmensas alpargatas, nos asalta un recuerdo borroso de los opas de otros tiempos, de aquellos que apedreamos siendo niños. El opa de hoy es como el espectro del opa de entonces... El opa de hoy, ha tomado carta de ciudadanía y hasta se le ha visto votar en las elecciones. Y luego, se le respeta, o quizá se le compadece... Pero antes, antes los opas eran algo muy nuestro, muy popular, muy típico, y a ellos les debemos buenos modismos, que han quedado estratificados en la memoria social. Así decimos de un tonto cualquiera: es un Chupa-charqui".
Más allá de la tradición que ha adquirido la palabra, es bueno saber desde ahora, que se engaña el que piensa que el opa responde al significado de tonto, retardado, falto de sentido común, sin gracia. El significado del término ha evolucionado y ahora sabemos que el opa no es tonto, es sólo ingenuo.

Algunos personajes que pasaron a la historia de Salta como "opas".

cuadro los opas.jpg
cuadro los opas1.jpg


Hay que resignificar las palabras estigmatizadas de América India"

OPINION DE: Katia Gibaja Dir. Academia Quechua

Opa es una palabra del idioma quechua que tiene solo un significado especial: Ingenuo.
Es importante deslindar completamente este significado de otros significados que se le dieron siempre a la palabra "opa", tales como deficiente mental, alterado en el coeficiente intelectual o retraso madurativo.
Después de varias investigaciones que realicé sobre diferentes significados de la palabra "opa" que aparece en los diccionarios Quichua Santiagueño (Argentina), Quechua Castellano, Quechua Boliviano Castellano, Quechua Ecuatoriano Castellano, Quechua Ancash - San Martín - Ayacucho (Perú), y Queswua Boliviano Oruro, Potosí, Qochapampa, he llegado a esa firme conclusión, luego de profundas conversaciones con las diferentes comunidades de habla quechua como en Tinta Cusco, Patakancha (alturas de Ollantaytambo) Cusco-Perú. Comunidad Karuma (comunidad quechua aymara en Moquegua - Peru), entre otras.
Así, podemos afirmar que hay un error en la traducción de la palabra "opa" y que la traducción correcta es "ingenuo".
Este vocablo de ingenuidad es justamente el no conocimiento de lo que está expresando el otro porque pertenece a otro código de otra cultura, a otro entendimiento, que paraliza a pensar y a buscar en el registro de su mente, hasta comprender y adaptar a sus previos conocimientos. Esa "otredad" distinta claramente nos demuestra que el "opa" es de una cultura diferente que trata permanentemente de adaptarse, asimilar los nuevos modos de vida, formas de expresión y los famosos supuestos que en el idioma original no existe, por tener los conceptos claros y precisos en la reproducción de un pensamiento que se quiera trasmitir con veracidad y confianza.
La ingenuidad del hombre precolombino se traduce así en la palabra "opa".
Ingenuidad es la condición o personalidad del ingenuo del latín ingenuus, traducible por natural, indígena, libre de nacimiento (lo que se identificaba históricamente con la condición del hombre libre por contraposición al siervo, o en algunos casos con la condición de nobleza).
Indica ausencia o falta de malicia y de experiencia, así como presencia de sinceridad, inocencia, sencillez, pureza. El idioma ancestral quechua nos muestra cinco preceptos que están en la mente de todos sus habitantes que marca la conducta humana.
Ama Suwa: No robar, (respetemos lo ajeno)
Ama llulla: No mentir (decir siempre la verdad)
Ama Q' ella: No seas ocioso ni perezoso. (Trabajemos juntos)
Ama Map'a: No seas inmoral con tu cuerpo ni con el cuerpo ajeno.
Ama Ñeq'e: No decapitar, no matar.
Esta conducta tan natural en el ser humano precolombino conmovió a los conquistadores que llegaron con otras costumbres (más alla de sus preceptos), poniéndo a los nativos en una situación de opas o ingenuos. Resignificar palabras estigmatizadas de uso natural en un pueblo, ayuda a fortalecer nuestra identidad de la América India, América Negra, América Mestiza, en suma de toda Latino América.
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