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Vecinos trabajan a pulmón para construir una capilla

Domingo, 31 de julio de 2016 01:30
Desde hace dos años, vecinos del barrio San Antonio, de La Silleta, se reúnen cada domingo con un propósito en común: cumplir el sueño de la comunidad local de contar con su propia capilla.
Unas 20 personas trabajan para levantar los cimientos del templo. Se trata de un trabajo comunitario que se convirtió en una jornada de encuentro y alegría para quienes participan de esta iniciativa.
La capilla se construye en el predio Virgen de Luján, sobre una superficie de 400 metros cuadrados. Ya levantaron los cimientos del templo y dos aulas para catequesis y el dictado de talleres y cursos. También se edificó un albergue.
El objetivo es que el lugar se convierta en un espacio de contención y formación espiritual.
Actualmente solo hay allí una gruta y un tinglado donde se congregan los fieles cada domingo para la celebración eucarística y actividades comunitarias, como ferias de usados y venta de comida regional, entre otros.

Ayuda desinteresada

El compromiso de los vecinos fue firme desde un principio, ya que respondieron de manera casi inmediata a la invitación de la comisión Gruta Virgen de Luján, para construir el templo. Dicha comisión trabaja junto al padre José Luis Soraire desde 2014.
Los trabajos se llevan adelante gracias a los voluntarios y también a la donación de particulares, ya sea en dinero o en materiales de construcción, y el aporte de numerosos comercios de la zona.
"Es muy grato ver el interés no solo de las familias, sino también de los comercios de la zona, almacenes, corralones y del mismo municipio de Campo Quijano. Todos aportan víveres y materiales para la construcción y se ofrecen como voluntarios para los distintos trabajos", contó a El Tribuno Carmen Lizondo, presidenta de la comisión a cargo de la obra.
Un ejemplo de ello es el comedor campestre El Farol, destacado por sus veladas culturales en las que combina el arte con lo mejor de la comida regional.
Cada domingo, desde el inicio del proyecto, donan bebidas y pan para todos los voluntarios.
"Es un enorme gusto poder colaborar con esta gran iniciativa. Es mucho lo que se puede hacer cuando se suman voluntades en pos de un objetivo común", señaló a El Tribuno Marcelo "Yuyo" Ovando, encargado del comedor gaucho silletano.

Donaciones

Los vecinos del barrio están muy entusiasmados. Ya falta menos para que puedan contar con su capilla. En este sentido, los voluntarios pidieron el aporte de la comunidad, con la donación de cemento y materiales de construcción.
"Somos una iglesia que se va construyendo, edificando en la oración, los sacramentos y la unidad de los fieles. Estamos contentos con los logros alcanzados y esperamos que muchos otros se puedan acercar y sumar a este proyecto", finalizó Carmen.
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Desde hace dos años, vecinos del barrio San Antonio, de La Silleta, se reúnen cada domingo con un propósito en común: cumplir el sueño de la comunidad local de contar con su propia capilla.
Unas 20 personas trabajan para levantar los cimientos del templo. Se trata de un trabajo comunitario que se convirtió en una jornada de encuentro y alegría para quienes participan de esta iniciativa.
La capilla se construye en el predio Virgen de Luján, sobre una superficie de 400 metros cuadrados. Ya levantaron los cimientos del templo y dos aulas para catequesis y el dictado de talleres y cursos. También se edificó un albergue.
El objetivo es que el lugar se convierta en un espacio de contención y formación espiritual.
Actualmente solo hay allí una gruta y un tinglado donde se congregan los fieles cada domingo para la celebración eucarística y actividades comunitarias, como ferias de usados y venta de comida regional, entre otros.

Ayuda desinteresada

El compromiso de los vecinos fue firme desde un principio, ya que respondieron de manera casi inmediata a la invitación de la comisión Gruta Virgen de Luján, para construir el templo. Dicha comisión trabaja junto al padre José Luis Soraire desde 2014.
Los trabajos se llevan adelante gracias a los voluntarios y también a la donación de particulares, ya sea en dinero o en materiales de construcción, y el aporte de numerosos comercios de la zona.
"Es muy grato ver el interés no solo de las familias, sino también de los comercios de la zona, almacenes, corralones y del mismo municipio de Campo Quijano. Todos aportan víveres y materiales para la construcción y se ofrecen como voluntarios para los distintos trabajos", contó a El Tribuno Carmen Lizondo, presidenta de la comisión a cargo de la obra.
Un ejemplo de ello es el comedor campestre El Farol, destacado por sus veladas culturales en las que combina el arte con lo mejor de la comida regional.
Cada domingo, desde el inicio del proyecto, donan bebidas y pan para todos los voluntarios.
"Es un enorme gusto poder colaborar con esta gran iniciativa. Es mucho lo que se puede hacer cuando se suman voluntades en pos de un objetivo común", señaló a El Tribuno Marcelo "Yuyo" Ovando, encargado del comedor gaucho silletano.

Donaciones

Los vecinos del barrio están muy entusiasmados. Ya falta menos para que puedan contar con su capilla. En este sentido, los voluntarios pidieron el aporte de la comunidad, con la donación de cemento y materiales de construcción.
"Somos una iglesia que se va construyendo, edificando en la oración, los sacramentos y la unidad de los fieles. Estamos contentos con los logros alcanzados y esperamos que muchos otros se puedan acercar y sumar a este proyecto", finalizó Carmen.
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