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Fuerte crítica al capitalismo salvaje

Domingo, 22 de mayo de 2016 20:15
El director británico Ken Loach, posa con la Palma de Oro.
Con el triunfo de "I, Daniel Blake" como ganador de la Palma de Oro como mejor película en la 69ª edición del Festival de Cannes, que terminó este domingo, quedaron en el camino todas las predicciones y el resto de los premios seguramente despertarán polémica. "I, Daniel Blake" cuenta la historia de un carpintero al filo de los 60 al que, tras sufrir problemas del corazón, su médico le indica que deje de trabajar y se pensione.

No obstante, el sistema de salud británico le pone sucesivos obstáculos que lo llevan nuevamente a estresarse y poner en riesgo su vida. Una vez más, como lo viene haciendo desde los tiempos de Margaret Tahtcher, Ken Loach emociona y sacude con historias que tienen que ver con la lucha social contra las imposiciones del capitalismo salvaje, y esta vez lo hace con la fuerza de una realidad que poco a poco se convierte en global.

El jurado, presidido por el cineasta australiano George Miller e integrado además por actores como Donald Sutherland, Kirsten Dunst, Valeria Golino, Mads Mikelsen y Vanessa Paradis, los directores Arnaud Desplechin y Lászlo Nemes, así como la productora Katayoon Sahabi, estuvieron en el escenario durante toda la entrega que ellos mismos se encargaron de materializar, conducidos por el actor francés Laurent Lafitte, de "Elle", que poco antes protagonizó un excelente cortometraje de presentación.

El resto de los premios son muy discutibles, algunos lisa y llanamente inaceptables, en especial cuando en la competencia hubo títulos con mucho peso específico, en especial en el caso de las labores actorales, pero también en materia de obras y autores. El Grand Prix fue para "Juste a la fin du monde", de Xavier Dolan, con su historia casi a puertas cerradas y extremadamente teatral, que solo da pie a seguir pensando que los aciertos de sus anteriores obras fueron más casuales que a conciencia. Dolan se despidió citando a Anatole France al decir que "prefiero la locura de la pasión a la sabiduría de la indiferencia".


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Con el triunfo de "I, Daniel Blake" como ganador de la Palma de Oro como mejor película en la 69ª edición del Festival de Cannes, que terminó este domingo, quedaron en el camino todas las predicciones y el resto de los premios seguramente despertarán polémica. "I, Daniel Blake" cuenta la historia de un carpintero al filo de los 60 al que, tras sufrir problemas del corazón, su médico le indica que deje de trabajar y se pensione.

No obstante, el sistema de salud británico le pone sucesivos obstáculos que lo llevan nuevamente a estresarse y poner en riesgo su vida. Una vez más, como lo viene haciendo desde los tiempos de Margaret Tahtcher, Ken Loach emociona y sacude con historias que tienen que ver con la lucha social contra las imposiciones del capitalismo salvaje, y esta vez lo hace con la fuerza de una realidad que poco a poco se convierte en global.

El jurado, presidido por el cineasta australiano George Miller e integrado además por actores como Donald Sutherland, Kirsten Dunst, Valeria Golino, Mads Mikelsen y Vanessa Paradis, los directores Arnaud Desplechin y Lászlo Nemes, así como la productora Katayoon Sahabi, estuvieron en el escenario durante toda la entrega que ellos mismos se encargaron de materializar, conducidos por el actor francés Laurent Lafitte, de "Elle", que poco antes protagonizó un excelente cortometraje de presentación.

El resto de los premios son muy discutibles, algunos lisa y llanamente inaceptables, en especial cuando en la competencia hubo títulos con mucho peso específico, en especial en el caso de las labores actorales, pero también en materia de obras y autores. El Grand Prix fue para "Juste a la fin du monde", de Xavier Dolan, con su historia casi a puertas cerradas y extremadamente teatral, que solo da pie a seguir pensando que los aciertos de sus anteriores obras fueron más casuales que a conciencia. Dolan se despidió citando a Anatole France al decir que "prefiero la locura de la pasión a la sabiduría de la indiferencia".


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